Más allá del resultado sobre el terreno de juego del Nemesio Diez, el Tri tenía otro examen que aprobar en el duelo amistoso ante Trinidad y Tobago celebrado en Toluca: erradicar el polémico grito de "eh, puto" de las gradas.
A sabiendas que las sanciones por la insistencia de esta expresión, considerada homofóbica por la FIFA, irán más allá de lo económico, los esfuerzos de la FMF por eliminarla se notaron desde mucho antes de iniciar el juego, con una gran manta al centro del campo, "apoya a tu selección sin ofender al rival" se leía en ella.
El primer saque de meta, cobrado por el arquero trinitario, fue un desastre. La grada estalló con el polémico grito, entonces, como marca el protocolo, el sonido local pidió cesara a fin de evitar futuras sanciones, las cuales entrarían en vigor a partir de la próxima fecha FIFA.
Y entonces, sabedores de que el juego podría detenerse o jugar a puerta cerrada, de acuerdo a la última consecuencia que dicta el protocolo de FIFA, la afición comprendió el mensaje.
FIESTA SIN INSULTOS
La afición de México en Toluca no se enganchó con la llamada de atención recibida por los altavoces del Nemesio, todo lo contrario.
Las gradas se convirtieron en una auténtica fiesta y se dedicaron a aprovechar a un Tri que pocas veces tienen oportunidad de tener en casa.
Comenzó entonces una guerra entre varios sectores del público por ver quién gritaba más fuerte los tradicionales chiquitibum, el Cielito Lindo se entonó a todo pulmón y los más necios, cambiaron el "eh, puto" por inofensivos chiflidos en cada despeje del portero.
Así pues, con un par de llamadas de atención y un buen espectáculo de los jugadores en la cancha, el Tri aprobó la primera de muchas pruebas que tendrá a lo largo del camino a Qatar 2022 por borrar para siempre este polémico grito.
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