Estilo

Diseñador habla del uso de la IA en el mundo de a la moda; "debería realzar el talento humano"

La visión de Verde respecto a la IA es, en esencia, la de un catalizador de la creatividad y no un sustituto de la misma.

La Inteligencia Artificial se ha convertido en una herramienta que ha provocado muchísima polémica en los sectores en los que se ha planeado su uso. Ahora, el mundo de la moda no quedará exento. 

Por eso, Adolfo Verde es un nombre que resuena con fuerza en el panorama contemporáneo de la moda latinoamericana, no solo por su capacidad de innovar en cada colección, sino también por su visión a largo plazo Desde sus primeros bocetos, Verde mostró un talento fuera de lo común para interpretar las tendencias sin dejar de lado su propia esencia creativa. 

Su acercamiento a la moda fusiona la tradición artesanal con la tecnología de vanguardia, construyendo un discurso estético que desafía los parámetros convencionales.

Si bien inició su carrera de manera clásica, formándose en academias de prestigio, pronto se dio cuenta de que su personalidad inquieta requería algo más. Comenzó entonces a incursionar en el uso de herramientas digitales que, en aquel momento, apenas se asomaban tímidamente en el sector. Con una curiosidad incesante, se dedicó a investigar software de diseño, plataformas de análisis de datos e incluso incipientes aplicaciones de inteligencia artificial (IA) enfocadas en predecir tendencias. Aquellas primeras incursiones tecnológicas fueron clave para sembrar la semilla de lo que sería su estilo futuro: híbrido, flexible y con una profunda sensibilidad humana.

La visión de Verde respecto a la IA es, en esencia, la de un catalizador de la creatividad y no un sustituto de la misma. Según él, la maquinaria tecnológica brinda oportunidades para expandir el campo de acción de los diseñadores y reducir los márgenes de error en las decisiones estéticas y de mercado. 

Por ejemplo, al aplicar análisis de datos, se pueden recopilar preferencias de usuarios de distintas partes del mundo, segmentar paletas de colores o cortes que están generando interés y hasta calcular la viabilidad de una colección antes de pasar a producción. No se trata de deshumanizar el proceso, sino de elevar la inspiración a un nivel superior, en el que las corazonadas artísticas y los algoritmos convergen en armonía.

Pese a su entusiasmo por la modernidad, Verde no olvida el valor de la herencia artesanal. De hecho, defiende con vehemencia que la moda no puede perder la esencia que la ha acompañado desde tiempos remotos: la conexión humana detrás de cada puntada, la historia cultural que encarna un bordado y la expresión que se desvela en un patrón único. 

Para él, la verdadera innovación radica en saber integrar las técnicas tradicionales con las posibilidades de la IA, encontrando un equilibrio que honre tanto el pasado como el porvenir. Así, los talleres que han colaborado con él dan fe de un intercambio de saberes que fortalece la identidad de cada prenda, combinando la mano experta de los artesanos con la precisión que aporta la tecnología.

Este enfoque dual se traduce en propuestas de diseño que, además de cautivar por su estética, tienen un impacto positivo en la industria al reducir desperdicios y mejorar la toma de decisiones. La sostenibilidad, de hecho, figura como uno de los pilares en la filosofía de Verde: utilizar los recursos de manera responsable no solo beneficia al planeta, sino que añade valor emocional a cada colección.

La IA contribuye, en esta línea, al optimizar procesos logísticos y prever demandas de modo que la producción sea más acertada, evitando excedentes innecesarios y fomentando el consumo consciente. El objetivo no es vender la mayor cantidad de prendas, sino difundir piezas que cuenten historias y generen vínculos reales con quienes las portan.

Por supuesto, surgen dilemas éticos cuando la tecnología avanza tan rápido. Verde insiste en la necesidad de una regulación clara que proteja a los trabajadores, especialmente a los artesanos que podrían verse desplazados si no se plantea una integración justa. A su juicio, la inteligencia artificial debería servir para realzar el talento humano y no para relegarlo. La apuesta es formar equipos multidisciplinarios donde convivan diseñadores, analistas, ingenieros y artesanos, todos unidos por la búsqueda de la excelencia y el respeto mutuo. El resultado no es una mera colección, sino una experiencia de trabajo colaborativo que se materializa en cada pieza.

Aunque sus colecciones han conquistado pasarelas y vitrinas, Verde mantiene un perfil cercano que valora el diálogo directo con su público. Gracias a redes sociales y plataformas digitales, escucha la retroalimentación de seguidores y clientes, recabando ideas que se transforman en nuevas líneas y estilos. Con el apoyo de algoritmos de análisis de sentimiento, puede saber al instante cuáles son las impresiones que provocan sus creaciones y ajustar detalles en tiempo récord, todo ello sin renunciar a la esencia conceptual que lo caracteriza.

Actualmente, su espíritu visionario se ve reflejado en Lovau, donde pone en práctica ese equilibrio delicado entre el diseño atemporal y la tecnología de punta. Siempre con un ojo en la innovación y otro en la tradición, ha logrado integrar procesos artesanales con sistemas de inteligencia artificial que potencian la eficiencia y la creatividad al mismo tiempo.

DAG

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Diego Almanza
  • Diego Almanza
  • diego.almanza@milenio.com
  • De la FES Aragón para el mundo. Periodista. Convencido de que la música siempre es la respuesta. Catador de conciertos y festivales
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