El presidente del BBVA, Carlos Torres, descartó dimitir después de que la entidad fracasó en su intento por adquirir el Banco Sabadell, al no salir adelante la Oferta Pública de Adquisición (OPA), luego de que los accionistas propietarios del 25.47 por ciento del capital de la entidad catalana aceptaron canjear sus títulos por lo que no pudo llegar así ni al umbral mínimo del 30 por ciento al que estaba condicionada la operación.
“No me planteo dimitir. Mi continuidad no dependía para nada del resultado”, afirmó, a la vez que puso en valor el proyecto del banco pese a este varapalo y subrayó la “oportunidad” que se ha perdido la sociedad española y europea con esta decisión.
Dijo que el resultado fue la decisión de la mayoría de los accionistas de Sabadell y “la asumimos. En todo momento hicimos lo que creíamos que debíamos hacer. Siempre creímos que era una gran oportunidad para los dos bancos”.
Torres destacó que la operación planteada tenía un “claro sentido estratégico y financiero” y que era “la mejor propuesta posible, una oferta objetivamente atractiva, como han reconocido muchos accionistas relevantes de Sabadell, a quienes agradecemos sinceramente su apoyo y confianza, pero no se trataba de hacer una operación a cualquier precio. Ofrecimos la mejor propuesta posible, una oferta objetivamente atractiva”.
Insistió en que entre sus próximas decisiones no está la de dimitir, a pesar de que la OPA haya fracasado, ya que su continuidad al frente del grupo vasco “no dependía del resultado de este proceso. Nuestra labor siempre ha sido intentar aquellas cosas que tienen sentido. La operación hubiera sido fantástica para los accionistas, los dos bancos, para Cataluña y para España, pero si no ha podido ser eso no es una razón para dimitir. Me siento plenamente respaldado por el consejo de administración y por la junta de accionistas”.
Carlos Torres defendió con fuerza “nuestra labor, la del consejo, la mía como presidente y la de Onur (Genç) como consejero delegado. Nuestro objetivo es intentar aquellas cosas que tienen sentido. Eso es lo que hemos hecho y creemos que esta opa ha sido una oportunidad perdida para todos, pero que no ha podido ser. Pero eso no es en absoluto ninguna razón para dimitir”.
También criticó la actual normativa sobre OPAs, que -aseguró- “necesita un refresco porque se ha comprobado que determinados artículos no son suficientemente claros y están sujetos a interpretaciones y tienen ambigüedades”.
Sobre si volverá a intentar en el futuro otra OPA sobre el Sabadell, el presidente del BBVA lo descartó e insistió en que es “un capítulo cerrado”, porque “ya no tendría sentido”.
MRA
