Cuando la industria automotriz mundial se reunió por última vez en Fráncfort para el Salón del Automóvil Bienal, las ventas se dirigían hacia un mínimo en dos décadas. Sin embargo, había un tono optimista entre ejecutivos.
Productos llamativos y mensajes de confianza estarán presentes de nuevo en el Salón del Automóvil de Fráncfort este año, que el martes se abre a los medios del mundo. Los fabricantes de automóviles y los proveedores de autopartes presentarán más nuevos productos que nunca: 210 en total.
Pero el estado de ánimo optimista probablemente sea forzado. A pesar de las compras de automóviles a cerca de un nivel récord en Estados Unidos, la sorprendente recuperación en Europa y una rentabilidad saludable en algunos de los fabricantes más grandes, los analistas están cada vez más preocupados de que la racha de crecimiento de ventas de unidades de la industria automotriz está por llegar a su final.
La trayectoria de las ventas mundiales aún va al alza, un poco. La consultora LMC Automotive espera que las ventas globales de vehículos de pasajeros sean de 88 millones este año, 0.6 más que en 2014. LMC redujo sus pronósticos de 2015 para varios países.
Hay temores de que el mercado automotor pronto tenga un alto repentino, en especial si aumentan las tasas de interés. Los fabricantes ya lidian con fuertes caídas en las compras en Rusia y partes de América Latina; y las ventas en China, el mercado más grande del mundo, que contribuye con 30 por ciento de las colocaciones mundiales, van en reversa debido a la desaceleración económica del país.
"Si sufres en un mercado que genera una parte importante de tus utilidades, lo tratas de compensar en otros lugares", dice Andy Palmer, presidente ejecutivo de Aston Martin y ex director senior de Nissan. "Con el fin de llegar a tus objetivos de volumen, empiezas a dar incentivos en los coches. (Entonces) empezarás a ver reducciones de precio". Esas cuestiones ponen bajo presión algunos de los precios de las acciones de las automotrices.
Analistas de Exane BNP Paribas pronostican que las ventas de unidades de la industria automotriz empezarán a caer a partir de 2017. Si tiene razón, la capacidad adicional de producción que las automotrices llevaron a las líneas —la capacidad de fabricar 16 millones de vehículos más para 2020 en comparación con los niveles de este año— se considerarán como un derroche y presionará más al dinero que la industria gana por cada coche.
En los últimos años, la mayor fuente individual de satisfacción para muchas de las automotrices fue Norteamérica.
En particular, el mercado de EU —número dos en términos de ventas— experimenta una alta demanda en medio de los alentadores indicadores económicos, como el bajo desempleo.
También es muy redituable para las automotrices estadunidenses
—GM, Ford, Fiat Chrysler Automobiles— que realizaron fuertes reestructuraciones durante las crisis financieras.
Los bajos precios del petróleo causaron un cambio en los gustos del consumidor hacia las "camionetas ligeras" —el término general para las camionetas pick up y los vehículos utilitarios deportivos, que normalmente obtienen mayores márgenes de utilidad frente a los vehículos más chicos. En agosto, las camionetas generaron 74 por ciento de las ventas en EU de Ford, GM y Fiat Chrysler, un récord.
Pero con las ventas de EU de nuevo a niveles superiores a la época previa a la crisis, los analistas dicen que hay dos factores que pueden detener la bonanza.
En primer lugar, un aumento en las tasas de interés de EU puede restringir el crédito y, por lo tanto, reducir las compras de vehículos. En segundo lugar, las automotrices pueden buscar compensar la caída en la demanda en China al aumentar la presión de las ventas en EU, lo que tendría como resultado una guerra de precios.
Además, la nueva capacidad de fabricación en el sur de EU y en México pronto empezará a funcionar después de los compromisos de automotrices como Ford, Toyota y Volvo.
Max Warburton, analista de Bernstein, duda que la mejoría del mercado europeo pueda compensar la caída que se espera en la rentabilidad en EU y los problemas en las economías emergentes. "¿La demanda europea puede lograr que salgan airosos?, se pregunta. "Lo dudamos".
Rusia y América Latina —junto con China— alguna vez se consideraron los principales motores de rentabilidad en el futuro para la industria automotriz.
Brasil, ahora envuelto en una recesión, es un punto notablemente débil para las automotrices; las ventas cayeron 20 por ciento en el año en comparación con 2014. Rusia mostró en agosto señales de estabilización, pero aún se espera que las ventas caigan 36 por ciento este año, lo que se agrava con una fuerte caída en el valor del rublo.
Pero por mucho, la principal preocupación en Fráncfort será China.
La caída en las ventas en China pasa la factura en los grandes precios y los gigantescos márgenes que los fabricantes de automóviles disfrutaron en el país durante varios años.
General Motors y Volkswagen dependieron de China para 44 y 41 por ciento de sus utilidades de operación, respectivamente, el año pasado, de acuerdo con la consultora AlixPartners.
Los fabricantes lanzarán una serie de vehículos en Fráncfort que se aprobaron en una época de boyante optimismo en torno al mercado chino, que tenía una predilección por los vehículos de lujo hasta que se puso en marcha una campaña contra las compras ostentosas hace dos años.
Bentley lanzará el Bentayga —el SUV "más rápido y lujoso del mundo", según la compañía— junto a los productos rivales de Jaguar y Maserati.
La caída en las ventas de autos en China llega en un momento en que hay ambiciosos planes para aumentar la capacidad de fabricación en el país, Exane BNP Paribas estima que a la capacidad se le sumarán 7 millones de unidades para 2018, un aumento de 20 por ciento en comparación con este año.
"Los productores tienden a ser un poco optimistas en términos de capacidad instalada y los pueden tomar desprevenidos cuando los mercados bajan", dice Jonathon Poskitt, director de pronósticos de ventas de LMC.
Los ejecutivos de las principales automotrices probablemente ponen su fe en el potencial a largo plazo del mercado chino mientras se ocupan de sus stands en Fráncfort. Pero en el corto plazo es poco probable que China continúe con su papel de impulsar la racha de crecimiento de las automotrices.