En el primer semestre de 2025 el valor agregado bruto (VAG) de la economía informal representó 5 billones 825 mil 47 millones de pesos, monto mayor en 4 por ciento respecto al resultado registrado en el mismo lapso del año pasado, indicó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).
Con base en cifras Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), agregó que de enero a marzo el indicador de la economía en su conjunto, con base en cifras originales, sumó 23 billones 517 mil 420 millones de pesos a precios de 2018, un incremento anual de 0.9 por ciento, lo que refleja “el debilitamiento que mantiene la economía desde hace ya varios trimestres”.
Agregó que si bien el debilitamiento de la actividad económica es preocupante, la intranquilidad aumenta cuando se aprecia cuál es el principal origen de ese marginal avance de la economía.
“La inquietud crece al observar que, al menos en los últimos cinco trimestres, el crecimiento de la economía informal ha sido significativamente mayor al de la formal, de tal manera que se convirtió en la principal fuente del avance de la economía en su conjunto”, dijo.
Destacó que las actividades informales representan 24.8 por ciento de la economía total, “si bien es ligeramente menor al observado el trimestre previo, es uno de los cinco más altos históricamente”.
Recordó que al menos en el último trimestre del año pasado y el primero del actual, la aportación de la actividad formal al crecimiento total de la economía fue negativa.
Fortalecimiento de la informalidad
El Ceesp detalló que lo anterior muestra que la actividad informal se fortalece con rapidez, ya que, de acuerdo con las cifras del Censo Económico 2024, del total de unidades económicas que se crearon entre 2018 y 2023, 73.5 por ciento se concentró en la informalidad.
Destacó que si bien es cierto que una característica de la informalidad es que es poco productiva e incapaz de ofrecer condiciones laborales que permitan realmente a las familias alejarse de los niveles de pobreza, en los últimos años muestra avances importantes en comparación con la evolución del sector formal.
En este contexto, señaló que la productividad de la economía mexicana puede seguir deteriorándose, de tal forma que la competitividad del país en su totalidad también pueda verse mermada, restando atractivo para la inversión.
“Es importante insistir en que las empresas formales son el principal motor del crecimiento y del empleo. Sin embargo, el ambiente de negocios necesario para crear nuevas empresas formales y fortalecer el funcionamiento de las existentes, parece no haberse consolidad”, indicó el organismo.
Agregó que la permanencia de un débil estado de derecho, elevados niveles de violencia e inseguridad, además de los elevados altos de contratación y de la carga fiscal existente que deben enfrentar las empresas reduce el atractivo de operar en la formalidad y favorece e incentiva la informalidad.
Por ello destacó como evidente la necesidad de políticas que permitan un ambiente de negocios atractivo, sobre todo en un momento en el que la incertidumbre por factores internos, entre los que resalta la eliminación de los órganos autónomos, dentro de los que se encontraban los encargados de la regulación, y externos, inhiben un mayor ritmo de crecimiento de la inversión.
“Un mayor nivel de inversión y un ambiente que incentive la formalidad contribuye a elevar y fortalecer el ritmo de crecimiento de la actividad productiva, favoreciendo la posibilidad de crear mayores puestos de trabajo en el sector formal, beneficiando los niveles de bienestar de los hogares”, resaltó.
“El empleo de calidad, y por ende el bienestar de los hogares, dependen de un sector formal robusto. De ahí la necesidad de políticas que lo estimulen y se promueva como un objetivo de la inversión”, concluyó.