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Aspasia

  • Perfil de mujeres
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  • Coral Aguirre

“Tenemos las hetairas para el placer; las concubinas para el uso diario y las esposas de nuestra misma clase para criar a los hijos y cuidar la casa”, decía Demóstenes con gran pragmatismo. Proposición que no ha pasado de moda aunque queramos ocultarlo. No obstante hoy y siempre, las mujeres hubimos de tener conciencia y con ella por estandarte nos abrimos camino a veces con dolor, culpa y castigo, persecución y furia, en otras ocasiones con mayor benevolencia por parte de nuestras circunstancias. Este es el caso de Aspasia, filósofa que vivió alrededor del 460 y el 401 a. C.

Nacida en Mileto en la costa del Asia Menor, donde los jonios contagiados por el Oriente cercano enriquecieron notablemente la cultura griega, Aspasia a la edad de veinte años acompañada de su familia se mudó a Atenas. Su padre la había formado con una vasta cultura y fina sensibilidad teniendo en cuenta su objetivo: hacer de ella una hetera, lo que vulgarmente se denomina como hetaira. Las hetairas vendían su cuerpo a cambio de dinero. Sin embargo la élite de hombres que las ocupaban también recibía el beneficio de su sabiduría y su refinamiento.

Aspasia formó una escuela de heteras al mismo tiempo que regenteaba una casa de citas. Aparentemente Sócrates la conoció allí y se maravilló de su inteligencia. También Anaxágoras, filósofo de la naturaleza, y Pericles, hombre de Estado cuyo gobierno crea las primicias de la democracia, se fascinaron con ella. Este último llevó su amor a las últimas consecuencias puesto que decidió no privarse nunca más de mujer tan dotada y seductora, abandonando a su esposa y tomando por concubina a esa muchacha veinte años menor que él.

El escándalo fue mayúsculo, sobre todo teniendo en cuenta el nivel del varón. Se hicieron todo tipo de infundios y maledicencias tanto literarias como judiciales al punto de ser acusada por su conducta, cargo del que la libró el poder de su compañero.

Llegada la peste a Atenas junto con la guerra del Peloponeso, Pericles fue uno de los atacados por el mal y muere en 429 a.C. Tiempo después Aspasia se casa finalmente con un rico mercader.

Hasta qué punto Aspasia contribuyó al siglo de Pericles como se le ha llamado al siglo V y a Atenas como capital de ese mundo. Arte, filosofía y ciencia multiplicándose en obras y los ciudadanos todos hombres reinando sobre metecos (los extranjeros) y esclavos. Donde hubo de morar como ser libre y valioso. De su condición femenina había sacado lo mejor por hetaira, el conocimiento. El resto de las mujeres cuidaba la casa como bien dice Demóstenes y no ocupaban el espacio público. Por el contrario, Aspasia no solo lo ocupa sino que da cátedra. Así lo atestigua Platón, quien como discípulo de Sócrates le da voz en sus célebres diálogos. Allí puede leerse en las líneas de Sócrates que ella fue su maestra y que lo castigó mucho por desmemoriado. También el mismo Sócrates reproduce un discurso que Aspasia debe haber pronunciado en alguna ocasión a propósito de la guerra del Peloponeso, en donde los atenienses fueron vencidos por los espartanos.

El arte de la oratoria con sus filigranas y sus artificios venía a ser como una parte fundamental de la dialéctica socrática y según parece Aspasia lo sabía muy bien. Así lo manifiesta en lo que queda del discurso mencionado antes: Porque con un discurso bellamente expuesto sobreviene el recuerdo de las acciones efectuadas y el homenaje para sus autores de parte de los que las escuchan. Es el discurso lo que permite retener la memoria de los héroes que acaso perdieron la vida por defender a la patria.

Podemos entonces advertir que como oradora, su hacer sucedía en los espacios públicos y que como maestra su ejercicio era el diálogo, la alocución, con una fuerte impronta más que de filósofa, de pedagoga.

En el discurso que cita Platón en la voz de su maestro, que quizás es lo único con referencias ciertas a la labor de Aspasia que conservamos, hay una reflexión sobre la guerra, la derrota sufrida por el pueblo ateniense, y sobre la templanza con que debemos afrontar nuestro destino: No es fácil para un mortal que, en el curso de su existencia, todo suceda según su deseo.

En el collar de nuestra memoria femenina, Aspasia reina entre las filósofas y se vuelve mito en las voces de quienes la amaron y recibieron sus enseñanzas.

coral.aguirre@gmail.com

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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