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Empresas deben replantear políticas laborales para evitar escasez de mano de obra

FT MERCADOS

Afecta a cerca de 100 millones de personas.

Cuando Katie Lazell-Fairman regresó al trabajo después de recuperarse de covid-19, rápidamente descubrió que el virus había hecho mucho más estragos en su cuerpo de los que pensaba. 

“Me desperté de repente sintiéndome increíblemente agotada y mareada. Mi ritmo cardíaco era de 135 latidos por minuto de pie, y de 140-150 caminando”, dice Lazell- Fairmande 35 años. 

Lazell-Fairman, que se contagió de covid en 2020, dice que tuvo que dejar su trabajo. Su médico le diagnosticó un trastorno de la circulación sanguínea y otras afecciones relacionadas con el covid. Las autoridades rechazaron su solicitud de prestaciones de la seguridad social por incapacidad. 

Lazell-Fairman es una de las 100 millones de personas en el mundo que se estima padecen covid largo, una enfermedad debilitante en la que los síntomas del virus se prolongan durante 12 semanas o más, lo que a menudo les impide volver a su vida laboral. 

Aunque el covid largo pasa una fuerte factura a las personas afectadas, también representa un desastre en ciernes para las empresas y las economías, ya que puede sacar a un número importante de personas de los mercados laborales, donde los empresarios ya tienen dificultades para contratar. 1 de cada 5 pacientes hospitalizados por covid seguía sin trabajar cinco meses después, según un estudio británico sobre los efectos del virus después de la hospitalización. 

Los responsables de la política empiezan a sospechar que esta afección es uno de los factores que explica la escasez de mano de obra en el mundo, donde muchos empleados de mayor edad quieren trabajar menos horas o abandonan por completo la fuerza laboral. 

El Dato...

1 de cada 5

Pacientes hospitalizados por covid seguía sin trabajar cinco meses después de haber sido dados de alta

La afección es tan nueva que la legislación laboral todavía no se pone al día con ella: en muchos países, los gobiernos y los tribunales todavía no dejan claro hasta qué punto debe tratarse como una discapacidad o una enfermedad profesional. 

Pero mientras tanto, los activistas afirman que los empresarios no solo deben reconocer sus propias responsabilidades, sino también el impacto potencial en sus empresas

Se avecina un momento decisivo 

Hasta ahora, se desconoce la magnitud del problema a nivel mundial: muy pocos países recopilan datos sobre la incidencia de covid largo, y los empleadores no siempre son conscientes de los casos entre su personal, que a menudo tiene dificultades para obtener un diagnóstico u ocultan su padecimiento. 

Pero en algunos países, los datos del mercado laboral dan una idea de cómo crecieron los problemas de salud de larga duración durante la pandemia. En EU, donde el covid largo puede considerarse una discapacidad en virtud de la Ley para Estadunidenses con Discapacidades, los datos de la población activa muestran que el número de civiles con una discapacidad que trabajan o buscan trabajo creció en 1.36 millones, un incremento de 23 por ciento. 

El Reino Unido también publica un conteo mensual oficial de casos autodeclarados, en el que se calcula que 1.2 millones de personas dijeron en marzo que tenían síntomas persistentes de covid largo, siendo las mujeres, los trabajadores de salud, los profesores y las personas con edad de entre 35 y 49 años los más afectados. Un total de 784 mil dijeron que lo sufrían desde hacía al menos un año, y 322 mil afirmaron que limitaba “mucho” sus actividades cotidianas. 

 “Creo que nos espera un problema mucho mayor”, afirma Clare Rayner, una exconsultora y médico laboral que tuvo covid largo y que desarrolla servicios para los afectados. 

Cree que las cifras de afectados se harán más visibles a medida que las empresas pidan al personal que vuelva a las oficinas. “Se avecina un momento decisivo muy, muy pronto”, afirma Rayner, que añade que cada vez ve más personas a las que “les hacen la vida laboral tan desagradable que presentan su renuncia” si no regresan a tiempo completo. 


Una investigación realizada por el Trades Union Congress del Reino Unido (TUC) descubrió que una cuarta parte de los empleados con covid largo no se había atrevido a decírselo a su empleador, mientras que 1 de cada 20 se vio obligado a jubilarse, renunciar o aceptar el despido. 

Las empresas tienen que ofrecer “un enorme apoyo y asesoría personalizada” a los empleados con covid largo, añade Rayner. “Los empresarios están perdiendo una gran cantidad de talento. Los empresarios tienen que ver el panorama general”. 

