En Sídney, Australia, el Club 77, un lugar de baile queer, actualizó su política de seguridad y contra el acoso, decisión que dividió opiniones más allá del país. Las nuevas medidas, centradas en la búsqueda del consentimiento de las y los otros, generaron interrogantes sobre la convivencia y nuevas formas de interacción en centros nocturnos.
Usuarios criticaron la actualización de la política y señalaron que la “generación de copos de nieve” será la única que asista al club, el cual ha sostenido que mantiene cero tolerancia contra el acoso.
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“En el Club 77 nos esforzamos continuamente por crear un espacio más seguro y verdaderamente abierto para nuestros asistentes y empleados del club”, comienza el comunicado del centro.
La controvertida medida consiste en que para poder interactuar con alguien, debes tener su consentimiento, mismo que también es necesario para llegar a cualquier compromiso.
“El Club 77 no es un lugar al que acudir si tu único propósito es ‘tener encuentros’. Si entras y te acercas a varias personas o prestas atención no deseada a alguien, vas a atraer la atención de nuestra seguridad, que ha sido instruida para detener este tipo de comportamiento”, detalla el establecimiento.
“La creación de un espacio seguro va más allá de implementar prácticas para hacer frente a los incidentes después de que hayan ocurrido. También tenemos la obligación de educar a los nuevos asistentes al club y ayudarles a entender lo que se considera un comportamiento inaceptable dentro del lugar y en la pista de baile”, continúa.
Club 77 detalló que cada noche dispondrá a un guardia de seguridad reconocible con un chaleco rosa de alta visibilidad, el cual ha recibido capacitación para manejar quejas y preocupaciones. Él se encargarán de expulsarlos del lugar.
DMZ
