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  • Mujeres en la Iglesia: Inglaterra designa a su primera arzobispa entre acusaciones por abuso

Mullaly fue designada por el propio monarca Carlos III y el primer ministro Keir Starmer. | AP

Sarah Mullally asumirá el cargo más importante en la ciudad, solo por encima del rey Carlos III.

Sarah Mullally, nombrada el 3 de octubre como la primera mujer en la historia en encabezar la iglesia oficial de Inglaterra (tras el monarca en turno) al ocupar el cargo de arzobispa de Canterbury, y por lo tanto, primada eclesial anglicana, deberá enfrentar diversos retos, entre ellos el rechazo —sobre todo fuera del Reino Unido— al creciente papel de figuras femeninas al frente de esa comunión, así como las criticas por el manejo de casos de abuso sexual.

Así se seleccionó el cargo

Como arzobispa de Canterbury, Mullally, ex enfermera de 63 años de edad y quien era obispa de Londres, asumirá oficialmente el cargo el 25 de marzo de 2026, aunque ya es la “primera entre pares” para los anglicanos de todo el mundo. Por encima de su rango solamente está el rey Carlos III, jefe supremo de esa confesión.

Fue precisamente el monarca quien aprobó su nombramiento tras la recomendación de la Comisión de Nominaciones de la Corona para Canterbury, presidida por Lord Evans de Weardale, ex director general del MI5, el servicio secreto británico y luego de que fuera designada por el primer ministro, Keir Starmer.

Mullally fue previamente elegida por el Colegio de Canónigos de la Catedral de Canterbury, en sustitución del arzobispo Justin Welby, quien renunció en noviembre de 2024 acusado de negligencia en el manejo de casos de abusos sexuales, cometidos durante décadas por el voluntario John Smyth contra decenas de menores y jóvenes varones en el Reino Unido y varios países de África.

Mullally, de 63 años de edad, era obispa de Londres, y también trabajó como enfermera
Mullally, de 63 años de edad, era obispa de Londres, y también trabajó como enfermera. | AP

Casada con un arquitecto y con dos hijos adultos, Mullally calificó como “chocantes” las acusaciones y ofreció su apoyo a las víctimas. También declaró que la dimisión de Welby dio a la iglesia anglicana “el urgente ímpetu que necesitamos para cambiar la cara de la protección (a las víctimas de abusos)”.

Sin embargo, la ahora arzobispa de Canterbury fue duramente criticada en particular por el manejo que dio la diócesis de Londres —cuando ella estaba al frente— al caso de un sacerdote que se quitó la vida por acusaciones infundadas de abusos.

Citado por el diario inglés The Times, el abogado de supervivientes de abusos, Andrew Graystone, dijo que la diócesis londinense tiene “una desastrosa experiencia de fallas en la protección” a las víctimas y aseguró que muchas de ellas reaccionaron con “shock y desconcierto” ante el nombramiento de Mullally.

“Podría parecer lógico que, tras el escándalo de su predecesor, una mujer sería más sensible, que sería una figura tranquilizante ante los casos de abuso sexual, pero la nueva arzobispa de Canterbury ha sido muy criticada por el manejo de casos similares en la diócesis de Londres”, dice a MILENIO el periodista y escritor británico Philip Willan, autor de libros como The Vatican war o The last supper.

Conservadores africanos contra elección de una mujer

Con 85 millones de fieles en todo el mundo, la comunión anglicana tiene diversos rostros al estar compuesta por 46 iglesias que obedecen al rey de Inglaterra pero que son muy diferentes entre ellas: la inglesa y la estadunidense tienden a ser más progresistas mientras las de países de África y Asia son más conservadoras.

“La Iglesia anglicana en Inglaterra está en franco declive desde hace al menos 15 años pero crece en zonas del mundo donde el enfoque es más conservador y no ven con buenos ojos a una mujer al frente”, dice Willan.
“En Nigeria, por ejemplo, los líderes anglicanos han protestado por la elección de Mullally, quien no solamente es mujer sino que también se ha declarado abierta al matrimonio homosexual y a la bendición de las parejas del mismo sexo”, explicó.

Resalta que las franjas más conservadoras anglicanas consideran que la presencia de mujeres sacerdotisas, obispas, y ahora una arzobispa, así como la apertura a las parejas gay, representan una “traición a la Biblia”.

“Estas posiciones podrían convertirse en un problema en el futuro, en el caso de que Mullally mantenga un camino muy progresista, ya que se pueden perder las relaciones con otros países de mayoría anglicana”, señala.
46 iglesias que pertenecen a la comunidad anglicana obedecen al rey de Inglaterra
46 iglesias que pertenecen a la comunidad anglicana obedecen al rey de Inglaterra. | Reuters

Pocos fieles

El rito anglicano, nacido en el siglo XVI del cisma entre el rey Enrique VIII y el Vaticano —que no autorizaba el divorcio del monarca de Catalina de Aragón para casarse con Ana Bolena—acepta a mujeres sacerdotisas desde 1994 y obispas a partir de 2014.

Pero la mayor presencia femenina no se ha traducido, al menos en Inglaterra, en un aumento en el número de fieles.

“Aunque no es obligatorio para los fieles de la Iglesia anglicana asistir a los servicios religiosos dominicales, como en el catolicismo, en 2024, por ejemplo, solamente se registraron 582 mil personas que fueron a misa los domingos, una cifra muy baja para un país con 70 millones de habitantes”, destaca Willan.

Señala que históricamente la Iglesia anglicana está al centro del espíritu nacional, del patriotismo y que el rey es el jefe, lo que es una situación anómala para las religiones.

