Después de un agónico triunfo en penales contra Costa Rica, la selección mexicana de Gerardo Martino mantiene su paso invicto en la Copa Oro, pero ahora su siguiente reto será en las semifinales contra el caballo negro de la competencia.
Por primera vez en su historia, Haití llegó a la antesala de la gran final de este torneo, después de un paso complicado pero perfecto en la fase de grupos, con remontadas sobre Bermudas y Costa Rica (ambas por 2-1 después de perder en el primer tiempo con un gol) y un triunfo sobre Nicaragua (2-0), además de romper pronósticos al recuperarse de una desventaja de dos tantos y superar a Canadá en cuartos de final (3-2).
El conjunto caribeño ha remado a contracorriente y se establece como el siguiente obstáculo del Tata en su camino al primer título como timonel de México.
La historia beneficia al Tri
El combinado azteca tiene un control absoluto sobre su rival, desde su primer enfrentamiento el 19 de julio de 1953, cuando se impusieron con ocho goles sin respuesta en su primer partido de eliminatorias rumbo al Mundial de 1954. Meses después, el 27 de diciembre, repitieron la dosis con un 4-0 en Puerto Príncipe.
Esto fue el comienzo de una ofensiva arrolladora en los nueve cotejos disputados entre ambas naciones, con 26 anotaciones tricolores contra dos recibidas.
Aunque no han replicado goleadas como la primera, la selección mexicana sí ha mantenido su hegemonía en esta serie con siete victorias y únicamente dos empates, todos ellos en competiciones de clasificatoria mundialista o torneos de la Confederación de América del Norte, Centroamérica y el Caribe de Futbol (Concacaf).
Pequeñas venganzas de Haití
Aún con todo esto en contra, el combinado isleño puede presumir de algunos triunfos contra el gigante del área, si bien el primero de ellos no fue directo.
En 1973, la selección mexicana vivió una de sus primeras tragedias futbolísticas, al quedarse fuera de la Copa del Mundo del año siguiente.
La eliminatoria se desarrolló en el estadio Sylvio Cator de Puerto Príncipe y el formato de competencia enfrentó a seis equipos -clasificados a esta segunda ronda después de una fase inicial de 14 aspirantes- para buscar una sola plaza a la justa en Alemania.
México, que no se encontraba en su mejor nivel y estaba presionado ante un hostil ambiente por parte de los locales, quedaron en el tercer lugar y dejaron ir el boleto al Mundial tras ser sorprendidos y goleados por Trinidad y Tobago el 14 de diciembre, pese a que se impusieron a los locales por la mínima cuatro días después, al terminar con seis unidades.
Al terminar la competencia, Haití (ocho puntos) avanzó a su primer Mundial como el único representante de Concacaf en Alemania, donde se quedaron en la fase de grupos con tres derrotas, dos goles anotados y 14 recibidos.
El fantasma de Carson
La sorpresa más reciente se dio el 16 de marzo de 2008, cuando los representativos Sub 23 se enfrentaron en el Preolímpico de Estados Unidos.
Con la goleada 5-0 de Canadá sobre Guatemala, el Tri necesitaba ganarle a los haitianos -ya sin posibilidades de clasificar- por una diferencia de cinco dianas para avanzar a las semifinales y buscar el boleto a Beijing 2008.
Sin embargo, esto no ocurrió. La selección mexicana se llevó el partido cinco goles a uno -diferencia de cuatro- al fallar decenas de veces frente al arco, errar un penal y desaprovechar una ventaja tanto táctica como de mayoría de jugadores en el campo, debido a que Haití jugó con nueve elementos debido a dos expulsados.
Dicho fracaso derivó en el cese de Hugo Sánchez como director técnico del combinado juvenil.