Según el dicho, "el perro es el mejor amigo del hombre", aunque hay personas que prefieren a los gatos, otros optan por peces o aves como animales de compañía; también existen amantes de los reptiles... ¿Pero habías visto a un caimán como mascota?
"Hace años, mientras los otros niños jugaban con sus osos de peluche, yo estaba siempre con la Señora Meyer. Ella era mi muñeca XXL, mi amiga, mi ayudante para hacer la tarea. Así que me acostaba junto a ella para leer", cuenta Kristian Kaulis a Reuters.
El hombre nada en su piscina junto a su mascota de 82 dientes: un caimán de Mississippi que ha vivido con él durante los últimos 43 años de los 45 que tiene, pues fue comprado por su padre para ser una atracción de circo.

Este animal de 2.5 metros de largo y aproximadamente 100 kilos de peso 'trabajó' durante la mayor parte de su vida en el espectáculo circense del señor Klaus Kalis, papá de Kristian, hasta que la carpa cerró.
En ese momento, la ex estrella regaló a las serpientes con las que también hacían funciones, porque "no se puede tener un vínculo tan estrecho con ellas", según dijo al periódico alemán Stern.

Caso contrario al de la Señora Meyer (Frau Meyer en su idioma nativo), con quien disfruta pasar tiempo en el agua mientras la acaricia, incluso junto a sus hijos.
La familia, con todo y caimán, viven en la localidad Elmenhorst, en el distrito de Nordwestmecklenburg, con todas las comodidades para el reptil: una piscina con calefacción, y un cuarto especial para darle de comer.

Estos artefactos eran parte del circo familiar, pero tras el cierre fueron instalados en el patio del domicilio. Ahí es común que reciban visitas, y hasta dejan que jueguen con la Señora Meyer, obviamente con el debido cuidado.
El propio hijo de Kristian pudo convivir con ella cuando cumplió tres años, para luego crecer y darle un nieto a su padre (quien también repitió el 'ritual' a la misma edad).

Eso sí, la amistad que tienen con el lagarto no los hace ignorar los peligros inherentes a su especie, pero han logrado pasar cuatro décadas con ella sin sufrir accidentes gracias a que la tratan con respeto y saben identificar las señales de hostilidad.
Pero la mayor parte del tiempo ella es feliz con dos o tres piernas de pollo, un corte de res o hasta una rata por cada comida. Eso en verano, pues cuando llega el invierno casi no come.

Tampoco les preocupa que se escape, ya que la Señora Meyer "es demasiado perezosa para eso", según dicen a Stern.
Por si no fuera suficiente, cuentan con una cerca en el patio, el cual es monitoreado 24/7 por cámaras de seguridad. Además ¿Quién trataría de robar un caimán?
A sus 45 años, el caimán hembra está en su plena juventud, pues su especie puede vivir fácilmente 100 años en cautiverio y con los cuidados adecuados, que a juzgar por su expresión sí tiene.
SNGZ