Rodeada por los ejecutivos más poderosos de Silicon Valley en la Casa Blanca la semana pasada, Melania Trump elogió la inteligencia artificial (IA) como “el mayor motor de progreso en la historia de Estados Unidos”.
A menos de una milla de la primera dama, en un salón de hotel repleto de fieles a MAGA, el destacado republicano Josh Hawley tenía un mensaje diferente.
La inteligencia artificial “amenaza la libertad del hombre común” e incluso puede socavar la propia República, declaró el veterano senador estadunidense de Missouri. “El problema con la revolución de la IA, tal como está ocurriendo actualmente, es que solo consolida el poder de los que ya son los más poderosos del mundo”, dijo. “El objetivo es reemplazar al granjero, al obrero, al trabajador de la construcción”.
Hawley critica con frecuencias a las grandes compañías de tecnología; sin embargo, sus comentarios cuentan con el respaldo de un coro cada vez mayor de la derecha estadunidense, incluso mientras la administración de Donald Trump elimina las barreras regulatorias y acelera la adopción de la IA en todo el país.
Esto presagia un choque inesperado en el corazón del mundo MAGA.
Pastores evangélicos, estrategas políticos y académicos reunidos en la reciente Conferencia Nacional de Conservadurismo —el centro neurálgico ideológico del movimiento MAGA— mostraron un profundo desprecio por la tecnología.
“Hay mucha gente que básicamente está preocupada por qué va a suceder con el desempleo, las familias, la cultura y la educación con la IA avanzada, incluso si no llega a la superinteligencia artificial”, dijo Geoffrey Miller, psicólogo evolutivo que participó en un panel en la conferencia.
“La industria de la IA prácticamente no comparte coincidencias ideológicas con el conservadurismo nacional”, dijo.
Los asistentes provenían de grupos que ayudaron a dar forma a la plataforma política de la administración Trump, pero se mostraron “abrumadoramente positivos” sobre el discurso, dijo Miller. “Mucha gente se preguntaba: ‘¿Qué tengo que leer para aprender más?’”.
Algunos en la derecha de MAGA se muestran escépticos desde hace mucho tiempo respecto a la conversión de las grandes compañías de tecnología a Trump.
El antiguo jefe de estrategia de la Casa Blanca, Steve Bannon, hizo un llamado para que Mark Zuckerberg —quien se sentó junto a Trump en una reciente cena en la Casa Blanca con otros líderes de IA— sea encarcelado por usar su plataforma de Facebook para ayudar a los demócratas.
Crece resistencia
Pero el ascenso de la IA le da a los escépticos otro garrote con qué golpear a las élites de Silicon Valley.
Una advertencia del director ejecutivo de Anthropic, Dario Amodei, de que la inteligencia artificial puede eliminar la mitad de todos los empleos de oficina y administrativos de nivel básico en cinco años la aprovecharon algunos en la derecha, que hicieron un llamado a Trump para que limite la tecnología.
Los conservadores cristianos temen que el tipo de compañía que ofrecen los bots de IA perjudique a la sociedad o incluso disuada a las personas de casarse. También les preocupa la pornografía con inteligencia artificial y el uso de esta tecnología para “desnudar” a seres humanos.
La resistencia de los conservadores se intensificó con los reportajes de personas cometiendo asesinatos y los suicidios de adolescentes luego de tener interacciones prolongadas con chatbots, como ChatGPT, de OpenAI.
La compañía fue demandada por la familia de Adam Raine, un joven de 16 años que se suicidó en abril luego de buscar apoyo para su salud mental a través del producto. La familia de Raine afirma que el chatbot incluso les dio consejos sobre los mejores materiales para una soga. (Luego de la presentación judicial, OpenAI anunció nuevos protocolos de seguridad para adolescentes en ChatGPT).
Personalidades de medios conservadores, como Megyn Kelly, denunciaron el incidente como “horrendo”. Mike Davis, aliado de Trump que ayudó a impulsar la aprobación de sus nominados a la Suprema Corte en el Senado, instó a la gente a “ver y recordar” una entrevista televisiva con los padres de Raine, “cuando los oligarcas de la IA vuelvan a suplicar al Congreso” por un remedio legal.
