¿Elon Musk al rescate? El director general de Tesla otorgó a Samsung Electronics un contrato por 16 mil 500 millones de dólares (mdd) a ocho años para fabricar la próxima generación de chips de inteligencia artificial (IA) personalizados de la automotriz. Es el mayor acuerdo que la empresa surcoreana ha conseguido con un solo cliente.
Y vaya que Samsung necesita una buena noticia. Ha decepcionado en un par de trimestres consecutivos. Se rezagó en la producción de memoria de alto ancho de banda, clave para mejorar la eficiencia en cargas de trabajo de IA utilizadas por Nvidia y sus pares, cediendo terreno a su rival local SK Hynix. Su negocio de fundición de chips apenas figura en el retrovisor de su mayor competidor taiwanés: TSMC ostenta una cuota de mercado de 67.6 por ciento, frente al 7.7 por ciento de Samsung, según datos de TrendForce.
Las plantas de chips dependen de un ciclo virtuoso: cuantos más clientes, mejores rendimientos; cuanto mejores rendimientos, mayores beneficios; y con ellos, más reinversión –y así sucesivamente–. Hasta ahora, la fundición de Samsung va justo en dirección contraria.
Quien más necesita una ayuda es su nueva planta en Texas —beneficiaria de la Ley de Chips y Ciencia del expresidente estadunidense Joe Biden— que corre el riesgo de convertirse en un elefante blanco. Aun así, los inversionistas, que ya habían impulsado el precio de las acciones de Samsung en casi un tercio este año por expectativas de recuperación, lo elevaron otro 6.4 por ciento tras el anuncio del contrato con Tesla.
El dato67.6 por ciento de participación de mercado tiene TSMC
En el negocio global de fundición de chips, frente al 7.7 por ciento de Samsung, según TrendForce.
Pero eso parece apresurado. En una industria que vive de cifras gigantescas, el contrato a ocho años resulta más bien modesto: 2 mil mdd anuales para una empresa que, según S&P Capital IQ, se espera genere ventas por 230 mil mdd este año. Es decir, el equivalente a apenas tres días de ventas.
Además, es perfectamente posible que Musk —limitado, en la práctica, a un número reducido de proveedores— busque mantenerlos alerta. Tesla encargó a TSMC la producción de su generación anterior de chips; los chips AI4 previos los fabrica Samsung. Aunque no se han revelado los términos del contrato, es probable que Tesla haya conseguido una buena oferta. Samsung tendría todo el incentivo para ofrecer condiciones atractivas en una planta con capacidad ociosa. En cambio, una TSMC mucho más ocupada tendría menos razones para ser igual de flexible en precios.
el datoDos mil millones anuales es el valor promedio del contrato con Tesla,
Equivalente a solo tres días de ventas para Samsung.
Es cierto que, aunque no sea el contrato más rentable del mundo, Tesla aporta otros beneficios: un nombre de peso para adornar la fábrica y atraer a otros grandes clientes, además de una especie de asesoría ejecutiva, ya que Musk planea visitar la planta y ayudar a maximizar la eficiencia de producción.
Pero por sí solo, este acuerdo no bastará para impulsar una recuperación. Las otras divisiones de Samsung, incluidos los smartphones, enfrentan sus propias presiones. El reciente repunte de sus acciones —ligeramente por encima del índice de referencia al que pertenece— ha elevado su valuación por encima de la mayoría de sus pares. Solo poniéndose al día con la tecnología de sus rivales y recuperando clientes de alto perfil podrá Samsung volver a encarrilarse.
JLR