Después de que las creencias de Jack Phillips, un pastelero de Colorado, le motivaron a rechazar la creación de un pastel de matrimonio para un pareja gay, las miradas de los cristianos conservadores y la comunidad LGBTTTI estadunidenses están sobre el juez Anthony Kennedy , de la Corte Suprema de EU, quien decidirá los límites de la libertad religiosa y la discriminación a los homosexuales.
La historia comenzó en 2012, cuando Charlie Graig y David Mullins fueron a una pastelería para elegir un paste para su boda, sin embargo, Jack Philips se negó por ir en contra de sus creencias. La pareja lo demandó y ganó el caso ante la justicia del Estado.
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Este martes la corte escuchará los argumentos, pero desde el viernes las personas hacen fila en el exterior del recinto legislativo, para asegurarse un lugar en la sala. Incluso, hubo gente que pasó la noche del domingo al lunes envuelta en sacos de dormir.
El más alto tribunal de Estados Unidos deberá decidir, a la luz de la Constitución, entre tres grandes principios del derecho: la equidad sexual, la libertad religiosa y la libertad de expresión.
Una buena parte de la presión que se ha acumulado recae en las espaldas de Anthony Kennedy, de 81 años, el decano de la corte y quien fue nominado por el presidente republicano Ronald Reagan en 1987.
Kennedy es el juez pivote de la Corte. A menudo es quien puede separar a los cuatro jueces progresistas de los cuatro conservadores. Es conservador en temas como las armas de fuego o el financiamiento electoral, pero puede ser progresista en temas como el aborto y la discriminación positiva.
El juez Kennedy demostró ser decisivo en particular en el terreno de los derechos de los homosexuales. En 2015, gracias a él se impuso la decisión de legalizar el matrimonio gay en todo Estados Unidos.
Lucha interior
El gobierno de Donald Trump, una veintena de entidades estadunidenses, decenas de legisladores y numerosos grupos de presión católicos y conservadores han abrazado la causa del pastelero Jack Phillips.
Estos simpatizantes han enviado a la Corte Suprema argumentos sofisticados que, sin decirlo, van dirigidos al juez Kennedy.
El profesor de derecho Steven Schwinn estimó que el magistrado "va a luchar en su corazón".
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"Va a venir en este caso un conflicto de intereses, la dignidad y la exigencia de igualdad de la pareja homosexual por una parte; la libertad religiosa y la exigencia de libertad de expresión del pastelero por la otra. Él probablemente va a debatirse para encontrar un equilibrio", dijo el académico.
"Creo que se va a sentir destrozado", expresó Louise Melling, directora jurídica adjunta de la Unión Estadounidense para las Libertades civiles (ACLU).
"Le emociona la profunda fe de Jack Phillips. Jack Phillips es un creyente, que maneja su pastelería conforme a su fe, él posee ese pequeño comercio familiar. Es sabido que esto afecta al juez Kennedy, es innegable".
ESS