Cuando a mediados de abril la primera ministra británica convocó elecciones anticipadas, la situación parecía ser muy favorable para ella. El Partido Conservador de Theresa May tenía una ventaja de hasta 20 puntos en las encuestas frente a los laboristas. Pero desde entonces, la oposición ha recuperado terreno.
¿Se verá finamlemente un resultado ajustado el 8 de junio? Es difícil predecirlo, ya que el sistema electoral británico hace que sea muy complicado realizar pronósticos.
¿Cómo funciona el sistema electoral británico?
Reino Unido tiene 650 circunscripciones electorales, tantas como escaños hay en la Cámara Baja (Cámara de los Comunes). Para conseguir una de esas bancas los políticos tienen que conseguir la mayoría de los votos en su circunscripción. Así que, como en la canción de Abba, "el ganador se lo lleva todo" ("The winner takes it all").
Pueden darse situaciones en las que los políticos más conocidos no consigan un asiento en el Parlamento, al no lograr la victoria en sus circunscripciones. En 2015 le ocurrió al líder del partido populista de derechas y euroescéptico UKIP, Nigel Farage.
¿Es un sistema justo?
Depende del punto de vista. Por un lado, los candidatos tienen que convencer a los votantes por ellos mismos. Por otro, los millones de votos de los "perdedores" no sirven para nada. En 2015 los conservadores consiguieron la mayoría absoluta de los escaños con un 37 por ciento de los votos.
Mientras, UKIP logró casi el 13 por ciento de los votos y sólo consiguió un asiento, y el Partido Verde se hizo con un escaño con sólo un 4 por ciento de los apoyos. El grupo Sociedad por la Reforma Electoral lucha desde hace años para conseguir un sistema proporcional, pero los británicos rechazaron cambiar el sistema en un referéndum en 2011. El Partido Verde también fracasó con una propuesta al respecto ante el Parlamento en 2016.
¿A quién beneficia este sistema elctoral?
Sobre todo a los grandes partidos. Pero también pueden sacar provecho algunos partidos pequeños que son fuertes en determinadas regiones. Por ejemplo, el Partido Nacional Escocés (SNP): no se presenta a las elecciones en Inglaterra, Gales ni Irlanda del Norte, pero en 2015 venció en 56 de las 59 circunscripciones de Escocia. De esa forma se convirtió en la tercera fuerza más importante del país con tan sólo un 5 por ciento de los votos.
¿Se pueden hacer prediciones a partir de las encuestas?
Las encuestas sirven más para dar una idea de las tendencias de voto que para hacer predicciones sobre mayorías, ya que muchas veces depende de circunscripciones muy disputadas. En 2005 los laboristas de Tony Blair sólo consiguieron una ventaja de tres puntos porcentuales pero lograron una cómoda ventaja parlamentaria.
En 2010, sin embargo, los "tories" (conservadores) de David Cameron consiguieron siete puntos de ventaja pero les faltaron 20 escaños para la mayoría absoluta. En 2015, casi todos los expertos estaban convencidos de que ningún partido conseguiría una mayoría absoluta, pero finalmente los conservadores lo lograron.
¿Y cómo están las cosas de cara a estas elecciones?
Es difícil saberlo. En 2015 más de 100 candidatos ganaron sus escaños con una mayoría muy ajustada, así que en esas circunscripciones la cosa podría ponerse interesante. La mayor parte de los expertos sigue creyendo que ganarán May y los conservadores, aunque en las últimas semanas los laboristas de Jeremy Corbyn consiguieron avanzar. El atentado terrorista de Mánchester podría ayudar a May, que está a favor de actuar con mano dura al respecto.
AER