La divulgación de una carta privada enviada al papa Francisco, escrita por un grupo de 13 cardenales conservadores, en la que se denuncia un intento de manipular el resultado del Sínodo sobre la Familia, ha creado malestar entre los participantes enturbiando la reunión ante la sospecha de un nuevo Vatileaks.
“Quien haya filtrado eso solo busca entorpecer el sínodo de obispos (…) El que ha difundido la carta ha ocasionado un trastorno no deseado por los mismos firmantes (de la carta ya que algunos la negaron)”, aseguró en rueda de prensa el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
“No hay que dejarse condicionar. Es posible hacer observaciones sobre la metodología del sínodo, que es nueva, pero una vez adoptada es necesario comprometerse para aplicarla de la mejor manera posible”, agregó.
El veterano periodista vaticano Sandro Magister hizo pública la carta el lunes en su blog L’Espresso, y la lista de 13 cardenales que supuestamente la firmaron. Magister dijo que uno de ellos, el cardenal George Pell, la entregó de mano a Francisco el 5 de octubre al comienzo de la reunión de tres semanas en la que se busca elaborar una mejor atención pastoral para las familias católicas.
Al parecer, Francisco atendió las preocupaciones manifestadas en la carta en el segundo día del sínodo cuando pronunció un discurso improvisado en el cual instó a los participantes a evitar pensar que existen “complots” o “manipulaciones” y que confiaran.
En la carta se acusa a los organizadores, e indirectamente al pontífice, de querer manipular el sínodo al concentrarse en temas como permitir el acceso a la comunión a los divorciados que se vuelven a casar.
La misiva, escrita en inglés, señala que la reunión carece de apertura, que el comité de redacción del documento final fue designado por el pontífice sin que lo eligieran los 270 miembros del sínodo, y que el proceso en general “parece diseñado para facilitar resultados predeterminados sobre asuntos controvertidos importantes”.
Las dudas sobre si la carta existe surgieron después, ya que unos la negaron, otros la confirmaron y algunos dicen que existe, pero que la divulgación del contenido es errónea.
Un día después de que se diera a conocer el texto por parte de Magister —conocido por su posición conservadora y crítica a Francisco— cuatro de los firmantes negaron su apoyo; sin embargo, el asunto se complicó con las declaraciones del cardenal George Pell, uno de los involucrados.
Según declaró hay “errores”, tanto en el contenido como en el número de signatarios: “Las firmas están equivocadas, pero, sobre todo, la mayoría del contenido. No sé por qué ha pasado esto y quién la filtró así”, explicó por su parte Pell, también prefecto de la nueva Secretaría de Economía, en declaraciones publicadas por el diario La Repubblica.
“Esta es un nuevo Vatileaks. Una carta privada, pertenece solo al papa. ¿Cómo pudo ser publicada?”, alegó uno de los firmantes, el cardenal alemán Gerhard Ludwig Müller.
El prelado se refería al escándalo en 2012, bautizado Vatileaks, durante el cual fueron filtrados documentos confidenciales dirigidos al papa Benedicto XVI por su mayordomo, Paolo Gabriele.
Entre los cardenales que negaron haber firmado el texto figuran el cardenal francés André Vingt-Trois, uno de los vicepresidentes del sínodo, y el cardenal húngaro, Peter Erdo, secretario general.
Por su parte Donald Wuerl, arzobispo de Washington, desmintió al diario británico The Tablet que el sínodo sea manipulado: “Es uno de los más abiertos a los que he asistido desde 1990”, comentó.
Rivera, leal
El arzobispo de México, cardenal Norberto Rivera Carrera —quien participa en el Sínodo de la Familia que se realiza en Roma—, negó categóricamente las afirmaciones hechas por el periodista Gerard O’Connell, en la revista estadunidense América, en la que señala que él es uno de los firmantes de la carta enviada por un grupo de cardenales al papa Francisco.
“Varios artículos en la prensa han incluido mi nombre en una lista de firmantes en una carta dirigida al santo padre, el papa Francisco. Me gustaría declarar que yo nunca firmé la supuesta carta con los contenidos que algunos mencionan.
“Al mismo tiempo, reconozco que el lugar apropiado de la discusión es con padres sinodales y bajo la guía del papa, quien es nuestro garante de la unidad de la Iglesia y quien tiene mi mayor respeto y lealtad. En mi arquidiócesis todos conocen mi fidelidad al santo padre y al magisterio de la Iglesia”, concluyó Rivera Carrera.