Los Pumas vive un momento de estabilidad poco común en los últimos torneos. La racha sin derrotas y la adaptación de los refuerzos han devuelto confianza en un grupo que, según Pablo Bennevendo y Álvaro Angulo, empieza a creer en algo más grande que sumar puntos: la posibilidad real de pelear por el campeonato.
"Me parece que la adaptación de los refuerzos ha sido muy buena. Estos últimos partidos el equipo se ha sentido mejor con ellos dentro del campo. Es parte del trabajo del día a día", dijo Bennevendo, quien atraviesa un momento especial en lo personal. Para él, cada partido es también un recordatorio de lo que costó llegar hasta aquí: "Ha sido un camino difícil, con errores y triunfos. Hoy estoy en un punto de mi carrera donde estoy muy feliz. Quiero seguir creciendo, ganando y salir campeón con el club".
El lateral reconoció que las recientes victorias llegaron como un desahogo para un plantel que había sufrido con la falta de gol: "Es un envión anímico. Sabíamos que tarde o temprano iba a llegar y qué mejor que en este momento, con los partidos que vienen". Sobre el duelo frente a Tigres, no hay espacio para ingenuidad: "Todos conocemos su capacidad, pero lo nuestro es enfocarnos en lo que hemos hecho bien".
Por su parte, Álvaro Angulo también se mostró entusiasmado por el presente auriazul. El colombiano, que se ha ganado minutos importantes, enfatizó la seriedad con la que asume el reto: ·Vienen dos semanas con rivales de más peso donde Pumas tiene que mostrar lo que es. Llevamos seis sin perder y solo nos han marcado tres goles. Queremos mantener esa claridad defensiva y que arriba tengan confianza".
Angulo no esconde su obsesión: "Yo quiero ser campeón y solo me sirve eso. Ojalá los compañeros se contagien. Tenemos jugadores importantes que nos ayudan en esa parte mental”" Y aunque falló tres ocasiones claras contra Mazatlán, toma la presión como combustible: "Disfruto mucho esos partidos. Son importantes y me ha ido bien con rivales complicados. Espero que mañana pueda anotar".
Entre la madurez de Bennevendo y la ambición frontal de Angulo, Pumas va encontrando una narrativa común: un grupo que aprendió a sufrir, que sabe vivir con la tensión y que hoy se permite soñar sin disimulo.
RGS
