¿Quién construye en los arrabales una casona deslumbrante?, Barragán en 1947, ubicada en el número 12-14 de General Francisco Ramírez, colonia Ampliación Daniel Garza. La fachada austera se mimetiza en la desierta y pequeña calle. Destrucción-construcción de espacios que dan sentido a la vorágine llamada DF, ¿qué es una ciudad?, bóvedas de fuego, templos negros, ruinas, espejos de aguas negras, el fantasma de un lago, circuitos de aire, lava petrificada, una banca al sol.
Todo se transforma, la ciudad es un proceso que requiere imaginación, nacimiento, destrucción; nadie y nada escapa. Los opuestos no son contradictorios. La década de los años 40 marcó en la forma de construir una cicatriz que sigue vigente, la arquitectura tiene una función social dentro del enorme espacio que es la ciudad, en ese espacio gravitan los distintos subespacios, ¿cómo explicamos los subespacios?, labor interminable, al pensar en subespacios no puedo dejar de analizar los espacios incomprensibles en los que cualquier persona es capaz de transformarse, entrar en otro tiempo, una espacie de ecuación de álgebra abstracta. Los alemanes llaman Geist a las cosas que tienen espíritu, todos los espacios tienen un Zeitgeist, es importante pensar en los espacios irreales, lo espacios uniformes son aburridos, el subespacio da forma a una simple mesa, el material puede darle un giro, la mesa ya no es una simple mesa. Los espacios, parecidos a máquinas temporales, una mesa de los años 50 será una mesa de los años 50 en el año 3016, cualquier trabajo de diseño y arquitectura que no sea capaz de expresar una época: es un error que debería demolerse o borrarse.
Trato de llegar, Archivo Diseño y Arquitectura inaugura la exposición Archivo Italia, espacio situado junto a Casa Barragán. Parque Lira, laberinto para alguien que está acostumbrado a caminar la ciudad en cruz. Estoy perdida, el taxista me ha abandonado en una empinada calle, un altar a la Santa Muerte, a su lado: JC vestido de color amarillo, la ciudad no es un conjunto vacío, toma forma a partir de un conjunto de objetos conexos o disconexos. La convergencia, divergencia, conexión, continuidad y proximidad son elementos que deberían ser considerados cada vez que alguien intenta levantar un muro en la ciudad. Estructuras que contienen estructuras. Camino, encuentro un taxi, subo, da múltiples giros por agresivas calles cerradas, "llegamos", me cobra 25 pesos. El hombre a cargo es Mario Ballesteros, editor-arquitecto que no estudió arquitectura. Hablamos, ¿qué es un archivo?, Mario define lo que significa la acumulación histórica de testimonios, objetos, espacios: "Coleccionar, exhibir y repensar el diseño en México, archivo abierto al público, el único espacio en el DF dedicado al diseño industrial y la arquitectura, el diseño popular anónimo está presente de la misma forma que algunas piezas importantes de diseñadores internacionales clásicos", algo en sus ojos me devuelve al pasado, aunque imaginaba encontrarlo rodeado de todas aquellas cosas que le obsesionan, es extraño encontrarnos aquí. Lo conocí cuando finalizaba la década de los años 90, nos encontramos en el Centro, caminamos por horas, ¿nuestro tema?, la destrucción de la ciudad. Mario me presentó una noche al mesero del Shangai, lo encontramos en una esquina del barrio chino arrebatándole su cartera a un gringou despistado que pensamos la reencarnación de Jack Kerouac. Una noche la nada se lo tragó, nunca volví a verlo, el mesero, aquella chamarra roja inconfundible, lo busqué en cada bar de la ciudad sin éxito. Algunas madrugadas me detengo en la puerta del edificio Ermita, situado en la esquina de avenida Jalisco y Franklin, una construcción majestuosa de los años 20. Recuerdo la última vez que crucé la puerta con una botella de bourbon, salía del Galaxie, al entrar el tipo de los elevadores me dijo: "Se ha ido hace casi tres semanas, ¿podrías devolverme la llave de la entrada?", sin darle tiempo, salí, un taxi hizo mi noche de suerte, escapé. Jamás devolvería la llave para entrar al edificio en el que Rafael Alberti escribió. El mesero del Shangai repetía constantemente un versito, "se apaga como ojo de lagarto que sueña/ garra dulce de tigre que se volviera hoja/lumbre débil de fósforo al abrirse una puerta", como un ritual acudíamos a la puerta del ex departamento de Alberti para conspirar, deseábamos destruir la horrible botella de Coca-Cola de la fachada, con el tiempo nos encariñamos con sus luces y abandonamos los planes.
