El Banco de México (Banxico) alertó que el principal riesgo, derivado de la pandemia del coronavirus SARS-CoV2, que causa la enfermedad covid-19, es la pérdida de empleos en el corto plazo que no se podrá recuperar en el mediano plazo, condenando a una proporción de la población a una situación de pobreza estructural, por lo que además de acciones de política monetaria, son necesarias acciones de política fiscal, así como políticas públicas que incentiven la inversión.
De acuerdo con la minuta de la reunión de política monetaria del pasado del pasado 21 de abril, cuando la Junta de Gobierno decidió reducir de 6.5 a 6 por ciento la tasa de interés de referencia, uno de los integrantes destacó que entre el 13 de marzo y el 6 de abril se perdieron 347 mil empleos formales, cifra superior a los empleos creados en 2019 y estimó que a ese ritmo se perderían para finales de abril alrededor de 700 mil empleos, mientras que durante la crisis de 2009 se perdieron cerca de 600 mil en 12 meses.
En este contexto, uno expresó que el principal peligro que enfrentamos, a diferencia del estancamiento de 2019, cuando las mayores afectaciones provinieron del comercio internacional y de la actividad manufacturera, ahora se anticipa que la contracción más importante ocurra en el sector no manufacturero, especialmente en los servicios y el comercio, lo que tendrá repercusiones más graves sobre el empleo y la ocupación.
Por tanto, la mayoría de los integrantes de la Junta de Gobierno destacó la importancia de medidas de política fiscal ante la situación actual, aunque apuntó que no debe ponerse en riesgo la sostenibilidad fiscal.
Al respecto, uno dijo que hay poco margen debido a la fragilidad de las finanzas públicas y de Petróleos Mexicanos (Pemex), lo cual se ha reflejado en el deterioro de la calidad crediticia, pero otro dijo que son indispensables medidas fiscales que atiendan los efectos de la emergencia sanitaria y apoyen a micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes) y a hogares de menores ingresos.
Agregó que para ello se requiere de una reevaluación de las prioridades y la implementación de esquemas que permitan una mayor participación del sector privado en los proyectos de inversión pública con alta rentabilidad social y económica y uno consideró que actualmente se cuenta con un espacio limitado para contratar deuda adicional, aunque sostuvo que existe espacio para flexibilizar la política monetaria y así poder reducir el costo financiero del gobierno.
Importante generar políticas públicas que den certidumbre a la inversión
Asimismo, el integrante de la Junta de Gobierno dijo que, en este entorno, es importante generar políticas públicas que den certidumbre para la inversión privada, pues existe un deterioro del Estado de derecho y persistente inseguridad, lo cual se traduce en un ambiente poco propicio para la inversión.
Uno mencionó que marzo culminó como el mes más violento en 18 meses, por número de ejecuciones y homicidios y no existe planta productiva que pueda soportar condiciones de inseguridad de esta magnitud, por lo que se trata de una agenda indispensable para la reactivación económica y ninguna medida monetaria o fiscal podrá ofrecer los beneficios esperados si no se cuenta con la confianza para invertir.
Balance de riesgos para el crecimiento significativamente sesgado a la baja
En este entorno, todos los integrantes de la Junta de Gobierno coincidieron en que el balance de riesgos para el crecimiento está significativamente sesgado a la baja, la mayoría comentó que este balance tiene una elevada incertidumbre pues la duración y profundidad de la pandemia del covid-19 son inciertas.
Entre los principales riesgos se encuentran: que se prolonguen las afectaciones en la producción; menores ingresos y mayores afectaciones en el empleo; y una fase de contagio pronunciada que afectaría significativamente a todo tipo de actividad económica y a los ingresos del sector privado y público, propiciando un deterioro del riesgo de crédito que podría ocasionar problemas financieros y de solvencia. Uno añadió que los efectos de la pandemia podrían agravarse si las políticas económicas para mitigarlos resultan insuficientes.
Inflación a la baja sólo en el corto plazo
Con respecto a la inflación, uno de los integrantes de la junta consideró ante la coyuntura actual, el balance de riesgos para la inflación en México está claramente sesgado a la baja, pero en el corto plazo y la incertidumbre prevalece en el mediano y largo plazos.
Explicaron que esto porque el índice de precios pierde relevancia al tener a un sector de la economía sin poder consumir libremente; se desconoce cuál será la dinámica de precios una vez que se levanten las medidas de confinamiento; un porcentaje significativo de la reducción de la inflación se debe al componente no subyacente, lo que podría revertirse; y las expectativas de inflación de mediano plazo se mantienen por encima de la meta.
A lo anterior, agregó, la pérdida de eficiencia en la medición de la inflación y de otros indicadores económicos por problemas con la recopilación de datos, derivados de las medidas de distanciamiento social, y si bien se plantean métodos remotos para levantar encuestas, dicho cambio metodológico implica menor calidad en la información y en el diagnóstico de las circunstancias.
Salida de capitales en marzo
En la junta de política monetaria, uno de sus miembros destacó que durante marzo se observó una salida de capitales de 6 mil millones de dólares, cifra nunca vista en un solo mes y la mayoría notó que las primas de riesgo aumentaron significativamente.
Uno resaltó que las correspondientes a la cobertura por riesgo de incumplimiento de pagos (CDS) a cinco años registraron el mayor aumento entre las principales economías emergentes en el año y otro comentó que estos instrumentos detuvieron su tendencia alcista después de la última decisión de política monetaria.
MRA