Suman al menos siete los alcaldes asesinados en Michoacán de 2022 a la fecha, además de otros tres más que han sido víctimas de algún ataque directo.
El primer caso reportado fue en febrero de 2022, con Enrique Velázquez Orozco, edil de Contepec, cuyo cuerpo fue hallado sin vida tras días con reporte de desaparecido.
El priísta fue encontrado sin vida el 07 de febrero en un predio del municipio que gobernaba. Este caso abrió el conteo dentro de este periodo y reveló la modalidad de desaparición o secuestro seguida del asesinato, que marcó uno de los perfiles de riesgo para autoridades locales.
Luego le siguió César Velázquez Caballero, presidente municipal de Aguililla, región que en aquel momento vivía su momento más delicado en violencia. Murió tras un ataque armado al interior de su vehículo en marzo de 2022.
Un año después, el 30 de marzo de 2023, Guillermo Torres, alcalde de Churumuco, perdió la vida en un ataque armado directo en una taquería del centro de Morelia. Aquella noche estaba acompañado de su hijo de 14 años, quien también resultó lesionado.
En junio de ese mismo año, Yolanda Sánchez Figueroa, de Cotija, fue acribillada a unos metros del Palacio Municipal, luego de abandonar un gimnasio y contar con escoltas. Desde una camioneta en movimiento, se abrieron fuegos de armas de alto poder en su contra.
Previamente, en 2023, la propia edil había sido secuestrada en Zapopan, Jalisco, por lo que había antecedentes de agresión y amenazas.
En junio de 2025 se registraron dos crímenes, siendo el primero el día 5 con Salvador Bastida García, alcalde de Tacámbaro, quien fue atacado al interior de su camioneta sobre la calle Fuerte de Loreto, colonia Centro, a unos metros de su domicilio.
Además del presidente municipal, un escolta murió en el lugar. La Fiscalía General del Estado logró el arrestó de un presunto autor material identificado como Santos “N”, alias El Kiko, quien tras perpetrar el crimen le robó dinero en efectivo.
Posteriormente, 12 días después, murió Martha Laura Mendoza Mendoza, de Tepalcatepec, luego de ser acribillada junto con su esposo Ulises Sánchez Ochoa a las afueras de su vivienda, en la zona centro del municipio. En el ataque, una asesora de seguridad de origen cubano, también resultó lesionada.
El caso llamó la atención debido a los vínculos de la edil con Juan José Farias Álvarez, ex autodefensa y ahora, líder delincuencial.
Por último, el caso más reciente es el de Carlos Manzo, quien fue atacado por la espalda en pleno centro de Uruapan, luego de encabezar un acto público en compañía de su familia. Uno de los agresores murió abatido y otros dos fueron detenidos, además de que se aseguró un arma de fuego.
Por otro lado, las alcaldesas de Buenavista, Queréndaro y Cuitzeo, Irma Moreno Mendoza, Diana Caballero y Rosa Elia Milán Pintor, respectivamente, fueron víctimas de ataques al interior de su camioneta, otra a su domicilio y una más en un evento social.
La noche del 1 de agosto, la vivienda de la alcaldesa de Queréndaro fue tiroteada e incendiada por un comando armado, en el que se habrían usado explosivos lanzados incluso desde drones.
Aunque la Diana Caballero no se encontraba en el domicilio, su madre fue rescatada por los bomberos. Este hecho simbolizó la coerción directa al entorno personal de las autoridades municipales, llevando la violencia más allá del ámbito patrimonial al plano familiar y material.
En lo que respecta a Milán Pintor, el 13 de julio fue lesionada junto con sus escoltas durante un ataque a balazos por un comando en un restaurante de carretera, donde se llevaba a cabo un evento familiar.
Apenas hace unos días, la fiscalía estatal reveló que habrían sido detenidas tres personas por su participación en el atentado, que dejó también lesionados a algunos de sus escoltas, mismo que fueron atendidos en la ciudad de Morelia.
Por último, con Moreno Mendoza, fue el 18 de septiembre cuando sufrió un atentado armado mientras se desplazaba en carretera, al regresar de la toma de protesta de un mando militar. Pese a la magnitud de los hechos, resultó ilesa.
Además, en agosto de 2025, bases policiales en el municipio fueron blanco de agresiones simultáneas, y se informó que la alcaldesa se encontraba bajo amenazas constantes.
Los casos listados muestran un patrón dramático, en el que las autoridades municipales son blancos de violencia extrema. En varios de los homicidios, no se conocen detenidos, lo que agrava el problema, salvo en Tacámbaro, donde sí hubo una detención.
Estas muertes, además, se dieron en municipios con territorios disputados por cárteles como Cártel Jalisco Nueva Generación y Cártel de Tepalcatepec, por ejemplo. Ante ello, la protección a las autoridades municipales, en muchas ocasiones, es insuficiente.
LP