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El huracán pierde fuerza

El clima económico de México para este año mejora, 12 instituciones ajustaron al alza el pronóstico de crecimiento. Aún así, la renegociación del TLCAN mantiene la amenaza de una tormenta perfecta.

A más de seis meses del triunfo de Donald Trump en la contienda presidencial de Estados Unidos (EU), el huracán grado 5 que representaba para México su llegada a la Casa Blanca se ha ido degradando, sin llegar a ser tormenta tropical, pero el ‘servicio meteorológico financiero’ advierte que puede retomar fuerza por una mala renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

El 8 de noviembre, cuando se confirmó que el magnate estadounidense llevaría las riendas de EU durante los próximos cuatro años, llovieron los pronósticos pesimistas en torno al crecimiento de la economía mexicana, debido a la dependencia que tiene de EU (8 de cada 10 dólares que se exportan provienen de esa nación). Sin embargo, al paso de los meses, las perspectivas han mejorado, aunque se mantienen por debajo de lo observado en 2016.

“Hace tres meses, el panorama económico para México parecía muy oscuro. Se auguraba que con la llegada a la presidencia de Donald Trump, la relación comercial entre México y EU, que ha sido un motor de crecimiento muy importante para la economía mexicana, podía verse afectada de manera permanente. Hoy dicha posibilidad es, en nuestra opinión, mucho más lejana”, comentó el economista en jefe de BBVA Bancomer, Carlos Serrano.

Por ello, este banco, junto con otro grupo de instituciones, ya ajustó su perspectiva de crecimiento de México para este año, considerando que el sector externo registra un mayor dinamismo, el mercado interno se mantiene con tasas positivas y, principalmente, porque los nubarrones que traía consigo este huracán grado 5, como lo calificó, en septiembre de 2016, el gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens, se están disipando, a la par de una retórica menos agresiva del presidente estadounidense en materia comercial y migratoria y una crisis de credibilidad política.

El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), Banamex, Bursamétrica, JP Morgan, Prognosis, Banorte-Ixe, Invex, Itaú BBA, Santander, Valmex y Finamex, forman parte de este grupo de analistas que ven la luz del sol entre las nubes que se formaron. Todos aumentaron su perspectiva de crecimiento para este año a entre 1.55 y 2.2%, es decir, una expansión menor a la de 2016, que fue de 2.3%.


“Percibimos que los nubarrones de incertidumbre que aparecieron con la retórica del presidente Trump comienzan a disiparse ahora que la nueva administración de EU ha venido cambiando su discurso y adoptando una posición más constructiva sobre la relación comercial con México”, externó Adriana Berrocal, presidenta nacional del IMEF.

De acuerdo con Citibanamex, el consumo privado sigue mostrando resistencia, mientras que en el tema de manufacturas, México y EU “se siguen moviendo al unisolo”.

“Datos mejores a lo esperado, junto con un ánimo más constructivo, nos llevan a revisar al alza nuestro pronóstico de crecimiento del PIB (Producto Interno Bruto) para este año a 1.7%, desde 1.2% antes. Estas revisiones están basadas en ajustes convencionales basados en datos observados y también en una evaluación más positiva sobre el futuro de la integración económica en Norteamérica”, comentó en un reporte Citibanamex.

La Encuesta de expectativas de Banxico también traza una mejor perspectiva para este año. En diciembre de 2016 su pronóstico era de 1.7%; sin embargo, en los primeros meses del año la bajaron a 1.5%, para ajustarla, nuevamente, a 1.7% en abril.

“Aunque sigue siendo un crecimiento mediocre (el 2% que estimamos), sentimos que ya estamos dejando atrás los escenarios catastróficos que se vislumbraban una vez que Trump ganó las elecciones presidenciales y se remató con el alza de la gasolina de principio de año”, dijo Guillermo Aboumrad, director de Estrategias de Mercado de Finamex.

El mayor optimismo no solo está entre el sector privado, el gobierno federal ya se sumó a esta ola positiva y, la semana pasada, ajustó su perspectiva de crecimiento de entre 1.3 y 2.3 a entre 1.5 y 2.5%: “la resistencia de la economía a choques externos se ha reflejado en un desempeño, durante el primer trimestre del año, mejor al esperado, generando revisiones al alta en el sector privado”, señaló la Secretaría de Hacienda.

La perspectiva de un mejor desempeño económico también fue reconocida por la calificadora Moody’s, que mantuvo la calificación crediticia de México en ‘A3’, con perspectiva ‘negativa’, cuando el mercado ya anticipaba un ajuste a la baja, por factores como Trump y el acelerado aumento de la deuda pública.

