Negocios

Tecnología, clave para la industria y el sector laboral de Estados Unidos

El aumen­to de pro­duc­ti­vi­dad es la única forma en que el sec­tor manufacturero de EU puede compe­tir con China

Hace unas semanas tuve uno de esos momentos de lucidez que cambiaron mi perspectiva sobre el mercado laboral en Estados Unidos. Estaba en una fábrica de construcción naval en Marinette, Wisconsin, propiedad de la compañía italiana Fincantieri. Entre otras cosas, construyen fragatas gigantes para la Marina estadunidense, buques de más de 400 pies de longitud (alrededor de 120 metros) y muchos pisos de altura.

Antes a cientos de hombres les tomaba años lograr el doblado de este tipo de metal. Pero en este enorme edificio, de poco más del tamaño de una cancha de futbol, conté menos de dos docenas de trabajadores. Dirigían brazos robóticos de soldadura para tallar enormes piezas de acero en una fracción del tiempo que tarda el granallado a mano. Los cascos de realidad virtual les ayudaban a ajustar con precisión la construcción de las nuevas naves a las piezas que aún no se habían instalado, algo que antes implicaba conjeturas y planos en papel. Incluso los pintores usaban “exotrajes” de ciencia ficción (pensemos en Matt Damon en Elysium) para hacer que su trabajo fuera más fácil y cómodo.

Si esto es lo que está sucediendo en la construcción naval, una de las industrias más anticuadas del mundo, piensen en el potencial de la tecnología para cambiar el entorno industrial en los próximos años. Ya sabemos que ha tenido un mayor impacto en los empleos de fabricación que incluso la subcontratación a China. Ambos factores, en conjunto, transformaron el panorama de EU. En 1990 el sector de fabricación era el empleador más importante en la mayoría de los estados. En la actualidad solo ocupa el primer puesto en Wisconsin, Michigan, Iowa, Alabama, Kentucky y mi propio estado natal, Indiana.

Las cifras de empleo de junio muestran que el trabajo en el sector de fabricación se mantiene sin cambios, a pesar de todos los comentarios del presidente sobre el reshoring (la relocalización de la producción para que regrese al país). Si bien parte de esto puede deberse a los aranceles, creo que es más a la naturaleza cambiante del empleo industrial. En las fábricas son menos frecuentes, pero mucho mejores que cuando yo frecuentaba las abarrotadas y relativamente sencillas instalaciones de componentes electrónicos que mi padre dirigía hace décadas para empresas como United Technologies.

Los empleados que conocí en Marinette trabajaban más a nivel de ingenieros que como maquinistas. Participaban en innovación de productos, investigación y capacitación de nuevos trabajadores, algo que la tecnología transforma: ahora se necesitan días en lugar de meses para que un nuevo soldador se ponga al día con equipos robóticos.

Pero también requiere inversión, algo que no todas las empresas han estado dispuestas o han podido hacer. Fincantieri invirtió casi mil millones de dólares en gastos de capital en sus instalaciones de Wisconsin durante 15 años, y la seguridad a largo plazo de los contratos de defensa (que se extienden durante años o incluso décadas) hicieron que fuera una buena apuesta. La compañía emplea a 2 mil 500 personas en un pueblo de 11 mil habitantes, con un gran efecto multiplicador. Por cada puesto de trabajo de Fincantieri en la región, se apoyan ocho más en áreas como cadena de suministro, vivienda, construcción, servicios y sector público.

Este tipo de despliegue tecnológico no está presente en todas las empresas de construcción naval, ni siquiera en la mayoría de las compañías industriales. Existe un efecto superestrella en inversión en tecnología de fabricación, que suele concentrarse en firmas destacadas y en industrias específicas, el sector automotriz está muy automatizado, por ejemplo, mientras que áreas como la producción de alimentos, minería y sector textil lo están menos.

Una mayor difusión de la tecnología en industrias y empresas de todos los tamaños es crucial, ya que los aumentos de productividad basados en la tecnología son la única manera de que el sector de manufactura en un país como EU compita con China u otras naciones con costos laborales más bajos.

Si bien la construcción de barcos, chips o incluso coches en EU no va a reemplazar los empleos de la década de 1990, es importante mantener un nivel saludable de producción industrial en las grandes economías regionalizadas (América, Europa y China encajan en esa descripción) para la seguridad nacional y la resiliencia. Las disrupciones en la cadena de suministro ocurren por todo tipo de razones, y el mundo no debe poner todos los huevos en una misma canasta.

Dicho esto, la naturaleza cambiante y el número de empleos en el sector de fabricación plantean preguntas importantes sobre el origen del crecimiento del mercado laboral. En EU, la atención de salud sustituyó a la industria de manufactura en las últimas tres décadas como principal empleador en la mayoría de los estados. Esto se debe en parte a que los estadunidenses se vuelven más viejos, son más ricos y gastan más en tratamientos médicos. También a que tienen más sobrepeso y menos salud de lo que deberían, y a que cuentan con un sector de atención de salud muy ineficiente y fragmentado que incentiva procedimientos y medicamentos costosos en lugar de la prevención. Ya que en la mayoría de los casos, la atención de salud no se puede subcontratar.

Pero un número cada vez mayor de empleos en el sector de atención de salud puede mejorarse o incluso sustituirse por la tecnología. Y en este sentido, los cambios en el sector de fabricación ofrecen una perspectiva de lo que se avecina para la industria de más rápido crecimiento de EU. Los costos de la atención de salud son altos y crecen a un ritmo superior a la inflación general. La calidad del servicio es bastante variada, y los trabajadores escasean y su capacitación es menor de lo que debería. La penetración de la tecnología es baja.

Esto es una oportunidad para la inteligencia artificial. Tal vez los médicos sean los constructores de barcos del futuro, en un mercado laboral que estará definido (como siempre lo ha estado) por la disrupción tecnológica.


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@The Financial Times Limited 2025. Todos los derechos reservados . La traducción de este texto es responsabilidad de Milenio Diario.

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