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Los riesgos del ascenso de la extrema izquierda en EU

El éxito o el fracaso de los demócratas por su postura populista en el actual cierre de gobierno nos dirá mucho sobre el apoyo a los socialistas, quienes buscan equilibrio entre lo moralmente justo y lo práctico

Todos conocemos el ascenso de la derecha autoritaria en Estados Unidos y los riesgos que representa tanto para la economía como para la sociedad. Pero ¿qué pasa con la extrema izquierda? Este riesgo político extremo ahora lo toman más en serio muchos miembros de la comunidad empresarial, quienes temen que la centroizquierda esté desapareciendo, de la misma manera en que el conservadurismo tradicional dio paso a MAGA.

El ascenso del candidato socialista democrático a la alcaldía de la ciudad de Nueva York, Zohran Mamdani (quien todavía lidera las encuestas después de que se retiró de la contienda el alcalde en funciones, Eric Adams); el surgimiento de otros populistas de izquierda como Graham Platner (un ostrero de Maine que probablemente se enfrentará a la senadora republicana Susan Collins, quien lleva cinco mandatos, en las elecciones medias del próximo año); incluso se insinúa que la congresista Alexandria Ocasio-Cortez se postulará a la presidencia o al Senado de EU en 2028. En conjunto, estos acontecimientos hacen que tanto los centristas demócratas como las empresas se pregunten cómo será un giro radical hacia la izquierda política en Estados Unidos.

El problema está, de hecho, en el corazón del actual cierre del gobierno, impulsado por la renuencia de los demócratas a aprobar un presupuesto que recortará las prestaciones de atención de salud de millones de los estadunidenses más pobres a cambio de exenciones fiscales para los ricos.

En el pasado, muchos demócratas no habrían estado dispuestos a pelear a muerte y correr el riesgo de ser culpados por un cierre de gobierno, pero en este momento, hay muy poco que perder, ni política ni prácticamente. Los recortes de personal del gobierno federal de Trump seguirán adelante sin importar si los demócratas aprueban el presupuesto, y dado que el apoyo al partido está en un mínimo histórico, hay pocas razones para no oponerse a los republicanos, una postura que la senadora populista demócrata Elizabeth Warren califica de “moralmente correcta”.

Sin importar cuál sea el resultado, está claro que las futuras elecciones se ganarán o perderán dependiendo de quién convenza a los trabajadores de que van a luchar por ellos. Por ejemplo, la cuestión de la asequibilidad de la atención de salud —las encuestas muestran que las primas probablemente aumentarán 10 por ciento o más el próximo año— impulsa el lanzamiento de “TrumpRx”, un sitio web federal a través del cual los estadunidenses podrán comprar medicamentos con descuento (irónicamente, siguiendo el ejemplo de Obamacare). La crisis de asequibilidad también está detrás de las rentas congeladas y los supermercados de propiedad municipal que sugiere Mamdani.

El populismo es lo que impulsa a los actuales y futuros candidatos demócratas a adoptar un tono más a favor de los trabajadores y antiempresarial, y a centrar la atención en cuestiones como la destrucción de empleo relacionada con la inteligencia artificial, que afecta de forma desproporcionada a los jóvenes. No es de extrañar que 62 por ciento de este grupo tenga una visión favorable del socialismo, de acuerdo con una encuesta reciente del Cato Institute-YouGov. Algunas de las nuevas campañas de extrema izquierda son dirigidas por veteranos que han trabajado para populistas como el senador de Vermont, Bernie Sanders, o el senador de Pensilvania, John Fetterman.

Como era de esperar, el mundo empresarial está inquieto, sobre todo por Mamdani, dado que las elecciones a la alcaldía de Nueva York están a unas cuantas semanas. Los financieros de Wall Street, que descubrieron que las primeras donaciones no fueron suficientes para frenar su impulso, comienzan a financiar anuncios de ataque. Los magnates inmobiliarios impulsan una narrativa de fuga de capitales de Nueva York, aumento de la delincuencia y un escenario de “regreso a la década de 1970” si Mamdani gana. El inversionista de fondos de cobertura Bill Ackman se muestra agresivo al afirmar que cientos de millones de dólares de campaña están disponibles para cualquiera que pueda derrotarlo, a pesar de que las donaciones contra Mamdani disminuyeron dada su aparente e inevitable victoria.

¿El populismo de izquierda será peor que el autoritarismo de derecha? No de este tipo. De hecho, diría que la mayoría de los estadunidenses no tiene ni idea de qué es el socialismo, dado que mucho de lo que se considera socialismo en Estados Unidos se considera moderado en gran parte de Europa. Pero es cierto que los impuestos sobre el patrimonio y las cargas regulatorias —que ya son altas en algunas zonas— pueden aumentar si la extrema izquierda llega al poder. Esto es algo que critica el llamado bando de la “abundancia” en el Partido Demócrata.

Los populistas centran la atención en la asequibilidad, pero hasta ahora las políticas que presentan tanto la derecha como la izquierda son endebles y según sea necesario. Reducir la regulación no solucionará la crisis inmobiliaria y es posible que una gran recesión económica convierta el desempleo, en lugar de la inflación, en la preocupación económica más apremiante. Lo que se necesita es algo que conecte estas ideas con una teoría sólida del poder y su funcionamiento.

La izquierda populista tendrá que lidiar con lo que es moralmente justo y lo que funcionará. Mamdani tiene razón en que Nueva York es inasequible para la mayoría de la gente común. Pero, suponiendo que gane, me encantaría ver una perspectiva más matizada sobre la regulación, por ejemplo, de los grandes dueños de propiedades en lugar de los pequeños. El cuidado infantil universal, otra idea que propone, debe financiarse de alguna manera. Pero, como demostró Biden, hay maneras de que funcione para las empresas; basta con ver cómo la ex secretaria de Comercio Gina Raimondo vinculó las disposiciones sobre cuidado infantil con los subsidios federales para la inversión en semiconductores.

El éxito o el fracaso de los demócratas por su postura populista en el actual cierre de gobierno nos dirá mucho sobre la magnitud del apoyo a la extrema izquierda. Pero lo que ya está claro es que el centro no se mantiene.



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@The Financial Times Limited 2025. Todos los derechos reservados . La traducción de este texto es responsabilidad de Milenio Diario.

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