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El juego más difícil: Taylor Swift entre el escenario y el compromiso

FT MERCADOS

La superestrella más poderosa del pop enfrenta su mayor reto: mantener su marca intacta mientras abraza el matrimonio y la vida familiar.

El éxito de Taylor Swift  se mide mediante una serie de métricas impresionantes. Su fortuna personal se estima en mil 600 millones de dólares (mdd). Ya logró 12 sencillos número uno en el Billboard Hot 100. Ostenta los récords de más debuts en el top 40, top 20 y top 10. La artista femenina más exitosa, la estrella del pop, posee poderes tectónicos. Según sismólogos de la UCL de Londres, generó una lectura de 0.8 en la escala de Richter, la potencia equivalente a un terremoto inofensivo, en Wembley durante su gira Eras.

Su compromiso con la estrella del futbol americano Travis Kelce la semana pasada generó otra avalancha de cifras. “Su profesora de inglés y su profesor de deportes se casan”, anunció el martes a través de Instagram. En las fotos se muestra a la pareja en un jardín extravagantemente exuberante, rodeado de millones de flores. Se quedaron paralizados en el momento de la propuesta: ella se agachó junto a Kelce, ataviada con un vestido Ralph Lauren y un Louis Vuitton; él, arrodillado, le pidió la mano.

Esa publicación hasta el momento ya recibió 32 millones de “me gusta”. A esto le siguió mucha especulación con respecto al anillo de compromiso. Los expertos coinciden en que luce un diamante de talla brillante Old Mine de entre ocho y diez quilates: una forma elegante de decir que es una piedra antigua. Engastado en oro amarillo, se estima que el anillo costó entre 500 mil y un millón de dólares. Ideal para realzar el reloj de cuarzo Cartier Santos Demoiselle con incrustaciones de diamantes que lucía en su muñeca.

El compromiso llega luego de una serie de grandes anuncios de la novia de Estados Unidos. A principios de este mes, la cantante anunció un nuevo álbum, que saldrá el 3 de octubre. En The Life of a Showgirl se reunirá con el superproductor Max Martin para un álbum de “doce éxitos”. ¡Gracias a Dios! (El crítico musical de este periódico me dijo de forma categórica el año pasado que creía que la etapa Max Martin de Swift había terminado: esa parte de ella había “acabado”. Pero justo cuando yo estaba decidida a soportar para siempre sus divagaciones intelectualoides con piano, nos vuelve a sorprender).

Hablando durante casi dos horas en New Heights,  el podcast que Kelce presenta junto a su hermano Jason, Swift describió las canciones como “melodías tan contagiosas que casi te enojas”. Con este álbum, abraza su éxito con un orgullo inusualmente descortés.

Showgirl es algo que ella quería hacer “desde hacía mucho tiempo”, lo que se traduce en unos dos minutos en el mundo de la mayoría de la gente. Parece que fue ayer cuando nos abríamos paso a través de su obra maestra de dos álbumes, The Tortured Poets Department, en la que se revolvía entre la angustia del desamor y el dolor de la soledad. Un año después, dejó de ser una ninfa cantante de folk con capa de bruja. En su lugar, una reina con corpiño de diamantes de imitación, con boa de plumas, cantante y bailarina.

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“La personalidad de Swift

Siempre ha estado ligada a sus facetas artísticas” 

La personalidad de Swift siempre ha estado ligada a sus facetas artísticas, desde la de una adolescente de la música country, hasta la de una chica atrevida de la música pop, la de una prostituta y la de una bardo desconsolada. Ahora que la eterna soltera dijo que sí, sus personalidades tanto pública como privada finalmente se van a apartar.

La autodenominada “Señora sin hijos y con Gatos” y santa patrona de las solteronas fue en su día un icono feminista: tuvo un éxito rotundo, pero su sello distintivo era la soltería con la que todos nos identificamos. Ahora se inclina hacia su grandeza típicamente estadunidense, con un héroe del futbol americano a su lado. Forman la pareja perfecta, imponentes en estatura, personalidad y estilo. (Dicho esto, todavía me cuesta no reírme disimuladamente cuando oigo que describen a Kelce como el ala cerrada de los Kansas City Chiefs).

Para los que están acostumbrados a su sensibilidad más suave, el estilo de vida actual de Taylor tiene como una energía de MAGA. Es descarado, orgulloso y estridente. Es Ralph Lauren y Estados Unidos de América. Claro, sabemos que votó por Kamala Harris y es demócrata desde hace mucho tiempo. Pero en esta época –asistencias a partidos importantes, fiestas en Nueva York, cervezas a raudales, echar porras, ser la novia– está adoptando un conservadurismo más tradicional que complacerá a su público más amplio. Incluso Donald Trump, quien una vez dijo “No la soporto”, ahora le deseó a la pareja “mucha suerte”.

La superestrella más poderosa del pop enfrenta su mayor reto: mantener su marca intacta mientras abraza el matrimonio y la vida familiar.
La artista que mueve la economía del pop busca conquistar también el matrimonio.

Como movimiento de marca, el matrimonio es arriesgado. Es un reto de equilibrio para una estrella musical. ¿Qué pasa cuando te asientas? Peor aún: ¿si se tienen hijos? Los fans tolerarán casi cualquier comportamiento, pero mantenerlos durante la etapa familiar es un reto que pocos han superado. El matrimonio de Madonna con Sean Penn produjo True Blue, pero su mejor trabajo llegó después del divorcio con Like a Prayer. Beyoncé se convirtió en la Señora Carter y tuvo Blue Ivy y otras. Ella experimentó una evolución profesional y se convirtió en una vaquera que obtuvo el aplauso de la crítica. Pero nunca ha despertado el mismo fervor de los fans que en los últimos suspiros de su etapa en Single Ladies. Rihanna mantiene su prestigio como fashionista, pero no está componiendo música. Todos sabemos cómo le fue a Britney Spears.

Los estudios han encontrado que las tasas de empleo entre las mujeres después de tener hijos disminuyen entre 90 y 75 por ciento. Y aunque los íconos del pop mundial son menos vulnerables a las vicisitudes de la brecha salarial de género, corren el riesgo de caer en la misma irrelevancia cultural.

Esta es una desventaja inevitable del estrellato femenino: puede casarse y considerar tener hijos, pero debe seguir siendo atractiva a toda costa. Sin embargo, Swift, siempre una maestra de la estrategia, parece haber planeado con mucha anticipación. La profesora de inglés puede estar en el jardín de rosas, pero su Showgirl aumentó el atractivo sexual. De ahí la avalancha de excitantes avances de álbumes que nos recuerdan que sigue siendo una estrella. Vean a Swift tumbada en una tina, fotografiada por los maestros del sexógrafo Mert y Marcus. Véanla despatarrada en una silla.

¿Será capaz de lograr un doble papel? ¿Podrá interpretar a la acogedora esposa tradicional y seguir siendo la bomba sexual con un corset? ¿Se pueden disfrutar de dos épocas en un solo momento? Sin duda, Swift tendrá una canción para eso.

KRC

















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@The Financial Times Limited 2025. Todos los derechos reservados . La traducción de este texto es responsabilidad de Milenio Diario.

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