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Árbol de Navidad con rama de mezquite: La tradición que la nostalgia no deja morir

La decoración navideña se reinventa con la recuperación de costumbres que no mueren en la memoria de los laguneros.

La nostalgia por las navidades en casa de sus padres, en las que la familia se esmeraba en la tarea de adornarla con el nacimiento, las coronas en las puertas, y por supuesto el árbol de navidad, llevó a la señora Rosalba García Rodríguez a retomar las tradiciones familiares que disfrutó durante su infancia. 

“Decorábamos la casa con guirnaldas, escarchas, esferas, figuras de barro en el nacimiento y lo que más me encantaba era cuando tocaba turno al árbol, que era una gran rama de mezquite seca, que pintábamos de blanco y adornábamos con escarcha, piñas y pelo de ángel”. 

La tradición de colocar un árbol de rama de mezquite se fue perdiendo con la modernidad y la llegada de los pinos artificiales, los cuales fueron haciéndose tan populares que relegaron al mezquite. Relata la señora Rosalba que la rama la conseguían en pleno campo en las afueras de la ciudad de Matamoros, Coahuila

En ese entonces había muchos mezquites, huizaches y pinabetes”, dice, “no como ahora que ya se está quedando pelón el monte”. Y es que el semidesierto lagunero no podría proveer de pinos como el abeto, el cedro blanco o el pino vikingo, tan populares en otras regiones del país, “era muy difícil tener un pino natural, así que la gente en ese entonces usaba los árboles que son de aquí”. 

Cuenta que su papá buscaba la rama más adecuada para que luciera como un árbol completo, con un tronco grueso y ramas resistentes para que pudieran soportar el peso de los adornos y las luces de colores. 

Hace 5 años que Rosalba retomó la tradición de adornar su casa como lo hacían antaño en su familia, “en la segunda semana de diciembre empezamos a adornar y a conseguir los materiales para la decoración”, de esta manera revive una tradición, en la que se conjugan los elementos naturales de nuestra región con la modernidad de las tradiciones importadas. 

La tradición llega a México 

La costumbre occidental de celebrar la Navidad con árboles decorados llegó a México a mediados del siglo XIX desde su lugar de origen en países europeos como Alemania, Francia y Austria, con los primeros emigrantes que arribaron a América. 

Los celtas, los galos y britanos veneraban particularmente al roble. Los romanos veían a los árboles frutales como símbolo de retorno de la vida; y hasta los aguerridos vikingos decoraban abetos y fresnos con trofeos de guerra como ofrenda para tener la suerte en las batallas. 

No es extraño que el tradicional y popular rito pagano de venerar a los árboles se adaptara y transformara en una nueva forma de evangelización cristiana. Se cree que el emperador Maximiliano de Habsburgo trajo la costumbre de poner árboles en navidad, pero existen referencias de que esta práctica ya era realizada desde una década antes por algunas familias europeas, principalmente alemanas, establecidas en México, desde principios del siglo XIX. 

Nostalgia por el pasado 

En la opinión de José Juan Ramírez, quien es diseñador de interiores, la decoración con árboles como el mezquite, es una tendencia que obedece a recuperar la cultura y simbología de antaño, una atracción por la cultura vintage. 

La decoración con estos árboles fue muy popular en La Laguna en los años sesentas y setentas, cuando llegan los pinos artificiales, empiezan a desaparecer de la decoración”, comentó. “La nostalgia por elementos que reviven nuestra niñez, es el motor que motiva a las personas a recuperar tradiciones que parecen ya extintas”, finalizó. 

EGO

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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