El Instituto Nacional de Cancerología (Incan) y la Secretaría de Salud de la Ciudad de México firmaron un convenio de colaboración para formar médicos y difundir entre pacientes desahuciados el programa de "Voluntad Anticipada" que les permita "morir con dignidad, sin sufrimiento y ensañamiento médico" accediendo a cuidados paliativos integrales de tanatólogos y médicos así como de morfina en su propio domicilio.
Luego de la firma del convenio con el director general del INCAN, el secretario de Salud de la Ciudad de México, Armando Ahued, explicó que desde 2008, cuando se aprobó la Ley de Voluntad Anticipada, hasta junio de este año se han extendido cinco mil 729 certificados, mil 465 se realizaron en instituciones de salud como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado( ISSSTE), Petróleos Mexicanos (Pemex) y, principalmente, en Cancerología.
De ese total, 89.4 por ciento de los beneficiarios tiene más de 50 años, mientras que 55 por ciento son mujeres. Casi todos son enfermos crónicos y desahuciados por diversos padecimientos, principalmente cáncer y neurodegenerativos, que fallecerán en el corto plazo de 180 días. 50 por ciento del total aceptó donar sus órganos para disminuir la lista de espera de gente que aún tiene posibilidad de vivir.
Dijo que el documento ha sido firmado por gente sana con el cual se indica el camino legal que debe seguir la familia para donar sus órganos para no someterlo a un "encarnizamiento médico" en caso de padecer alguna enfermedad terminal.
El documento legal, explicó Ahued, resulta esencial para acabar con la "medicina dedicada a curar a toda costa a los enfermos, prolongando su dolor y sufrimiento, manteniéndolo con vida, muchas veces, con métodos agresivos" que lesionan la moral de la familia y también las finanzas públicas, ya que, dijo, mantenerlos en terapia intensiva tiene un costo de entre 60 mil a 300 mil pesos por día.
El Programa de Voluntad Anticipada, dijo el funcionario local, contribuirá a hacer frente a un problema que enfrenta México en donde de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, de las 600 mil muertes anuales, 300 mil requirieron de cuidados paliativos.