A pesar de haberse visto envuelto en el escándalo de corrupción conocido como “Totonero” que involucró a varios equipos de primera división italiana, Paolo Rossi – quien siempre negó su particiáción - encontró la redención en el Mundial de España 1982.
El jugador de Prato, Italia, formó parte de equipos como Vicenza, la Juve y el AC Milán pero fue vinculado con el comerciante romano Massimo Cruciani quien al sentirse traicionado por algunos jugadores en una quiniela clandestina en la que participaba, fue a la policía para denunciar una estafa. En ese momento Rossi era la promesa del futbol italiano y eso le representó un golpe muy fuerte, pues solo dos años antes estuvo jugando su primer mundial con la azzurra donde fue el máximo anotador.
La Comisión Federal de Apelaciones de la Federación Italiana rebajó a dos años el castigo de tres que le había sido impuesto al jugador de entonces 21 años, dejando la puerta abierta para que volviera para la Copa Mundial.
El director técnico de la selección italiana de ese momento, Enzo Bearzot, fue duramente criticado por contemplarlo – pues el joven Rossi dio muestras de mal estado físico por los dos años de ausencia – y además de le sumó un muy mal arranque del combinado, pues empataron los partidos que tuvo en un grupo que se había calificado como sencillo por estar junto a Camerún, Polonia y Perú.
En la siguiente fase, sin un solo gol anotado, Rossi comenzó a sentir la presión de los medios italianos, pero no fue hasta el partido contra Brasil (luego de haber superado al Argentina de Maradona).
Los brasileños solo necesitaban un empate para clasificar a semifinales; mientras que los italianos necesitaban forzosamente una victoria. En uno de los encuentros más épicos de la historia, Italia venció a Brasil por 3-2, los tres tantos de Rossi.
“Después del partido, busqué inmediatamente a Bearzot. Se lo debía todo a él: esa increíble victoria, esos momentos inolvidables. Lo abracé. Simplemente un abrazo, no hacía falta hablar. Creo que en aquel momento experimenté la felicidad en grado sumo; la felicidad que te hace volar después de años de sufrimiento, dudas y angustia”, relató para la FIFA el mismo Rossi años después.
Después de ese partido la azzurra venció a Polonia y en finales se encontró con Alemania a la que venció 3-1 (con un gol de Rossi en el minuto 57) que los llevó a levantar la copa 44 años después.
TAGS RELACIONADOS:
