Desde hace 16 años, la delegación Benito Juárez sabía que el edificio ubicado en la calle de Galicia podía colapsar.
Vecinos de la colonia Niños Héroes de Chapultepec advirtieron del riego a diversas instancias de la demarcación panista. Tan solo una familia alertó de esta situación en tres ocasiones por medio de escritos.
El sismo del pasado 19 de septiembre terminó por derrumbar el inmueble. Una mujer de la tercera edad quedó bajo los escombros. Fue rescatada, pero murió en el hospital. El resto de los habitantes de estos departamentos perdieron el que era, en algunos casos, su único patrimonio.
Los vecinos consideran que esto pudo evitarse si las autoridades de la delegación hubieran escuchado las advertencias.
Desde el año 2000, el PAN ha gobernado ininterrumpidamente la Benito Juárez. Un año después, relatan los colonos, comenzaron a ampliar este edificio en la esquina de Galicia y Niños Héroes de Chapultepec.
La construcción les extrañó a los vecinos. Después del sismo de 1985, el inmueble estuvo deshabitado: tenía daños estructurales y “estaba para demolición”. Entonces comenzaron las alertas vecinales a la autoridad.
“...en bardas y paredes hay una inclinación de 80 cm hacia mi vivienda, y después de 15 años, en lugar de quitarle pisos y peso están haciendo todo lo contrario, por lo que me gustaría saber si existe algún permiso de la delegación Benito Juárez y, si no, que se haga una inspección en dicho domicilio”, pidió Margarita Rivera Ramos en un escrito recibido por la demarcación el 21 de junio de 2001, según el folio 15763.
En la carta, Rivera Ramos se habló de la construcción de un piso más: pasó de tres a cuatro, más la planta baja que correspondía a cajones de estacionamiento. En total se edificaron ocho departamentos de 120 metros cuadrados. Una vecino contó que pagó medio millón de pesos por uno de ellos.
Esta primera misiva estaba dirigida a Gerardo Fernando Cantú y Villarreal, quien para entonces era director general de Obras y Desarrollo Urbano de la delegación. Hoy es subdirector de Obras en la administración que encabeza el panista Christian von Roehrich.
En su primer puesto fue investigado por autoridades locales porque presuntamente, Cantú y Villarreal no abrió un proceso de licitación para obras en la Alberca Olímpica y, según la indagatoria, en cambio realizó una adjudicación directa.
En el ámbito federal, la Secretaría de la Función Pública también abrió un procedimiento administrativo en su contra, en 2007, cuando fue director de Supervisión y Evaluación Técnica, según refiere la demarcación panista en su página de internet.
Él fue el primer funcionario de la Benito Juárez que desde hace 16 años supo que el edificio de Galicia y Niños Héroes de Chapultepec estaba dañado y podía caer... como finalmente ocurrió.
“No podemos asegurar que hubo corrupción, pero al menos sí omisión de autoridades delegacionales. Ignorarnos tuvo el mismo efecto que la corrupción: se cayó el edificio y una mujer de 70 años murió”, añadió Emanuel Jardón Rivera, vecino del inmueble derrumbado.
Los vecinos identifican como propietarios del inmueble a los hermanos Luis y Miguel Ángel Guzmán Huerta. Ellos vendieron los departamentos.
Cuando concluyó la obra y se comenzaron a vender las viviendas llegó una segunda alerta vecinal: “...aproximadamente hace un año di aviso al director general de Obras y Desarrollo Urbano de la delegación Benito Juárez, Gerardo Cantú y Villareal.
“Después de 15 años, el dueño de la propiedad aumentó un piso más poniendo en riesgo a los propietarios de los departamentos, a mi familia y a los transeúntes, por lo que pido de manera muy atenta y definitiva a Protección Civil realizar una inspección al respecto para deslindar responsabilidades de ambas partes”, enfatizó Jardón Pacheco en una nueva misiva.
En esa ocasión, el escrito fue dirigido a Fernando Vargas Gómez, entonces coordinador de Protección Civil de Benito Juárez. Las autoridades panistas lo recibieron el 8 de julio de 2002. “Unas semanas después de entregar la carta llegó Protección Civil pero no hizo nada”, recordó Emanuel, hijo de Rivera Ramos y de Jardón Pacheco.
El 9 de noviembre de 2007, Emanuel envió otra carta a las autoridades panistas, la última que tenga registro la familia Jardón Rivera. Esa fue dirigida al entonces jefe delegacional, Germán de la Garza Estrada. “Tampoco hubo respuesta y ya no insistimos porque no nos queríamos meter en problemas; la delegación no hizo nada”, aseguró.
La familia Jardón Rivera tiene una taquería desde hace más de 50 años. Está a un costado de su vivienda. Al lado se encontraba el edificio que colapsó hace un mes en la esquina de Galicia.
Una de las bardas que cayó el pasado 19 de septiembre, derribó un cuarto de la casa de los Jardón Rivera. Al frente colocaron “por seguridad” una decena de polines. Al lado, unas tablas de madera cubren el escombro que queda de este edificio, que según una vecina, la construcción data de 1951.
“Eran departamentos bonitos, amplios, muy tranquila la zona. La mayoría eran personas de la tercera edad”, relató Xóchitl, quien rentaba un local en ese edificio.
La mujer abriría ahí una estética. El día del sismo tramitaba los permisos. Su madre no tuvo la misma suerte: vivía en el departamento 202. Fue la única inquilina que falleció. Xóchitl prefiere no decir su nombre.
“La gente compró de buena fe y hasta que se cayó se dan cuenta que en realidad no tenía cimientos. Se puede ver que las varillas son superdelgadas”, señala a través de las tablas de madera la mujer de tez morena y baja estatura.
“Cuando vinieron a ayudar a quitar los escombros, arquitectos nos decían que cómo construyeron cuatro pisos sobre una cadena, ¡solo estaba sujetado por una cadena!... ¿Quién les permitió construir, vender así y ponernos en riesgo?”.