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  • Gandalf siembra mariguana medicinal: ¿héroe o criminal?

Smith tiene previsto comparecer ante el tribunal de Whangarei en diciembre. | The New York Times

Durante años, Paul Smith, de 66 años, un “hippie de vieja escuela”, melena y barba plateadas y rebeldes había estado cultivando cannabis, perfeccionando variedades, hasta que llegó la policía a destruir su sembradío.

El hombre conocido por muchos como 'Gandalf' caminaba descalzo entre tierra revuelta, vidrios rotos y vigas de madera caídas de las que sobresalían clavos.

Hace ocho meses, más de una decena de policías armados invadieron su remota casa en la región neozelandesa de Northland. Golpearon con hachas los armazones de tres invernaderos que había construido y arrancaron las plantas que con tanto cariño había cuidado; "sus niñas", como solía llamarlas.

¿Qué cultivaba Gandalf?

Paul Smith —a quien el sobrenombre de Gandalf le queda muy bien—, de 66 años, había estado cultivando cannabis, perfeccionando variedades, refinando el proceso de curado de los cogollos y extrayendo su aceite.

Smith dijo que suministraba la mayor parte del producto resultante a cientos de neozelandeses que padecían dolor.

Explicó que muchas de las personas que acudían a él en busca de alivio tenían cáncer; algunas estaban en los últimos años de su vida; otros eran niños que experimentaban ataques epilépticos

Gente con amputaciones, diabéticos, pacientes de trasplantes y personas que sufrían artritis, párkinson, gota, ciática o hernias discales, de algún modo, encontraban el teléfono de su casa y llamaban. Él anotaba a mano cada conversación en un cuaderno rojo.

Smith es una de las figuras clandestinas conocidas en Nueva Zelanda como “hadas verdes”, cultivadores y proveedores de mariguana para uso médico que operaron al margen de la ley durante años, antes de que el país legalizara el cannabis medicinal en 2020.

La legalización introdujo innumerables normativas para cultivadores y distribuidores, con tarifas, licencias y otros trámites que podían costar a un empresario cientos de miles de dólares. 

La mayoría de los cultivadores siguieron operando en la clandestinidad, y muchos de sus clientes siguieron recurriendo a ellos hasta que las fuerzas del orden intervinieron, según investigadores de políticas sobre drogas.

La SCJN no pudo declarar legal la siembra, cosecha y cultivo de cannabis para usar su fibra, el cáñamo, para uso industrial.
Smith ayudaba a cientos de neozelandeses que padecían dolor.

Uno de los paquetes de Smith fue interceptado el año pasado, lo que llevó a una redada policial en febrero. Ahora enfrenta cargos de cultivo, posesión y venta de cannabis y aceite de cannabis.

El proceso penal ha convertido a Smith en una figura emblemática entre defensores de la mariguana y pacientes, muchos de los cuales aseguran que los ayudó gratis o por muy poco dinero en momentos de gran necesidad.

Los simpatizantes han organizado en las audiencias judiciales de Smith, han denunciado su procesamiento ante los medios de comunicación locales y han recaudado fondos para su defensa.

“Es repugnante que los verdaderos emprendedores de esta industria hayan quedado fuera. No solo fuera, sino perseguidos”, comentó Mitch Harris, quien relató cómo su hija August, quien es sorda, ciega y tiene retraso en el desarrollo, se benefició del aceite de Smith, que redujo la frecuencia y gravedad de sus convulsiones.

La policía neozelandesa declinó hacer comentarios específicos sobre el caso de Smith, pero dijo a través de un comunicado que el Ministerio de Salud controla el cannabis medicinal para garantizar que los productos cumplen las normas de seguridad.

La historia de Smith ha resonado especialmente en la región de Northland, una zona poco poblada y desfavorecida al norte de Auckland, donde impera su ética antisistema de operar con poca consideración o respeto por la ley o la autoridad

Para muchos de sus clientes, el gasto y el esfuerzo de obtener una receta legal y encontrar un distribuidor autorizado habrían sido una barrera suficiente como para quedarse sin tratamiento.

Un agricultor talentoso

Las propiedades medicinales de los derivados del cannabis siguen poco estudiadas científicamente y no son concluyentes. Sin embargo, algunos de quienes han utilizado los productos de Smith afirman que ellos o sus seres queridos han experimentado un alivio notable.

Delia Quedec afirmó que el aceite de Smith le dio apetito y energía a su difunto marido en los últimos años de su lucha contra el cáncer de vejiga, antes de que falleciera en 2023, lo que logró que se sintiera lo bastante bien como para llevarla en un último viaje a la pintoresca isla Sur del país. 