La ratificación de la calificación obedece a una disminución notoria en el riesgo de que se materialicen pasivos contingentes que provienen de Pemex y ante los avances que el gobierno federal ha logrado en su programa de consolidación fiscal, argumentó.


Las nubes que amenazan

A pesar de esta mejoría relativa, los rayos de luz que se ven entre los nubarrones pueden desaparecer en cualquier momento con una mala negociación del TLCAN.

La administración de Donald Trump ya envió al Congreso de EU, el pasado 18 de mayo, una carta de 8 páginas donde deja en claro sus intenciones de actualizar el tratado comercial entre su país, México y Canadá, al cual ha calificado en constantes ocasiones como ‘desastroso’.

“El gobierno de México se congratula por la notificación de intención del gobierno de EU a su Congreso para iniciar negociaciones con México y Canadá. Se trata de un paso importante en los procesos internos de EU para modernizar el TLCAN”, externó la Secretaría de Economía en un comunicado.

Tendrán que transcurrir 90 días para que empiece formalmente esta renegociación. El gobierno mexicano confía que será en agosto cuando inicie y en el primer trimestre de 2018 cuando se tengan los primeros resultados.

Desde su campaña a la presidencia, Trump amenazó con renegociar el TLCAN o, en el peor de los casos, salir de él, porque -afirmaba- solo ha traído beneficios para Canadá y México. Sin embargo, en las últimas semanas su retórica ha cambiado, y todo indica que buscará un buen acuerdo para los tres países, aunque no descarta romper el tratado trilateral para firmar un convenio por separado con ambas naciones.

Todo este proceso se da en medio de una crisis de credibilidad política en su administración, luego de que despidió al director del FBI, James Comey, y ante una presunta revelación de información clasificada a Rusia.

“Nuestro escenario base, al que le adjudicamos 70% de posibilidades, es que se llegue a un buen acuerdo para todos, pero no descartamos una ruptura o una imposición de aranceles a los productos mexicanos”, comentó Serrano.

La mala negociación del TLCAN, que llevaría el tipo de cambio a niveles por arriba de 22 pesos (según estimaciones de bancos como BBVA), y el aumento de la inflación, que el consenso del mercado estima a cerca de 6% en verano, son dos temas que mantienen preocupados a los especialistas.

Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), comentó recientemente que ante la falta de claridad en el rumbo que tomará la discusión del TLCAN, a México le esperan 18 meses de incertidumbre.

“Hay cierta percepción de que el TLCAN no ha sido justo y en ese sentido, es una negociación un poco más antagónica que una negociación de modernización, y eso es lo que abre la puerta a un nivel de incertidumbre de cuáles serán las reglas del juego”, comentó.

Por su parte, Shelly Shetty, analista soberana de Fitch Ratings, advirtió en en el foro “Desempeño Económico, Populismo y Relaciones Comerciales: Perspectiva Fitch de la Economía Global Mexicana” que el TLCAN es un claro determinante para el desempeño de la economía mexicana, además de un factor que podría jugar en contra para la calificación crediticia de México.

El consenso de los analistas prevé que se llegará a un buen acuerdo en los siguientes meses, pero no descartan que las negociaciones se descarrilen en el camino, con un impacto negativo claro en el futuro del país.


Ya hay ráfagas de viento

Lo que sí es un hecho, es que ya hay efectos negativos de la administración de Trump. En su reporte, Banamex comenta que, pese a esa mejoría, la incertidumbre que existe generó la cancelación o se pospusieron proyectos nuevos de inversión. Por ejemplo, se frenaron inversiones en parques industriales, según datos de CBRE, la consultoría mundial en comercialización y servicios inmobiliarios. Si bien los parques industriales y oficinas ya en construcción, siguen en pie, dijo Sergio Pérez, vicepresidente de Soluciones Empresariales de CBRE México, no es el caso de las nuevas inversiones.

“Las plantas industriales siguen operando normalmente y algunas están ya en expansión por el aumento en las exportaciones por el tipo de cambio; no obstante, el sector industrial que atiende mercado internacional, sigue muy cauteloso”, subrayó.

En suma, todo indica que lo peor ya pasó, pero los riesgos de que el huracán retome fuerza y cause estragos económico-financieros de gran magnitud están latentes, al menos hasta que se despeje la incertidumbre en los acuerdos que regirán al TLCAN en los próximos años.

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