Desechan parte del “grande y hermoso proyecto de ley”
Una primera señal de la reacción negativa de la derecha contra la IA se produjo este verano, cuando Bannon y Davies convencieron a los republicanos de desechar parte del “grande y hermoso proyecto de ley” de Trump, que habría impedido que los estados regularan la inteligencia artificial por sí mismos.
La industria de la IA hizo un intenso cabildeo a favor de la moratoria, argumentando que daría claridad legal al sector.
Las encuestas muestran que los escépticos de la derecha comprenden mejor el estado de ánimo del país. Una encuesta de YouGov reveló que más del 55 por ciento de los votantes se opusieron a la disposición, cifra que llegó al 70 por ciento entre los jóvenes de 18 a 34 años.
“Incluso el promotor del proyecto de ley, el senador Ted Cruz, votó en contra de su propia moratoria, porque era evidente que la situación había cambiado con tanta fuerza que no había forma de resistirse”, dijo Michael Toscano, director de la Family First Technology Initiative del Institute of Families Studies (Iniciativa de Tecnología Familia Primero del Instituto de Estudios Familiares). Toscano describió la IA como una “tecnología maliciosa”.
La derrota de la moratoria fue “un momento crucial en la política tecnológica estadunidense”, dijo Adam Thierer, investigador principal del R Street Institute, que promueve políticas de libre mercado.
Algunos republicanos siguen enojados por como los ejecutivos de tecnología, antes conocidos por sus políticas progresistas, hacen que Trump se retire de su plataforma.
A ellos se les unió un “grupo vocal y cada vez mayor de conservadores que desconfían fundamentalmente de los beneficios de la innovación tecnológica”, afirmó Thierer.
A pesar de que la administración Trump abraza a las grandes compañías de tecnología —con impulsores como el inversionista de Silicon Valley David Sacks, dirigiendo la política de IA del presidente—, la animadversión en la derecha estaba creciendo, según Adam Thierer, investigador principal del R Street Institute
Con los escépticos de MAGA por un lado y los aliados de las grandes compañías de tecnología del presidente por el otro, se libra una “batalla por el alma del movimiento conservador”.
El resentimiento popular es una amenaza para el Partido Republicano de Trump, advierten algunos de sus partidarios, sobre todo si la inteligencia artificial empieza a desplazar empleos, como sugieren muchos de sus exponentes.
“Pueden desplazar a los trabajadores agrícolas, ¿qué van a hacer al respecto? Pueden desplazar a los trabajadores de fábricas, y simplemente se suicidarán con drogas y comida rápida”, dijo Tucker Carlson, una de las figuras mediáticas más prominentes del movimiento MAGA, en una conferencia tecnológica el lunes.
“Si se les hace eso a los abogados y a los empleados del sector sin fines de lucro, se producirá una revolución”.
Esto convirtió el abrazo de Trump a los jefes de Silicon Valley en un “riesgo significativo” para su administración de cara a las elecciones de mitad de mandato del próximo año, según un destacado estratega republicano.
“Es una verdadera arma de doble filo: la administración se ve obligada a adoptar (la IA) porque si EU no es líder en inteligencia artificial, China lo será”, dijo el estratega, coincidiendo con el tipo de argumento utilizado por Sacks y su colega asesor, Michael Kratsios, para su plataforma de políticas de IA.
“Pero podríamos ver un aumento repentino del desempleo durante el próximo año”, dijo el estratega.
Otros partidarios de MAGA instan a Trump a moderar su apoyo público a un sector de inteligencia artificial que muchos consideran una amenaza.
“La presión que se ejerce sobre los conservadores para que se alineen… es una receta para el descontento”, dijo Toscano.
Al cortejar a los jefes de la inteligencia artificial, el Partido Republicano, que afirma representar al movimiento a favor de la familia, a las comunidades religiosas y a los trabajadores estadunidenses, parecía estar apoyando a los que son antitéticos para todos esos grupos, advirtió.
“La perspectiva actual sugiere que los miembros más importantes del partido son los de Silicon Valley”, dijo Toscano
Con información de: Cristina Criddle en San Francisco
