A diferencia de su madre, desde que Carlos nació, el 14 de noviembre de 1948, se supo su destino: sería rey de Inglaterra. Evidentemente en ese momento no se sabía cuándo, y conforme Isabel II envejecía, mostrándose a la vez con una excelente salud, ese momento comenzó a ser incierto.
Carlos III permaneció anoche en Balmoral, donde falleció la reina, y esta mañana se trasladó a Londres, donde se llevará a cabo un Consejo de Adhesión, que se reunirá en el Palacio de St. James para proclamar a Carlos III como nuevo soberano. Se leerá la proclamación y a las 15:30, hora de Londres, la primera ministra y el Gabinete celebrarán una audiencia con él.
El primer viso formal de su destino y deber como hijo mayor de Isabel II sucedió cuando fue nombrado príncipe de Gales y conde de Chester en 1958; su investidura sucedió el 1 de julio de 1969, poco antes de cumplir 21 años, en una ceremonia televisada.
Desde entonces las especulaciones de su llegada al trono comenzaron a la par de la presión social y familiar de casarse y dar al siguiente heredero, algo que lo persiguió prácticamente toda la década de los 70, que, sin embargo, fue su época de esplendor como figura de la monarquía.
Aunque Carlos III ha dicho que él hubiera sido feliz trabajando como jardinero, su educación fue esmerada en función del rol que, tarde o temprano, le tocaría asumir. Sus primeros años los hizo en Gordonstoun, el estricto y lejano colegio en Escocia al que su padre, el príncipe Felipe, asistió en su infancia y juventud. Se dice que el esposo de la reina quería forjarle el carácter a su primogénito.
Después, Carlos III asistió al Trinity College, de Cambridge, entre 1967 y 1970 para realizar estudios superiores. Comenzó con arqueología y antropología, y un año después cambió a historia. Al final, el entonces príncipe se graduó con una licenciatura en Artes. Se convirtió en el primer heredero al trono en Reino Unido en obtener un título universitario. En 1975, se graduó con una maestría en Artes de Cambridge, algo en lo que se ha distinguido como preservador y coleccionista.
Esplendor y polémica
En la década de los 70, además de conocer a Camila, su esposa desde 2005 y hoy reina consorte, Carlos III comenzó sus propias labores como heredero al trono, tanto las que le correspondían como las de su propia iniciativa.
En 1970 ocupó el lugar que le corresponde como miembro de la realeza en la Cámara de los Lores y solo un año después ingresó a la Royal Navy, también ese año obtuvo sus alas de piloto en el Royal Air Force College.
Su vida militar tiene dos puntos clave: en 1974 logró el título de piloto de helicóptero e ingresó en un Escuadrón Aéreo Naval en el HMS Hermes, y en 1976 asumió el mando de un barco cazaminas.
Ese mismo año creó su propia fundación, The Prince's Trust, a fin de ayudar a jóvenes desfavorecidos. Algo que la distinguió en su momento fue el apoyo a migrantes y minorías, lo que le supuso cierta popularidad más allá de ser hijo de la reina, su heredero o destacar en el polo.
El punto culminante de esa popularidad implicó, paradójicamente, el inicio de una debacle: su matrimonio, a los 33 años de edad, con la joven y bella aristócrata Diana Spencer (de solo 20 años), el 29 de julio de 1981.
Carlos y su madre sortearon con éxito y años de dedicación el escándalo que supusieron las infidelidades de él con Camila, las de la princesa Diana y la muerte trágica de esta última en 1997.
Sin embargo, en los últimos años y meses sus actividades filantrópicas han sido cuestionadas por los supuestos ingresos recibidos de millonarios árabes a cambio de títulos menores. Ahora estas acusaciones, reportadas por diarios como The Times, podrían empezar a abollar su nueva y largamente esperada corona.
ROA