La moneda ganó marginalmente este martes en una jornada marcada por apuestas de que la Reserva Federal aumentará sus tasas de interés este año, tras conocerse que los precios al consumidor de Estados Unidos anotaron en abril su mayor incremento en más de tres años.
El peso, que nuevamente cotizó ajeno al comportamiento de los precios del petróleo, los cuales tocaron sus máximos desde octubre, llegó a caer hasta su nivel más débil en casi tres meses después de los datos de la inflación estadounidense.
La cotización interbancaria cerró en 18.28 pesos por dólar, mientras que los bancos cerraron su cotización hasta en 18.57 pesos.
Banamex y Santander lo vendieron en 18.57 pesos; Bancomer en 18.56 pesos y Banorte en 18.50.
El tipo de cambio interbancario se depreció hasta las 18.38 pesos por divisa estadunidense, su peor nivel intradía desde el 18 de febrero.
El peso borró pérdidas luego de que algunos datos de la inflación estadounidense, en particular el índice subyacente, disuadieron a operadores cambiarios de la idea de que la Fed se acerca a otra alza de tasas.
Analistas del banco Banamex mencionaron en un reporte que el peso mexicano, que en el año ha perdido más de un 6.0 por ciento, se ha desligado últimamente de las variables que suelen afectarle más en el corto plazo y no parece haber un catalizador claro al que esté reaccionando negativamente.
El peso mexicano estaría siendo objeto de un nuevo ataque especulativo por lo que el banco central podría intervenir de manera discrecional, dijo el martes un influyente grupo de ejecutivos financieros.
