El sector logístico y de comercio exterior en México enfrentará en 2026 un momento decisivo.
De acuerdo con especialistas, si bien el país mantiene un desempeño comercial positivo, impulsado principalmente por las exportaciones manufactureras, el entorno que se perfila para el próximo año anticipa ajustes profundos que pondrán a prueba su competitividad, capacidad operativa y nivel de preparación estructural.
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No solo se trata de cambios regulatorios como la imposición de nuevos aranceles, sino también de modificaciones tecnológicas, pues a partir del primero de enero deben introducirse en las aduanas una fiscalización más estricta con procesos digitalizados —con inteligencia artificial, videovigilancia y tecnologías de la información—, así como la creación de un Consejo Aduanero para transparencia, todo esto con la presión del avance de la relocalización de cadenas productivas llamado nearshoring.
“El corredor Estados Unidos-México se convirtió en una de las rutas comerciales más transitadas en 2025, lo que redefinió el diseño de la red para los transportistas que antes dependían en gran medida de los flujos entre Asia y la Costa Oeste. Sin embargo, este rápido aumento también genera fricción”, expuso Evan Baschko, CEO de la firma de servicios de facturación y auditoría de fletes de ITS Traffic Systems.
En un reporte destacó que sigue siendo un reto la falta de personal aduanero, la inseguridad en las carreteras y hasta la falta de conductores que mueven la mercancía, esto sumado a los cambios regulatorios como la reforma aduanera y la imposición de nuevos aranceles.
“La escasez de conductores en México alcanzará 28 mil puestos en 2025, con dificultades de retención similares a las del mercado estadounidense”, expuso.
Retos de aranceles nuevos
Pero no son sólo los aranceles que impone Estados Unidos el reto para 2026; la firma de soluciones logísticas SupTra destacó que la decisión de México de imponer tarifas a los países con los que no tiene un acuerdo de libre comercio afectarán también.
En un documento refieren que uno de los retos que enfrentará el país es el mayor costo de entrega por producto.
“Los transportistas verán una disminución o un cambio en los volúmenes de productos de alta carga; los expedidores verán un aumento en los costos de compra a domicilio, lo que afectará la valuación del inventario y el flujo de caja”, explicó.
Otro son los flujos de carga modificados; pues las importaciones procedentes de orígenes con aranceles elevados podrían disminuir.
Las rutas comerciales podrían desviarse hacia socios con tratados comerciales o avanzar hacia la deslocalización dentro de México. Esto implica diferentes escalas portuarias, diferentes redes de transportistas y patrones de transporte alterados.
“Además ven tensión en la red de almacenes. Las empresas podrían acumular mayores inventarios de reserva en jurisdicciones con aranceles más bajos o dentro de México, lo que aumenta la demanda de almacenamiento a largo plazo y cross-docking”, refieren.
En consecuencia, la competitividad logística de México en 2026 dependerá, en gran medida, de la velocidad con la que el sector logre adaptarse a este nuevo escenario.
El desafío no es menor si se considera que la industria logística representa más del 8 por ciento del producto interno bruto (PIB).
Modernización, una oportunidad
En los últimos años, el gobierno mexicano impulsó diversas iniciativas de modernización orientadas a mejorar la eficiencia de las operaciones logísticas a nivel nacional, mismas que acelerará con la reforma aduanera que comenzará su aplicación el primero de enero de 2026.
Estas acciones incluyen inversiones en infraestructura y la adopción de tecnologías con el objetivo de fortalecer la competitividad, transparencia y la sostenibilidad del sector. Este entorno contribuye a revalorizar a la industria logística nacional.
De acuerdo con la consultora Ken Research, el mercado mexicano de tecnología logística está valuado en alrededor de mil 200 millones de dólares, cifra que engloba soluciones de automatización y plataformas especializadas.
Este crecimiento responde, principalmente, a la mayor demanda de eficiencia en la cadena de suministro, al acelerado auge del comercio electrónico y a los avances en herramientas digitales que optimizan las operaciones.
No obstante, Ken Research dice que el proceso de modernización enfrenta desafíos relevantes. Entre ellos destaca la escasez de profesionales calificados, con un estimado de hasta 50 mil vacantes en puestos logísticos en los próximos años.
“Esta brecha se ve agravada por el rápido ritmo del cambio tecnológico, que supera las capacidades actuales de la fuerza laboral. Si bien las empresas han comenzado a invertir en programas de capacitación, su impacto inmediato es limitado, lo que genera ineficiencias y presiona al alza los costos operativos ante la dificultad de cubrir perfiles especializados”, expuso.
Necesario anticiparse
En este contexto, la industria coincide en la urgencia de reforzar estrategias, anticiparse a posibles disrupciones y acelerar la modernización operativa.
La preparación no solo será individual, sino colectiva, en la medida en que autoridades, empresas y operadores logísticos alinean esfuerzos para responder a un entorno más complejo.
Pablo Silva, director de Contenidos de The logistics world summit & Expo, “2026 será un año decisivo: las empresas deberán adelantarse a cambios regulatorios, nuevas demandas logísticas y una reconfiguración profundaen Norteamérica”.
Expuso que así como 2026 que exigirá resiliencia, visibilidad y capacidad de adaptación, el sector logístico se encuentra ante una oportunidad real de fortalecerse.
“La clave estará en responder a tiempo a los desafíos que hoy definen el rumbo de la competitividad y en convertir la presión operativa en una palanca de transformación estructural para México”, refirió.
AG
