Trece niñas, niños y adolescentes se quedaron huérfanos como consecuencia de feminicidios ocurridos en Tamaulipas en un periodo de tres años y la Comisión Estatal de Atención a Víctimas afirma da seguimiento a sus casos.
A través de la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT) se informó que las edades de estos menores van de uno a 16 años y en su mayoría corresponden al género femenino y a la ciudad de Matamoros.
El 3 de noviembre está considerado por grupos feministas como el Día de las Muertas, en memoria de todas aquellas mujeres que perdieron la vida de forma violenta, en especial las víctimas a las que no se ha hecho justicia.
Según la información pública de la PNT, se le preguntó a la Secretaría General de Gobierno sobre el número de niñas, niños y adolescentes en condición de orfandad por feminicidio que reciben apoyo como víctimas indirectas del delito, entre 2022 y 2025.
Según se expuso, son siete menores del género femenino y seis del masculino, los registrados como víctimas indirectas de este delito, y en su mayor parte son de Matamoros.
De 2022, el menor en orfandad es un niño de 12 años originario de Altamira; de 2023 se trata de una adolescente de 16 que vive en la fronteriza ciudad de Nuevo Laredo.
De 2024 hay un registro de 11 menores y nueve son de Matamoros: seis niñas de 2, 3, 4, 5, 11 y 12; asimismo, varones de 13, 10 y 9 años de edad.
De igual manera, un menor de un año en Victoria y otro de cinco en Reynosa, sin que a la fecha de respuesta, en junio del presente año, se tuviera dato del 2025.
Huérfanos por feminicidio en el abandono: Colectivo
Martha de la Cruz, representante de la colectiva feminista Mujer Manglar, dijo que en Tamaulipas como en todo el país, las niñas y los niños huérfanos por feminicidio están en el abandono oficial.
“En la zona sur hay varios casos donde las víctimas de feminicidio dejaron hijos y la constante es que no existe apoyo”, expresó la activista. Agregó que hay un padrón con nombres y cifras pero sin el contexto para poder brindarles la ayuda necesaria.
“No hay contextos, por ejemplo, sobre quién se queda a cargo, a veces la misma familia del feminicida se hace cargo de las infancias y es volver a violentarlos, eso tiene que evitarse, no es un entorno seguro. Y a veces son las abuelas maternas, pero viviendo en condiciones de precariedad que ellas ya tenían desde antes y al traer a uno o dos menores a su casa se agudiza”.
Considera urgente un sistema que realmente vea por estas víctimas y les provea educación, salud, alimentación, techo y vestido, extensivo a las personas que se harán cargo de su cuidado, como pueden ser la abuela, la tía y la hermana.
Sostiene que el acompañamiento psicológico es también parte fundamental y no se brinda, quedando graves secuelas y a veces la repetición de patrones de violencia machista en los hijos varones.
“Hay una ley de víctimas que no se cumple, las mamás que buscan justicia para sus hijas tienen derecho como víctimas colaterales del feminicidio, pero no las tienen cubiertas, no se cubren sus derechos victimales”.
Martha de la Cruz reitera que existe un presupuesto para estas infancias pero no se está llevando como tal, y no se cubren los derechos humanos de la niñez que es víctima de violencia feminicida y que el estado está obligado a cumplir.
Casos en Tamaulipas
Mencionó que en el sur de Tamaulipas, está el caso de la joven cuyo cuerpo fue encontrado en una laguna de Altamira y cuyo proceso de investigación ha sido totalmente lento, revictimizando además a su madre.
“Ella dejó una pequeña de tres años que tampoco está teniendo ningún acompañamiento por parte del Estado, nadie se ha acercado para ver sus necesidades y hoy es una huérfana de la violencia feminicida”.
Otro caso es el de Fanny, la joven que trabajaba de payasita para llevar el sustento a sus hijas y quienes tampoco han recibido respaldo, dijo. “Nos ha tocado ver casos donde incluso son los niños quienes encuentran los cuerpos de sus madres y jamás tienen apoyo psicológico”.
Su principal exigencia, expuso, es siempre erradicar la violencia, pero las instituciones no han logrado garantizar la seguridad de las mujeres y tampoco se hacen cargo de cubrir los derechos de las víctimas indirectas que son sus hijos.
SJHN