El reto para las compañías 

Algunas grandes compañías globales empiezan a considerar la enfermedad como un grave riesgo para su negocio. 

Stephen Bevan, director de desarrollo de investigaciones sobre recursos humanos en el Instituto de Estudios Laborales de Reino Unido, afirma que la cuestión ocupa “un lugar destacado en la agenda” de los nuevos e influyentes directores médicos de las grandes compañías, que tienen “una línea de visión directa entre el covid largo y la pérdida de capacidad del trabajador”. 

En EU, los abogados afirman que las demandas relacionadas con el covid largo son cada vez más frecuentes, ya que las empresas piden al personal que regrese a la oficina. 

La Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo de EU (EEOC, por sus siglas en inglés) recibió más de 4 mil acusaciones de violación de las leyes sobre discapacidad en relación con el covid durante 2020 y 2021. Aunque la agencia no distingue entre demandas por covid y por covid largo, publicó en diciembre una guía para los empleadores para alertarlos sobre el tema. 

Las indemnizaciones por daños y perjuicios en virtud de las leyes de discriminación podrían ascender a millones de dólares, dice Salvatore Gangemi, socio de Murtha Cullina, un bufete de abogados de EU. “Creo que lo que hace la EEOC al publicar unas directrices es tratar de adelantarse a este problema. Las empresas tienen que comprometerse con los empleados que padecen la enfermedad”. 

Pero será necesario un esfuerzo concertado por parte de los empresarios y los responsables de la formulación de políticas para cambiar las prácticas de recursos humanos, los sistemas de prestaciones y la cultura del lugar de trabajo, que en la actualidad no satisface a las personas con enfermedades crónicas. 

Trabajar con la enfermedad 

Las personas que padecen covid largo que esperan volver al trabajo tienen pocas opciones de tratamiento, ya que los investigadores apenas comienzan a definir la condición. 

Los médicos han experimentado con una serie de medicamentos existentes, mientras que las empresas farmacéuticas están desarrollando nuevos tratamientos dirigidos a síntomas como la fatiga muscular o la cicatrización pulmonar, pero ninguno se encuentra en la fase 3 de los ensayos clínicos. 

Trabajar con esta afección se complica aún más por su naturaleza impredecible: los síntomas varían mucho y fluctúan de forma inesperada, y muchas personas que lo padecen descubren que incluso un leve esfuerzo les provoca una recaída. 

Esto significa que las políticas estándar de recursos humanos —que ofrecen a los empleados un “regreso gradual” a sus horas y tareas habituales, normalmente en un periodo de cuatro semanas— predisponen a la gente a fracasar, al igual que las políticas de “administración de las ausencias”, que a menudo parecen estar diseñadas para atrapar a los que fingen una enfermedad, y no para apoyar a los que realmente tienen problemas. 

Los profesionales de la salud laboral afirman que las personas que padecen covid largo no deberían estar con permiso de ausencia prolongada, ya que los largos periodos de inactividad laboral también son perjudiciales. En su lugar, se les debería permitir volver a un ritmo mucho más suave y gradual, con ajustes adaptados a sus circunstancias específicas y con el apoyo coordinado de recursos humanos, los jefes inmediatos y los compañeros. 

“Al igual que los enfermos de cáncer, la reincorporación al trabajo es en gran medida un esfuerzo colectivo”, afirma Veronica Swainson, que dirigió un programa especializado de rehabilitación laboral para el personal del King’s College Hospital NHS Foundation Trust de Londres. 

En algunos países, los empresarios deben hacerse cargo del personal que se enferma. 

Sin embargo, en Reino Unido el subsidio por enfermedad de larga duración es escaso. En EU, la legislación federal no obliga a las empresas a ofrecer ningún tipo de pago por permiso por enfermedad, aunque algunos estados, ciudades y condados sí lo hacen. Sin embargo, si los empresarios afrontan el reto que representa el covid largo, saldrán ganando, mientras ayudan a las personas que han pasado los dos últimos años luchando por recuperar su salud y sus medios de vida a retomar sus carreras. 

Lazell-Fairman tiene la esperanza de que los investigadores produzcan nuevos tratamientos que ayuden a las personas que padecen de covid largo a volver a trabajar. Sin embargo, afirma que se necesita un marco más solidario para hacer frente a la enorme cantidad de personas que padecen la afección.



srgs

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@The Financial Times Limited 2025. Todos los derechos reservados . La traducción de este texto es responsabilidad de Milenio Diario.

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