Una disputa de última hora entre el ex director ejecutivo de Uber y Benchmark, uno de los mayores inversionistas de la compañía para reservar automóviles, detiene una importante inyección de dinero de SoftBank con un valor de hasta 10 mil millones de dólares.
El encono entre Travis Kalanick y la firma de capital de riesgo, que demandó al empresario a principios de año, representa un último obstáculo que se debe sortear antes de que SoftBank dé un precio para una oferta de compra de acciones de Uber.
Todos los demás detalles del enorme acuerdo se solucionaron después de meses de deliberaciones, pero Kalanick y Benchmark deben dejar de lado sus diferencias una última vez antes de que pueda seguir adelante el acuerdo.
Un mes después de que el consejo de administración de Uber votó por unanimidad aprobar cambios radicales en la gobernanza, lo que indicaba una tregua entre las facciones del consejo, no se pudo sostener esa frágil paz.
El acuerdo de SoftBank es esencial para el plan de Uber de pasar a una nueva página bajo la gestión del nuevo director ejecutivo, Dara Khosrowshahi, y para implementar mejores prácticas de gobernanza después de una serie de crisis.
También ofrecerá una salida para que los primeros accionistas puedan vender parte de sus papeles, y aseguren el sello de aprobación del conglomerado japonés, que anteriormente invirtió en los rivales de Uber.
La elaboración de la compleja estructura del acuerdo de inversión, cuyo bosquejo se aprobó el mes pasado, ha sido un proceso lento y frustrante, con el consejo reuniéndose casi todos los días.
Varios de los elementos contenciosos se suavizaron, entre ellos la renuncia por parte de los accionistas a su derecho de primer rechazo y el acuerdo de no hablar entre ellos sobre el precio de la oferta de compra de acciones.
Pero la demanda de Benchmark y la disputa en torno al control que tiene Kalanick de tres miembros del consejo se interponen en el camino de la inversión de SoftBank.
Benchmark controla un asiento en el consejo y una quinta parte de los derechos de votación de Uber, y su demanda contra Kalanick le dio una importante ventaja de negociación en los últimos meses. Kalanick le dijo al consejo el martes que en el futuro buscará obtener la aprobación del consejo para sus nominados, con la condición de que Benchmark suspenda la demanda durante las negociaciones y abandone el caso al cierre del acuerdo, según personas que vieron la solicitud.
Como resultado se llegó al estancamiento actual. Si bien Benchmark se comprometió verbalmente a retirar la demanda cuando se cierre el acuerdo, la firma no está dispuesta a poner por escrito esa promesa ni a suspender el litigio durante las negociaciones, según personas que conocen la forma de pensar de Benchmark.
Benchmark desde hace mucho tiempo trata de limitar la influencia que tiene Kalanick en el consejo de Uber con una propuesta de que se requiera tener la aprobación del consejo de administración al momento de nominar a directores para los asientos que controla.
Hay un desacuerdo acerca de si Kalanick previamente estuvo de acuerdo en solicitar la aprobación del consejo para sus candidatos, una exigencia que primero hizo Benchmark cuando le pidió que dejara el cargo de director ejecutivo en junio.
Si no se llega a resolver el desacuerdo, esto puede amenazar la inversión de SoftBank, porque Kalanick y Benchmark deben firmar un acuerdo de derechos de votación para el trato siga adelante.