Todo tiene un Zeitgeist. Mario estaba en Barcelona, en su ausencia la noche me tragó un par de veces, escupiéndome a la mañana siguiente en alguna vena sucia de Tacubaya, recuerdo una zona de cervecerías y tacos 24 horas, a veces quisiera volver a esas noches, es tarde ya, el tiempo tiene puertas cerradas, 10 años más tarde otra vez estoy de este lado, tarde, como tantas cosas en mi vida, la inauguración de Archivo Diseño y Arquitectura empezó hace dos horas y media. ¿Qué es la destrucción?, Mario tiene una voz memoriosa, habla como uno de esos animales poco visibles, como las hormigas, no hace ruido, silenciosamente va construyendo espacios dentro del fragmento de historia que le corresponde en una ciudad que considera imposible de abarcar, "fascinación por la forma en que sobrevive una ciudad, la destrucción", es una persona cercana a la ciudad, la patea, sabe que es natural "el carácter de sobrevivir, reponerse a lo que sea... de alguna forma extraña y enferma es reconfortante que la ciudad y México, no dejan de darte esos putazos de realidad".
En un pasillo parecido a una escena de La naranja mecánica aparece Majo, arquitecta, remodela casas abandonadas, debe ser apasionante darle nuevos subespacios a un espacio aparentemente concreto. Me lleva frente a la enorme jaula que contiene aproximadamente mil 200 objetos, señala algunos que colocó dentro de ese espacio. El arquitecto Ricardo Matías está a mi lado, comentamos sobre algo que vi dentro de la enorme jaula: máquina mecánica, cuaderno Scribe, "tú podrías ser Alberto Caeiro", responde que es Ricardo Reis, los heterónimos son también subespacios. Manuel Bueno, dibujante, se mezcla entre la marea de personas, me abraza, lleva esa sonrisa que solo tienen los que no beben, admiro la sobriedad.
La construcción de espacios y subespacios revelarán al mundo concreto que existen construcciones paralelas a él. La arquitectura ficcional es una taxonomía distinta, reúne entidades ficcionales: objeto, espacio, penumbra, arista, vértice, bancas-personaje. Acontecimientos, miedo, arrojo, realidad. La fusión de Arquitectura y Realidad, proceso similar a los restos de un meteroide, su forma complementaria es una no-vitrina imposible de ordenar, distintas ideas conviven en la no-vitrina. La arquitectura es parte de la realidad, un fragmento de la representación de la realidad, proyecta batallas infinitas entre espacio y subespacio. En la arquitectura como en todos los oficios, existen dos grandes divisiones: miméticos y teóricos, para los primeros, la arquitectura es algo que refleja o texturiza la realidad. Los teóricos construyen sin ninguna referencia inteligente o asombrosa, no conocen la transmutación, son entes sin ideas. Todo lo que se construya de forma mimética contiene ideas.
Todo tiene un Zeitgeist, borro la foto que nos tomamos en el último table del Eje Central, el último en cerrar, quemo el cuaderno en el que te escribí una larga carta futura. Todo tiene un tiempo, no podemos forzar los sucesos. Todo tiene un tiempo, me consuelo tontamente mientras te digo adiós desde el futuro. El futuro no existe. La ciudad no es una curva monótona, no es una masa uniforme de concreto sin músculos. La ciudad tiene rostro, no es el mural oficial, no la estampa colorida y horrible Diego-Frida. Guillermo González y el equipo sin jerarquías de Apropiación del Espacio, han hecho posible parte del proyecto: Archivo Italia, en el montaje pudo quedar sepultado entre los mil 200 objetos, no es una instalación artística, Mario prefiere hablar del proyecto como "una colección de estudio, de objetos inabarcables, de interés o creatividad, significado, conciencia, conocimiento, conexión, el espíritu de este espacio va en ese camino, es otro tipo de animal, un espacio dedicado al diseño, no es un espacio con pretensiones", algún empleado de Kurimanzutto o cualquier espacio de receta posmoderna podría ofenderse equivocadamente al escucharlo. Se acabó el alcohol y el evento que cobijó conversaciones similares a manifiestos personales de memoria colectiva. Los caminos se cansan, se destruyen, mueren, se secan, un día o una noche: se desploman. Los recuerdos derrotados nos abandonan. Los recuerdos heridos son tan finos, adelgazan con un vaso de alcohol. Concreto y vidrio: "No pueden vivir separados", es la voz de Mario explicándome algo que no lograba entender. Ciudad parricida y amorosa: gran personaje.
* Escritora. Autora de la novela "Señorita Vodka" (Tusquets)