Paciencia en el proceso, las Chivas de Gabriel Milito están en puestos de Liguilla directa a pesar de haber rondado el averno de la tabla.
Luego de la victoria en el Clásico Tapatío y la combinación de resultados de Pachuca y Xolos, el Guadalajara alcanzó el sexto lugar, justo el que marca la línea de clasificación directa y dependen de sí mismos.
El inicio de la campaña fue cuesta arriba para los rojiblancos, las dudas, los cuestionamientos, la crisis tras seis jornadas donde no había respuestas, ni resultados y marchaban en el lugar 16.
 
	Cayeron ante León en su debut, volvieron a hacerlo ante Santos Laguna, nuevamente frente a Juárez y rescataron un empate sobre la hora ante Tijuana, vencieron al Atlético de San Luis y sumaron cuatro puntos de 15 disputados.
¿La elección del técnico fue la correcta? ¿el plantel era suficiente? ¿el proyecto estaba encaminado al fracaso?
La paciencia, el convencimiento en una idea de juego, la adaptación ante las bajas y las cualidades de sus jugadores para desempeñar distintos roles, parecen haber sido la respuesta.
A partir de la Jornada 8 se vio una versión distinta de este chiverío, fueron a la Ciudad de México a ganar el Clásico Nacional, igualaron con Tigres y sufrieron un revés más con Toluca.
Se repusieron y ganaron cuatro en fila, cayeron frente a Querétaro y se llevaron el Clásico Tapatío, que los tiene con 23 puntos.
 
	Son el segundo equipo con más balones recuperados en cancha rival, el cuarto en más pases acertados en el último cuarto del campo y el tercero en balones ganados en área rival.
El sello de las Chivas de Milito es evidente, han vuelto a competir después de tres cuerpos técnicos donde no les alcanzó para meterse a la Liguilla; Arturo Ortega, Óscar García y Gerardo Espinoza pasaron de largo por el equipo.
Los Cuartos de Final lucen a la vista, dependen de ellos mismos, si ganan en Pachuca estarán en esa instancia de manera directa, algo que no consiguen desde hace dos torneos.
RGS
 
	 
	