En los últimos 20 años aproximadamente 30 por ciento de la superficie vegetada del mundo muestra tendencias persistentes de descenso en productividad, principalmente por usos y manejos insostenibles de tierra y agua, de acuerdo con información de las Naciones Unidas.
Esto hace que la producción de alimentos sea menor, poniendo en riesgo a millones de personas; ante esto creció la necesidad de impulsar de nuevo la agricultura regenerativa, movimiento que tiene siglos de existencia en el mundo pero que en los años 90 disminuyó su uso para apostar por otros modelos, y que ahora se retoma.
Este 23 de octubre se realizará a las 10:30 horas MILENIO FOROS “Agricultura Inclusiva” que se transmitirá en vivo a través de las redes sociales de MILENIO para hablar sobre el tema.
“La agricultura regenerativa es más que un simple enfoque agrícola; es un compromiso con la salud del suelo y el bienestar de las generaciones futuras”, define la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), por ello el interés del país por impulsar esta técnica.
Según Future Markets Insight Inc., el mercado de la agricultura regenerativa alcanzará un valor mundial de 5 mil 710 millones de dólares para 2034; la creciente demanda de prácticas agrícolas sostenibles impulsará el crecimiento. Esto porque muchas empresas ya lo impulsan desde sus operaciones con proveedores.
El mercado experimentará un rápido crecimiento gracias a las favorables iniciativas gubernamentales para la agricultura regenerativa durante el período de pronóstico.
¿Cuáles son los principios que la sustentan?
Aunque todavía no hay un consenso universal, la mayoría de los expertos coinciden en algunos pilares clave, que es rotar los cultivos, como alternar diferentes especies en el mismo terreno mejora la salud del suelo y evita la aparición de plagas.
Mantener el suelo cubierto, ya que usar restos vegetales o cultivos de cobertura evita la erosión y retiene humedad tambien evitar la labranza profunda por que al no remover el suelo constantemente, se conserva el carbono y la estructura natural.
Además integrar la ganadería, pues los animales ayudan a regenerar el terreno con su movimiento y desechos naturales.
Cada unidad de producción aplica una combinación distinta de prácticas, dependiendo de su clima, tipo de suelo y recursos disponibles.
“La aplicación o combinación de estos principios depende de las características específicas de cada unidad de producción”, señala la Secretaría de Agricultura.
¿En qué se diferencia de la agricultura orgánica?
Aunque muchas veces se confunden, la regenerativa da un paso más allá, pues el concepto fue acuñado en los años 80 por el Instituto Rodale, una organización estadunidense que buscaba una alternativa real a los métodos que estaban deteriorando los suelos.
Y en las prácticas que incluye este modelo es el enfoque regenerativo combina distintas visiones compatibles que trabajan con los ciclos naturales. Algunas de las más importantes son:
- Agricultura natural: evita intervenir el suelo; no se usan herbicidas, pesticidas ni abonos químicos.
- Agricultura orgánica: emplea biofertilizantes y microorganismos nativos para nutrir la tierra.
- Agricultura del carbono: busca capturar carbono en el suelo evitando ararlo.
- Agroforestería: combina árboles, cultivos y ganado en un mismo terreno para crear un equilibrio ecológico.
- Manejo holístico: permite que los animales pasten por turnos, regenerando el pasto y fertilizando el suelo.
También existen métodos como el diseño de líneas clave, que distribuye el agua según la topografia, y el pastoreo racional voisin, donde el ganado rota por zonas específicas para que la hierba se recupere.
¿Cómo entra la ganadería en este modelo?
Aunque a menudo se asocia a la deforestación o al uso excesivo de recursos, la ganadería puede ser una aliada de la regeneración del suelo si se maneja correctamente.
Siempre que sea con pastoreo rotacional o manejo holístico, por ejemplo, permite que las plantas se recuperen y el suelo retenga más carbono.
En México, varios proyectos piloto han demostrado que el ganado puede ayudar a mejorar la fertilidad de los suelos degradados, siempre que se aplique una rotación adecuada.
Sin embargo, todavía falta capacitación técnica para que más productores adopten este enfoque de forma masiva.
¿Qué beneficios trae para el medio ambiente y las comunidades?
Los resultados más visibles están en el suelo:
- Mayor retención de agua, lo que reduce la dependencia de riego.
- Más vida microbiológica, que mejora la fertilidad natural.
- Captura de carbono, ayudando a mitigar el cambio climático.
A nivel social, los agricultores que adoptan estas técnicas suelen tener costos menores a largo plazo y logran una producción más estable.
Sin embargo, el cambio no ocurre de la noche a la mañana: los primeros resultados pueden tardar años en verse, lo que exige paciencia y acompañamiento técnico.