El Hotel Marquis Reforma celebra el Día de Muertos con una propuesta que combina arte, tradición y contemporaneidad. Este año, el inmueble ubicado en Paseo de la Reforma presenta una pieza monumental: un auto de Fórmula 1 del Catrín de Ayrton Senna recubierto en chaquira y suspendido en su fachada principal.
La obra forma parte de la exposición Inspiración de vida, creada por el artista mexicano César Menchaca, quien por cuarto año consecutivo colabora con el hotel para vestirlo con intervenciones que rinden tributo a la cultura y al espíritu mexicano.
Menchaca, conocido por fusionar técnicas artesanales con conceptos contemporáneos, buscó en esta edición capturar la fuerza del deporte y la disciplina que impulsa a quienes transforman la pasión en legado. La pieza principal simboliza la perseverancia y el esfuerzo “la transpiración del trabajo constante” como motores de la creatividad y la superación.
La fachada del hotel se convierte así en una galería a cielo abierto que invita a los transeúntes a detenerse y mirar hacia arriba. En conjunto con otras esculturas inspiradas en grandes figuras del deporte, la instalación transforma el Marquis en un espacio donde lo ancestral dialoga con lo moderno.
A la propuesta artística se suma la oferta gastronómica del hotel. Sus restaurantes Heritage, Los Canarios y Terraza Santino preparon menús especiales para la temporada, con platillos que reinterpretan los sabores tradicionales del Día de Muertos.
El Spa Marquis también participa con tratamientos inspirados en la naturaleza mexicana, al integrar elementos simbólicos de purificación y renacimiento, en consonancia con el espíritu de la festividad.
A lo largo de más de tres décadas, el Hotel Marquis Reforma ha convertido esta celebración en una de sus tradiciones más esperadas, atrayendo tanto a visitantes nacionales como internacionales que buscan una experiencia en la que el arte, la memoria y la hospitalidad mexicana se entrelazan en el corazón de la capital.
CalaveritaEn el Marquis la Muerte chocó,¡Con Senna en su auto que no frenó!
Menchaca lo hizo con tanto color,
que hasta la flaca sintió escalofrío y amor.
“¿Este catrín tan bien arreglado?
¡Ni en el panteón hay tanto cuidado!”
Y en vez de llevárselo al camposanto,
se quedó en el Hotel Marquis ¡bailando!
RRR