En pleno centro de la ciudad de Torreón, sobrevive La Potosina, un local con casi 70 años de historia que se niega a desaparecer. Este negocio familiar ha conservado una tradición de tres generaciones dedicadas a la venta, reparación y preservación del sombrero como símbolo de identidad y estilo.
Fundada en 1955 por una familia proveniente de San Luis Potosí, La Potosina permite a sus visitantes hacer un viaje en el tiempo. En sus estantes conviven sombreros vaqueros, texanas, bombines, y hasta modelos de charro y mariachi, muchos de ellos hechos a mano.
Tres generaciones al frente
Detrás del mostrador se encuentra don Alberto Serrano, tercera generación de sombrereros. Su abuelo fue fabricante en San Luis Potosí, su padre continuó con la venta en el Mercado Juárez de Torreón, y hoy él mantiene vivo el negocio.
“Antes el sombrero era muy común entre campesinos y ganaderos para protegerse del sol, pero ahora es más un tema de moda”, recuerda don Alberto.
De artículo funcional a accesorio de estilo
El uso del sombrero ha evolucionado. Antes era esencial para protegerse del sol; hoy, dice don Alberto, realza la personalidad de quien lo porta.
Aunque La Potosina ya no fabrica sombreros —debido al alto costo de materias primas y la competencia con productos chinos—, el local vende exclusivamente marcas mexicanas y ofrece servicio de reparación artesanal.

Contra las imitaciones chinas
Don Alberto advierte que los sombreros chinos no se pueden reparar:
“Están hechos de materiales sintéticos que se quiebran, no se pueden planchar ni conservar”.
En contraste, los sombreros mexicanos que vende están hechos con materiales naturales como lona, palma, pelo de conejo, castor o nutria.
También recuerda la historia del sombrero Panamá original, tejido en Ecuador con bejuco, y cómo fue desplazado por versiones chinas hechas con hilos de papel.

Una prenda con carácter
“El sombrero es casi de cuarta necesidad, pero te da personalidad. No lo usa cualquiera”, señala don Alberto.
El uso de sombrero se mantiene gracias a modas como la vaquera o la pachuco, que constantemente traen nuevos clientes al local.
Resistencia y tradición en la calle Blanco
A pesar de los altibajos en las ventas, La Potosina ha resistido 40 años en su ubicación actual, en la calle Blanco, entre Morelos y Juárez. Hasta allí llegan clientes de antaño, sus hijos y nuevas generaciones que buscan descubrir su estilo a través del sombrero.
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