Un tribunal absolvió, el jueves 23 de octubre, en Belfast, a un soldado británico que era juzgado por dos asesinatos y cinco intentos de homicidio durante el llamado Domingo Sangriento (Bloody Sunday) de 1972, uno de los episodios más trágicos del conflicto norirlandés.
“Declaro al acusado no culpable de los siete cargos”, afirmó el juez Patrick Lynch, al destacar la insuficiencia de las pruebas.
 
	¿Qué se sabe de Bloody Sunday?
El ex paracaidista, conocido únicamente como Soldado F, por razones legales, fue el primer militar juzgado por el Bloody Sunday, ocurrido hace más de medio siglo.
El 30 de enero de 1972, en Londonderry (también llamada Derry), paracaidistas británicos abrieron fuego contra una manifestación pacífica de militantes católicos, causando trece muertos y al menos 15 heridos.
El Soldado F estaba acusado de dos asesinatos —los de James Wray y William McKinney— y de cinco intentos de homicidio.
“Los responsables deberían sentir vergüenza”, declaró el juez al pronunciar el veredicto.
Sin embargo, el magistrado añadió que “por muchas sospechas que este tribunal pueda tener sobre el papel del Soldado F, está obligado y limitado por las pruebas que se le han presentado”.
El juez señaló que las pruebas deben ser “convincentes y manifiestamente fiables”, añadiendo que no era “en absoluto” el caso.
“La negación persistente de justicia para las familias del Bloody Sunday es profundamente decepcionante”, denunció en X Michelle O’Neill, ministra principal de Irlanda del Norte y dirigente del partido nacionalista Sinn Féin.
Versión de las autoridades británicas
El ejército británico sostuvo, durante mucho tiempo, que los paracaidistas habían respondido a los disparos de «terroristas» del IRA (Ejército Republicano Irlandés, grupo paramilitar opuesto a toda presencia británica en la isla de Irlanda).
Esa versión del Ejército británico se vio respaldada en su momento por un informe elaborado apresuradamente.
A pesar de los numerosos testimonios que contradecían esas afirmaciones, hubo que esperar hasta 2010 para que se reconociera oficialmente la inocencia de las víctimas.
Algunos de los heridos o fallecidos fueron alcanzados por la espalda o incluso cuando estaban tendidos en el suelo, agitando un pañuelo blanco.
La masacre del Bloody Sunday —inmortalizada por una famosa canción del grupo de rock irlandés U2 (1983)— tuvo como efecto empujar a numerosos jóvenes católicos republicanos a unirse al IRA.
El Bloody Sunday es uno de los momentos más sombríos de las tres décadas del conflicto que enfrentó a los republicanos —en su mayoría católicos, partidarios de la reunificación con Irlanda— y a los unionistas protestantes, defensores de que Irlanda del Norte siguiera siendo parte de Reino Unido.
El Acuerdo de Paz del Viernes Santo, en 1998, puso fin a este conflicto, que causó alrededor de 3 mil 500 muertos.
RM
 
	 
	