Una mujer que ha vivido durante 55 años en un departamento ubicado en Barcelona estuvo a punto de ser desalojada por una deuda en el alquiler, pero fue respaldada por una manifestación que le permitió seguir en su hogar.
Blanca Espinosa desea morir en su casa, donde nacieron sus dos hijos, pero un atraso en el pago de su renta (equivalente a 177 euros o 3 mil 300 pesos mexicanos) estuvo cerca de echarla a la calle.
Por fortuna, activistas de las organizaciones Resistim al Gòtic, el Sindicat Habitatge Raval, Sindicat de Barri del Poble Sec y el Sindicat de Llogateres i Llogaters, organizaron una manifestación para respaldarla.
La mujer de 78 años llegó a vivir al barrio Gótico de Barcelona "vestida de novia", de modo que ahí formó todos sus recuerdos importantes y por el valor sentimental no piensa dejar el lugar.
Eso provocó la concentración de un centenar de personas que presionaron a los arrendadores, quienes aceptaron renegociar el precio del alquiler de la mujer, según reportó El Mundo.
Concentración hoy para impedir el desahucio en el barrio Gòtic de Barcelona a Blanca Espinosa, mujer pensionista de 78 años. pic.twitter.com/V4mhcqArEo
— Fonsi Loaiza (@FonsiLoaiza) November 22, 2023
La vecina de la calle Boters, donde habita desde 1969, y al principio pagaba 191 euros de renta pero en 2012, luego de una remodelación, le subieron el costo hasta 280, y en la actualidad paga 238 euros.
Luego del aumento en el costo se atrasó en sus pagos, y eso motivó una demanda en su contra que busca desalojar por desahucio, presentada en el Juzgado de Primera Instancia número 32 de Barcelona.
Este es el dispositivo que han montado para desahuciar a Blanca Espinosa, pensionista de 78 años, por una deuda de 88 euros. Este mundo es tremendamente injusto. pic.twitter.com/dJQJtUWCOw
— Noa Gresiva (@NoaGresiva) November 22, 2023
El juicio tuvo múltiples retrasos, porque ella ha alegado ser una persona vulnerable pero la autoridad rechazó su argumento, porque uno de los hijos de la señora tiene un departamento en el que podría vivir.
Sin embargo, pese a que activistas denuncian que el desalojo de la mujer responde a planes de tirar el departamento para construir un edificio, gracias a la presión se logró renegociar el contrato.
SNGZ