“Tan seguro como los bancos de Inglaterra” se convirtió en una frase celebre después del Mundial de Gran Bretaña 1966, esto haciendo alusión al portero británico Gordon Banks, quien es considerado uno de los mejores porteros en la historia del futbol, peleando el primer lugar con la Araña Negra, Lev Yashin.
Esta expresión surgió gracias a que el guardameta inglés únicamente recibió tres goles en la Copa del Mundo y uno de los tantos que permitió fue por la vía del penalti.
Banks, quien nació en Sheffield formó parte del combinado de La Rosa junto a Bobby Moore, Jack Charlton, George Cohen, Ray Wilson, Bobby Charlton, etc, quienes obtuvieron su primera y única Copa del Mundo, al vencer en la Gran Final a su similar de Alemania.
El secreto para que Gordon Banks fuera el mejor portero del Mundial fue un chicle. Sí, el portero inglés tenía la creencia que mascar un chicle y posteriormente frotarlos con sus guantes le daba un mejor agarre de pelota, un ritual que realizó en cada uno de los partidos disputados en la justa mundialista en casa.
Para la semifinal ante Portugal, el auxiliar técnico, Harold Shepherdson recordó que no había comprado la goma de mascar de Gordon Banks, por lo que a 15 minutos de que comenzara el encuentro ante los portugueses salió del mítico estadio de Wembley para conseguir el chicle, el cual logró adquirir.
Shepherdson regresó corriendo al inmueble y a escasos cinco minutos de que se diera el silbatazo inicial le entregó el chicle a Banks, quien pudo realizar su ritual. Al final, el selectivo de los Tres Leones derrotó a los lusitanos 2-1 con doblete de Bobby Charlton. Aquel día recibió su primer gol del torneo, el cual fue obra de Eusebio, quien mando el esférico desde los once pasos.
En la Final del Mundial, Banks recibió dos tantos más cuando Inglaterra doblegó a Alemania Federal 4-2. Helmut Haller y Wolfgang Weber fueron los otros futbolistas que pudieron doblegar al arquero inglés.
AGB