Olga Lidia Medina Torres, es una mujer oficial de tránsito, quien 13 años prestando su servicio a la dirección de Tránsito y Vialidad en el municipio de Francisco I.Madero, Coahuila.
Asegura que fue la necesidad de trabajar y poder dar sustento a sus dos hijos, lo que la llevó a este oficio que desarrolla con gran pasión, pues aún y cuando pasa más de 12 horas en algún crucero, señala que es gratificante cuando se brinda un servicio a la ciudadanía.
Antes de ingresar a la corporación, estuvo como operaria en una empresa del municipio, en donde posteriormente se convirtió en la primera mujer mecánica, en donde permaneció 5 años, sin embargo debido a que la maquiladora cerró, se vio obligada a buscar otro empleo.
La necesidad de tener que mantener a sus dos hijos y de salir adelante, es lo que la lleva a buscar un empleo en la dirección de Seguridad Pública, en donde le manifiestan que había vacantes para policía y para agente de tránsito.
“Yo dije, el que me den, siempre me inculcó mi papá que si vas a llevar a cabo un trabajo, te vas a poner la camiseta y vas a dar lo mejor de ti por ese trabajo y así lo hice”.
Son ya trece años y cinco las administraciones en las que ha laborado, agradeciendo la confianza que le han dado para continuar realizando su trabajo y sirviendo a la comunidad.
“Hay trabajos fáciles pero no son dignos y hay que buscar un trabajo en el que tu familia y tus hijos estén orgullosos de que lo lleves a cabo”.
El estar diariamente en los cruceros coordinando la vialidad, no es fácil, debido a las condiciones climáticas de la región, así como el temperamento de los ciudadanos, ya que en ocasiones son agredidos cuando se les aplica alguna infracción a los conductores.
“Es lidiar con ciudadanos, con el clima, de estar todo el día parada, pero gana más la pasión por el trabajo y haces lo que te gusta”.
Comenta que la disposición es lo más importantes, ya que debe estar en donde se necesita, pues en algunos momentos está a las afueras de las escuelas y en organizando la vialidad en puntos de mayor confluencia, sobre todo en la temporada de diciembre.
Enamorada del orden y la disciplina, comenta que muchas veces son 12 horas las que tiene que estar en un crucero, sin embargo el cansancio no la ha vencido.
“Hay veces que ya no puedo ni con mis manos, pero la gente entiende, no necesito ni silbatear, la gente ya entiende, me gusta el orden y la disciplina y me conocen porque dicen que son muy dura, pero no, es mi trabajo”.
Una de las satisfacciones más grandes para Olga, es el reconocimiento de la sociedad por su trabajo.
“Hay gente que te reconoce con el simple hecho de llegar y darte una botella de agua, para mi ya es una satisfacción”.
Olga, quien tiene dos hijos y cuatro nietos, señala que desde muy joven quedó viuda, lo que la orilló a esforzarse aún más para poder sacar adelante a su familia, no solamente en lo económico, sino fomentando los valores y el respeto.
Ahora que sus hijos ya están grandes y formaron una familia, le han pedido que deje de trabajar, sin embargo es algo que le apasiona hacer.
“Me decían que dejara el trabajo, que era muy cansado, pero a mí mi trabajo me gusta, me apasiona, me gusta salir adelante y si algo voy a comprarme, es con la satisfacción que es por mi trabajo”.
La mujer, manifiesta, puede trabajar en lo que se propongan con honestidad y con responsabilidad, ayudando a la comunidad.
“Todo en esta vida se puede, siempre y cuando lo haga uno con pasión, no dejarse arrastrar por la necesidad, como mujer es importante quererte, valorarte y todo se puede”, expresó.
CALE