Ante la falta de discusión sobre el uso legal de cannabis en México, organizaciones y consumidores han apostado por la autorregulación.
Las propiedades medicinales de la mariguana han sido poco estudiadas científicamente. | Ariel Ojeda

En una ocasión en que se produjo un incendio en su casa durante la enfermedad de su marido, Smith les envió su producto gratis junto con 500 dólares neozelandeses —alrededor de 280 dólares— para ayudarlos, recordó.

Ella no podía creer que estuviera siendo procesado en lugar de ser reconocido

“Ni por un instante pensé que la policía fuera a allanar su casa. Deberían nombrarlo caballero por todo el dolor y la enfermedad que ha ayudado a aliviar”.

Smith —quien obtuvo el apodo de Gandalf hace mucho tiempo en una fiesta de disfraces— no tenía intenciones de ser proveedor de medicamentos.

Explicó que creció en la década de 1960 con escasa supervisión adulta; estuvo yendo de un pariente a otro, pasó un tiempo en un orfanato y abandonó la escuela a los 14 años. Durante un tiempo se hizo vegano y cultivaba su propia comida. En su juventud experimentó con LSD, psilocibina y mescalina, y a partir de los 19 años cultivó cannabis de forma intermitente.

Después de conocer a su esposa, Karen, con la que tiene tres hijos, además de algunos nietos, se mudó a una propiedad ubicada a media hora del camino asfaltado más cercano. La familia cazaba cabras salvajes y uno que otro cerdo, y subsistía de la tierra.

Tenía un talento natural para la horticultura, y el cannabis era solo uno de los muchos cultivos que sembraba en su terreno aislado. En las décadas que pasaron antes de que se enfocara en el uso medicinal de la planta, Smith fue procesado tres veces por cargos relacionados con el cannabis, recibiendo sentencias de arresto domiciliario o servicio comunitario.

Hace aproximadamente una década conoció a Pearl Schomburg, quien padecía artritis reumatoide desde hacía años. Una amiga suya le dio un poco del aceite de Smith, y Schomburg dijo que sintió un alivio inmenso e inmediato de sus fuertes dolores crónicos. 

Le mencionó a su amiga que no podía pagarlo con su pensión por discapacidad; el frasco de 25 mililitros costaba alrededor de 100 dólares neozelandeses, o unos 57 dólares por menos de una onza. Entonces, recordó, Smith simplemente se la dio.

“No conozco ningún hada verde en Nueva Zelanda que opere como él”, dijo.

Más o menos al mismo tiempo, Schomburg comenzó a hablar públicamente como defensora de la legalización del cannabis para uso medicinal. Cuando los pacientes acudían a ella en busca de información, empezó a remitirlos a Smith.

Productos de cannabis para la venta legal (reuters)
Algunos países han decretado el uso legal del cannabis para uso medicinal y consumo. | Reuters

Smith contó que los mensajes de personas que buscaban un alivio se acumulaban en su contestadora cada vez que él se ausentaba unas horas. Compartió que empezó a trabajar muchas horas, los siete días de la semana, para satisfacer la demanda

“Allá afuera hay mucha gente que necesita ayuda, y el sistema de salud les está fallando, y mucho”.

Schomburg reconoció que, como bisabuela de 73 años con una enfermedad autoinmune, creía que era seguro hablar abiertamente sobre su experiencia con el cannabis. Ella pensaba que Smith, un abuelo dedicado a suministrar cannabis a pacientes con dolor, tampoco tendría probabilidades de ser procesado.

Comentó que siempre le pareció evidente que Smith, un hombre que apenas soporta usar zapatos, nunca iba a pasar por todos los trámites necesarios para obtener la acreditación legal.

Karen Smith, la esposa de Smith desde hace cuatro décadas, dijo en una entrevista que siempre le había preocupado la posibilidad de que la policía hiciera una redada.

“Al fin y al cabo, solo tenemos que ver cuántas vidas hemos cambiado, y eso hace que esté bien, especialmente los niños pequeños. Los beneficios superan por mucho el miedo que tenía”, aseguró.

Unos meses después de la redada, entre los restos revueltos de los invernaderos destruidos por la policía, vio un pequeño brote de cannabis que asomaba de la tierra. Una semilla perdida había sobrevivido a las autoridades, a varias heladas y a meses de abandono.

“Es una cepa buena, resistente —confirmó Smith, señalando la planta, que desde entonces había crecido hasta alcanzar unos pocos centímetros de altura—. Una planta desafiante. Rebelándose y mostrándole el dedo medio al sistema”.

MD

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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