"Desde los 15 años, me he dedicado al corte o cosecha de melón y sandía, pero también a la carga y descarga, en el lugar conocido como 'Las Meloneras', al oriente de la ciudad, donde obtengo ingresos que me permiten mantener bien a mi familia".
"Aunque este jale dura alrededor de ocho meses, los otros cuatro o cinco me voy a trabajar a un establo o a la obra", expuso Enrique Morán García de 34 años, quien vive con su esposa y dos hijos, en la colonia Maravillas de esta ciudad.
Dijo que ya cuenta con amplia experiencia en estas actividades, lavar el melón, empacarlo, saber cual es el bueno, el conocido como "pachanga", lo mismo la sandía, así como también ha trabajado en las labores, en el corte de ambas frutas, el hecho es que de alguna manera tiene trabajo seguro durante ese lapso de ocho meses, año tras año.
[OBJECT]Aseguró que no tiene horario para desempeñar sus trabajos, donde lo mismo carga o descarga camionetas y camiones o trailers y gana entre 500 y 700 pesos diarios, sin descanso, también los domingos, desde las siete u ocho de la mañana hasta las ocho o nueve de la noche.
"Se da uno un tiempo para almorzar y comer, ahí mismo en "Las Meloneras".
"Fíjese que, por ejemplo en el establo donde trabajo, cuando se termina la temporada del melón y la sandía, tengo algunas prestaciones, como el Seguro Social y otras que no me acuerdo, pero tan pronto empieza el corte del melón y la sandía me retiro".
"En el establo me pagan unos mil 200 pesos y cuando no hay ahí, busco en la obra, o para pintar casas, por espacio de unos cuatro o cinco meses", expuso.
Aceptó que cuando el precio de ambas frutas está muy bajo, obviamente también gana poco, le ofrecen 50 pesos por descargar una camioneta y unos 100 o 150 para cargar un camión.
Como él, hay muchos hombres, que se dan cita desde que empieza la "calienta" del melón en 'Las Meloneras', saben bien que ganarán un buen ingreso, nada más cargando o descargando.
Muy temprano vienen camionetas para llevárselos al corte, ya sea de sandía o de melón, al campo a las labores, a las huertas.
"Le pedimos a Dios que nunca nos falte este tipo de trabajo", finalizó.
LMG