El actor, dramaturgo y payaso Andrés del Bosque tiene fe en la risa como un elemento que ayuda a recordar y a regenerar el alma.
“Basta de vivir con miedos, de no reírnos”, expone el artista, de nacimiento chileno, quien ha realizado su trayectoria principalmente en España, en entrevista con MILENIO Monterrey.
Andrés del Bosque llega como invitado a la ciudad por el Festival Itinerarte y con su experiencia imparte un taller sobre clown sagrado.
Además, señaló, tendrá su presentación el próximo martes 11 de abril a las 19:00, en la Explanada del Museo de Historia Mexicana.
¿Qué tan importante es que el payaso cuente con herramientas escénicas para su profesión?
Es interesante hablar de “herramientas escénicas” desde el punto de vista de la técnica. Uno de los objetivos del taller que estamos ofreciendo es transformar los vicios en virtudes que tengan que ver con la belleza, el amor y la alegría.
Esto se logra a través de las herramientas fundamentales que son el buen humor y la risa.
¿Qué tan importante se vuelve el buen humor y la risa, para una sociedad como la mexicana tan lastimada por la violencia?
La risa está relacionada directamente con el hipotálamo además de con la memoria.
Hay una risa, que es muy apreciada hoy en día por algunos practicantes del Stand up comedy, que es para olvidar.
Una risa que se tipifica solo para la diversión, pero también tenemos otra clase de risa que es para recordar, muy importante.
Una, la risa para olvidar, invita a un proceso de procrastinación, es decir, aplazar los conflictos y olvidarlos.
Pero la risa que nos otorga un sentido a los fenómenos que nos pasan, hunde sus raíces en la memoria, una risa que renueva y nos hace tomar conciencia de que estamos en este mundo por algo.
Por muchos años se ha relacionado al que se ríe con el tonto, con el bobo...
La cultura occidental se ha caracterizado por edificar sus preceptos a relación a aquella cosa que dice “la risa abunda en la boca de los tontos”, y de alguna manera la ciencia se viste con el traje de la seriedad.
Pero resulta que el tonto es un estado del espíritu que es bastante genial, una capacidad de vincularte con aquello que no tiene importancia pero resulta que esas tonterías son el tiempo que uno implica en regenerar la gracia, porque la gracia regenera.
Hoy vivimos una sociedad que busca culpables para todo: los negros, los judíos, los inmigrantes. Es decir, siempre buscamos un chivo expiatorio que nos aleje del bien común, pero el bien común pertenece a los tontos, a los tontos sabios.
¿Cómo llegar a un humor que no genere violencia, que no discrimine o sea agresivo?
No hay que ponerle límites al humor, el humor se caracteriza por mezclar y lo que hace la risa es traspasar las fronteras, mezclar aquello que es trágico con lo cómico.
¿Por qué los gobernantes no se ríen?
Porque son quienes están asociados para expandir la seriedad porque así defienden sus privilegios de una pequeña casta.
Este grupo de grandes trasnacionales, que controlan y están sobre los gobiernos, son muy serios pero entre ellos se ríen mucho claro, de nosotros, de una multitud de personas resignadas.
Por eso la risa sirve contra la resignación y la risa está unida también al rezo; por ello es que soy partidario con la divinidad, con todas las religiones.