Hace cuatro años, la destilería escocesa Ardberg envío muestras de de un whisky joven a la Estación Espacial Internacional para estudiar el proceso de añejamiento en el espacio, hoy los científicos responsables del proyecto ya saben a qué sabe esta bebida añejada en el espacio.
Un sabor mucho más ahumado, con notas de cereza, ciruela, pasas y canela fue lo que notaron los catadores al primer trago, sin embargo, minutos después de haberlo ingerido, el sabor que les quedó en la boca era de pastillas para el ardor de la garganta y plástico quemado.
El whisky espacial conservó varias de las características que el whisky de la Tierra tiene, como niveles de alcohol, color y varios componentes, sin embargo, el sabor fue muy diferente, extraño y difícil de describir, según el doctor Bill Lumsden, jefe de destilación y creación de whisky de la Compañía Glenmorangie.
Así que aunque ya haya un vaso diseñado especialmente para beber whisky en el espacio, tal vez no sea la mejor opción, a menos que el sabor de la medicina y el plástico quemado sean tus favoritos.