Pero —precisa— el problema ahora es que la comunión anglicana tiene cada vez menos influencia sobre la población en general.

“Muchos no creen, y quien cree suele ser de religión musulmana, porque hay una gran población de inmigrantes musulmanes, lo que ha causado conflictos sociales y algunos partidos extremistas, como el de Nigel Farage, abogan por echarlos del país”.

Según Willan, a diferencia de otras naciones, donde hay una fuerte resistencia a la inmigración y las facciones más conservadoras y fundamentalistas están alineadas con la Iglesia católica (como en el caso de Hungría con el primer ministro Viktor Orban), en Inglaterra la confesión anglicana —al contrario— asume un comportamiento más “cristiano”, favorable a dar la bienvenida a los migrantes y buscar integrarlos.

Acercamiento entre anglicanos y católicos

Frente a la “decepción” de algunos de los anglicanos más tradicionalistas por la apertura al sacerdocio femenino o a la bendición de las parejas homosexuales, la Iglesia católica ha tomado diversas medidas para acogerlos.

En 2009, el papa Benedicto XVI promulgó la constitución apostólica Anglicanorum Coetibus, que contiene las disposiciones a seguir para “la institución de ordinariato personal para los anglicanos que desean volver a la plena comunión con la Iglesia católica”.

Esa constitución permite que los fieles anglicanos, tanto laicos como sacerdotes, mantengan algunos de sus ritos y tradiciones, como la posibilidad para los seminarios del ordinatario de presentar al pontífice “la solicitud de admisión de hombres casados al orden sacerdotal”.

En 2013, Francisco incluyó una normativa que permite incorporar a los católicos bautizados que habían abandonado la fe a regresar a ella a través de ese ordinariato.

Tras cuatro siglos de separación, en marzo de 1966 el papa Paulo VI y el entonces arzobispo de Canterbury, Michael Ramsey, firmaron una declaración conjunta que inauguró un diálogo formal entre la iglesia católica romana y la comunión anglicana.

El papa emérito Benedicto XVI escribió tres encíclicas | AFP
El papa emérito Benedicto XVI promulgó la constitución apostólica Anglicanorum Coetibus. | AFP

En un mensaje de felicitaciones por su nombramiento como arzobispa de Canterbury, el cardenal Kurt Koch, prefecto del ministerio vaticano para la Unidad de los Cristianos, dijo a Mullally que la Iglesia católica y la comunión anglicana están comprometidas en un diálogo teológico oficial desde hace casi 60 años, “durante los cuales hemos crecido mucho en la comprensión recíproca”.

Un paso histórico en el acercamiento entre los dos cultos se dio el 23 de octubre cuando por primera vez desde el cisma de 1534, el papa León XIV y el rey Carlos III de Inglaterra compartieron un momento de plegaria conjunta por la salvaguarda de la creación en una ceremonia celebrada en la Capilla Sixtina del Vaticano.

Pero a diferencia del mundo anglicano, en el catolicismo no está todavía permitido el sacerdocio femenino y se mantiene congelada la autorización para que las mujeres puedan ser designadas como diaconisas (un diácono es un miembro de la iglesia que asiste y ayuda en diversas áreas prácticas y espirituales).

“Con León XIV, al contrario de la comunión anglicana, no habrá ni diaconisas, ni mucho menos sacerdotisas y obispas. A él por el momento el tema no le interesa”, dice a MILENIO la vaticanista y escritora Crista Kramer von Reisswitz.

Resalta que aunque el precedente pontificado de Francisco estuvo marcado por una apertura hacia las mujeres, el papa argentino mantuvo siempre una posición de rechazo a la posibilidad de nombrar sacerdotisas, argumentando razones teológicas e históricas y “León XIV no va a cambiar de ruta”.

En ese sentido, Kramer von Reisswitz recuerda que según las enseñanzas del catolicismo, Jesucristo eligió hombres como apóstoles que simbolizan el “principio petrino” (que viene del apóstol Pedro), con la tarea de “mantener unidos” y “administrar”.

Mientras tanto, a las mujeres les compete el “principio mariano”, que habla de la esencia de la Iglesia como comunidad creyente y que tiene su ejemplo en la Virgen María.

Papa Francisco abrió el Vaticano a las mujeres

No obstante, Francisco ha sido el papa que mayor número de mujeres ha designado en puestos clave del gobierno de la Iglesia: en 2024 nombró a sor Simona Brambilla como prefecta del ministerio para los Estudios de la Vida Consagrada y a sor Raffaella Petrini como secretaria general del gobierno de la Ciudad del Vaticano.

También designó a sor Alessandra Smerilli como secretaria del ministerio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral; a Natasa Govekar como directora del departamento teológico pastoral del ministerio para la Comunicación. 

El mundo lamenta la muerte del papa Francisco
El papa Francisco avanzó en el camino de las mujeres dentro de la Iglesia. | Especial

Cristiane Murray como vicedirectora de la Sala de prensa del Vaticano; a Charlotte Kreuter-Kirchhoff como vicecoordinadora del Consejo para la Economía, y a Barbara Jatta como directora de los Museos Vaticanos.

Según datos oficiales, actualmente hay mil 165 mujeres que trabajan como empleadas de la Santa Sede o del Estado de la Ciudad del Vaticano, lo que representa 23.4 por ciento del total, mientras que al inicio del pontificado de Francisco eran 846 (19 por ciento); aunque dentro de la Curia romana (la estructura administrativa central de la Iglesia) el porcentaje de mujeres llega a 26.2 por ciento.

MD

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