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Refugiado por la vida: Agustín Guzmán llevaba seis días mojándose

Esta es la historia del señor Agustín Guzmán de 69 años, una de las personas afectadas por las inundaciones de las recientes lluvias.

El sol ha salido, hay tregua en el medio ambiente después de largas jornadas de lluvia que provocó inundaciones en la parte centro y sur de Tamaulipas a causa del remanente de la tormenta tropical Barry.

Por el momento todo es calma, pero también incertidumbre entre las familias que viven en la margen del río Tamesí y Pánuco, pues las autoridades esperan que lleguen millones de litros de agua lo que podría superar los niveles máximos de captación.

Mientras esto pasa, en un albergue de Tampico se encuentra Agustín Guzmán de 69 años, es una de las personas que acudió por su propio pie al refugio ubicado en la entrada de la colonia Vicente Guerrero, famosa por el sobrenombre que los mismos habitantes le pusieron dada la gran cantidad de mosquitos que ahí proliferan, “La Moscú”.

¿Cuánto tiempo pasó antes de que el señor Agustín llegara al albergue de Tampico?

Sentado sobre una silla plástica afuera de las habitaciones que las autoridades habilitaron para la estancia de los afectados, Agustín se la pasa observando el movimiento que ha generado la alerta de Protección Civil. Se le mira pensativo, con cierta calma pues sabe que está en un lugar seguro, no como en su casa donde ya tenía seis días mojándose.

“Tengo aquí tres días en el albergue, me vine para acá pues ya tenía seis días mojándome en mi casa, aquí vivo, hace tiempo compré un terrenito. Yo soy pescador, por mucho tiempo anduve en los barcos camaroneros, pero ahora también soy albañil, incluso descargo carga de los trailers, pero la verdad es que hay poco trabajo”.

Cuenta que en su lucha por la sobrevivencia, juntó algo de dinero para comprar material y hacer una atarraya.

“También tengo redes para pescar jaibitas pero no hay ahorita, ojalá y que con estas lluvias haya pescaditos y jaibas; estaban saliendo muy chiquitos antes de las lluvias, de algunos salían buenos filetes y daba las bolsitas a 50 pesos, otra gente te la da hasta en cien pesos… hacen caro el mundo. Yo digo, si hay pescado hay que darlo barato”.

¿A qué se dedica el señor Agustín?

Cuando no hay pesca y llega el fin de semana pone en marcha su siguiente oficio que es el de cargar mercancía para llevar al rodante. 

“Le trabajo a un amigo en el rodante, le bajó la mercancía de su camioneta, frutas y verduras y hasta a veces yo mismo me pongo a vender; me da 300 varos y la comida, pues para mi está bien.

La tristeza le invade al recordar su gran época de pescador en barco y que no pudo seguir por no tramitar el permiso para salir a la mar.

“Yo anduve en la mar pero nunca arreglé los papeles, anduve en los huachinangos, en un barco tiburonero, en un barco camaronero que era de don Joaquín Hernández “La Quina”, anduve viajando mucho, pero ahora estoy aquí, buscando sobrevivir con mi atarraya que mide braza y media, suficiente para hacerle frente a la vida”.

Agustín Guzmán, se siente agusto en el albergue de “La Moscú” donde le atienden con comida caliente, una habitación con cama y climatizada, atrás ha dejado aquellos viajes donde expuso y entregó su vida pues navegar contra la fuerza de la naturaleza es un tema que solo un buen pescador puede enfrentar.

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Sergio Sánchez
  • Sergio Sánchez
  • Periodista de información general y deportes. Escribe historias de personajes de la ciudad y crónicas deportivas. Maderense de nacimiento, pero tampiqueño de corazón.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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