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John Hanke: La velocidad del mundo puede bajar a través de juegos móviles

Para el creador de Pókemon Go, agregar más tecnología a la vida resolvería los problemas que enfrenta la gente, entre troleos y memes virales.

¿Te gustan los tacos?”, pregunta John Hanke, casi al llegar a Mijita, un lugar popular en el Ferry Building, el equivalente de San Francisco para el Borough Market de Londres o el Chelsea Market de Nueva York. Su apariencia es más la de un roquero indie de mediana edad que la del director de una compañía que este verano ganó decenas de millones de dólares a la semana, con una camisa de franela a rayas sin abotonar sobre una camiseta con una brújula que muestra parte de un poema de El Señor de los Anillos: “No todo el que deambula está perdido”.

El lema es como un guiño para conocer al hombre detrás de Pokémon Go, posiblemente la innovación digital del año. De un día a otro, en julio se convirtió en un fenómeno cultural que envió a millones de personas de todo el mundo a la calle en busca de monstruos virtuales.

El tráfico de usuarios fue 50 veces más a lo esperado; los ingenieros de infraestructura de Google dicen que provocó interrupciones recurrentes. Pero, la verdadera disrupción, no fue digital, sino física. Como estos monstruos mágicos aparecían en el mismo lugar a la misma hora para cada jugador, se les acusó de provocar estampidas, mientras se apoderaban de parques, centros comerciales e incluso iglesias.

“Estoy feliz de que ya pasamos ese nivel de frenesí”, reconoce Hanke, de 50 años, mientras caminamos hacia el restaurante estilo cantina mexicana. Cuando lanzó el juego, Niantic, su compañía, ya tenía seis años, una eternidad en términos de startups.

“Estuvimos remando durante mucho tiempo, atrapamos la ola”, dice. “Realmente estoy feliz de atrapar la ola”. ¿A pesar de que es 50 veces más grande de lo que anticiparon? “Bueno, incluso el mejor viaje a menudo termina en una caída”, dice.

El éxito repentino de Pokémon Go también elevó el precio de las acciones de Nintendo, la compañía japonesa de videojuegos que invirtió en Niantic y le dio la licencia de su franquicia de 20 años de antigüedad.

Pasamos directamente a la caja a ordenar y Hanke recomienda los tacos de bistec y el guacamole. Los dos tomamos Coca-Cola mexicana (hecha con azúcar de caña, en lugar de jarabe de maíz) antes de ir a una mesa con vista a la bahía. Hanke, quien vive en Berkeley al otro lado del agua, va a su trabajo en bote y bicicleta. El congestionado recorrido diario a Silicon Valley fue una de las razones por las que en 2015 salió de Google, donde nació Niantic.

Pokémon Go acabó con la idea de una vida tranquila. A principios de septiembre, Sensor Tower dijo que los usuarios gastaron más de 440 mdd en el juego en menos de dos meses. Pese a su caótico impacto inicial, Hanke aún insiste en que las autoridades pueden usarlo para “destacar” lugares naturales olvidados. “Lo triste es que tenemos muchos parques grandiosos que la gente no usa porque todo el mundo se va a casa y enciende la televisión y cierra sus puertas”, dice. “Queremos que la gente regrese a los espacios públicos”.

Nuestra comida llega rápido, aunque parece que Hanke no tiene prisa. Creció en Cross Plains, Texas, un pueblo de 1,000 habitantes. Es el primero de su familia que fue a la universidad y no saltó directamente a Silicon Valley. Tras graduarse en artes y ciencias en la Universidad de Texas en Austin en 1989, se empleó en el Servicio Exterior de EU y llegó a la embajada en Myanmar.

Lo que aprendí es que pude ver que la gente puede ser increíblemente feliz en una situación de pobreza extrema y falta de desarrollo”, recuerda. “Hay una felicidad tranquila acerca de la gente que vive en Birmania”. La visión idílica del mundo en desarrollo parece difícil de cuadrar con la cultura acelerada de los smartphones que Pokémon Go ayudó a impulsar. Pero, Hanke cree que las aplicaciones móviles pueden llevar beneficios de salud a sus usuarios. Los juegos pueden ser “casi meditativos” porque “pueden alejar tu mente de otras cosas”.

Mientras sumerjo un totopo en guacamole orgánico, advierto que una razón para la abrumadora popularidad de Pokémon Go fue que ofreció un escape a los tumultuosos acontecimientos globales. Hanke amablemente está de acuerdo. Sin embargo, insiste en que la solución a la sobrecarga tecnológica puede ser más tecnología. Niantic hace una aplicación de Pokémon Go para el Apple Watch. La tecnología wearable es vista como la sucesora natural de los smartphones.

Se queja de lo que ve como una tendencia de la gente de “fijarse en la novedad de la tecnología y no apreciar realmente que el problema mismo es uno más profundo que tal vez ya existía antes”. Por ejemplo, sugiere, si hay un área donde tal vez no es seguro que los niños anden en bicicleta ellos solos, entonces los padres no deben permitirles jugar Pokémon Go sin supervisión.

Comemos nuestros tacos. Como nuestra mesa empieza a enfriarse bajo la sombra, sugiero realizar una caminata meditativa de las que le gustan a Hanke. Vamos hacia la oficina cercana de Niantic por el soleado Embarcadero que volvió a desarrollarse después del terremoto de San Francisco de 1989.

Aunque la mayoría de la gente está desesperada por dejar su marca en el universo, Hanke parece casi avergonzado por ello. “No voy a salir y decir que cambiamos el mundo de gran forma, pero vamos a tratar de cambiarlo a un nivel incremental a través de” muchos. Ahora, la gente tiene otras opciones para salir juntos, dice, una alternativa a las películas o los deportes. “Vamos a ver eso, al final, vamos a lograrlo”.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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