Samsung dio el viernes un paso histórico al lanzar el primer dispositivo de realidad virtual dirigido a los consumidores, aunque desde hace algún tiempo han estado disponibles prototipos y otras versiones menos aptas para el mercado masivo. Las gafas de realidad virtual Gear VR de Samsung son impresionantes por tratarse de una primera generación.
El Gear VR es relativamente barato, cuesta apenas 100 dólares (cerca de 1,700 pesos). Se necesita tener audífonos propios, preferiblemente inalámbricos, además de un celular Samsung reciente: Galaxy S6, S6 Edge, S6 Edge Plus o Note 5. Caso contrario, el paquete puede costar hasta 1,000 dólares. Otros sistemas de realidad virtual necesitarán también aparatos acompañantes, como computadoras poderosas.
Samsung desarrolló el Gear VR juntamente con la empresa nueva de realidad virtual Oculus (ahora parte de Facebook). Reemplaza la "versión especial" de 200 dólares que Samsung ha vendido por un año y la compañía dice que el nuevo modelo es su primer producto de realidad virtual para el consumidor, aunque aún requiere cierto nivel de conocimiento del usuario.
El teléfono celular se conecta a la parte delantera del Gear VR, apenas delante del lente para los ojos. Se colocan las gafas de realidad virtual y el mundo que le rodea desaparece, con un teléfono que abre las puertas a un universo irreal en tres dimensiones. Si se mueve la cabeza, la imagen cambia para dar la sensación de inmersión. Se puede incluso dar la vuelta para ver lo que está detrás de uno. La pantalla proyecta perspectivas ligeramente diferentes a los ojos derecho e izquierdo para dar profundidad al mundo virtual.
No fue fácil configurar el Gear VR. Yo pasé trabajos para determinar dónde colocar todas las cintas velcro y los ganchos. No pude conectar el teléfono en los primeros intentos. Necesité el manual para encontrar una palanca que tenía que ajustar porque tenía un teléfono más grande, el Note 5. Muchos consumidores tendrán que pedir ayuda a alguien con habilidades tecnológicas, o un adolescente.
Afortunadamente, en casi todas las ocasiones valió la pena, incluso si muchos videos parecían conceptos que buscan demostrar el futuro de la realidad virtual o eran meras promociones de películas y programas de televisión. Gran parte del material es gratis, aunque algunos videos o apps cuestan entre dos y diez dólares.
Y algunas apps fueron fascinantes. La noción de un app de Netflix, que hace streaming de video a un televisor virtual frente a ti, me pareció tonta inicialmente. ¿Por qué no mirar un televisor real? Bueno, el televisor virtual es enorme. Y la realidad virtual elimina las distracciones de la vida real que te rodean, como Facebook.
Sin embargo, un video del debate presidencial demócrata del 13 de octubre fue decepcionante. Había cuatro cámaras de realidad virtual, pero no podías escoger cuál mirar. Y en 3D, los candidatos parecían muñecos. La idea es novedosa, pero tomará tiempo para determinar lo que resulta y lo que no.
Unas pocas apps tienen elementos interactivos. Una de ellas te permite caminar por un café de un cuadro de Van Gogh. Otra te deja explorar una isla y resolver enigmas para abrir puertas. Esa me causeó mareos. Sería excelente ver narraciones interactivas, en las que la trama cambia de acuerdo con las habitaciones decides explorar.
El Gear VR está diseñado para uso cuando estás sentado, preferiblemente un asiento giratorio. No puedes caminar para explorar el ambiente virtual.
El Vive, junto con el Sony PlayStation VR y el Oculus Rift, van a hacer mucho más que el Gear VR, pero también costarán mucho más. El aparato de Samsung es impresionante en relación con su bajo precio.