El buen José Aquiles Escobedo López, deja profunda tristeza por su partida a la casa del Padre este miércoles 17 de diciembre a la edad de 78 años, por lo que será recordado por su familia, colegas y amigos, como un hombre entregado al periodismo, de buen corazón y con un incansable buen humor que siempre lo caracterizó.
En un inicio, Escobedo López fue contratado para cubrir la fuente policiaca en el extinto periódico La Opinión de la Tarde, posteriormente Extramex y enseguida Express, para finalmente seguir colaborando para La Opinión MILENIO, empresa que se convirtió en su segunda casa durante 15 años.
Compañeros y amigos que tuvieron la oportunidad de trabajar y convivir con él lamentaron su partida, pero sobre todo aseguran que se quedarán con el entrañable recuerdo de ese gran amigo que supo ser "Aquilitos", "Aquiles voy", "Aquiles caigo", "Aquiliquis", "Chilaquiles", infinidad de sobrenombres que recibió con todo amor y respeto de parte de sus cuates del periódico, a quienes siempre les mostró un filial cariño.
Infinidad de mensajes fueron manifestados a través de las redes sociales, en donde le desearon al señor Aquiles un descanso eterno, un buen viaje, pero sobre todo, agradecimiento por esa amistad sincera que siempre brindó y por esas risas que despertó con sus bromas y ocurrencias.
Al gran reportero le sobreviven su esposa María Teresa Herrera Huerta, sus hijos, Ana Teresa, Alejandra y José Aquiles Escobedo Herrera, así como sus nietos, quienes con profunda tristeza, pero con la paz de que su esposo, padre y abuelo, ya descansa en paz, aseguran que siempre lo recordarán con mucho amor, gracias al legado que les dejó: un hombre de buen corazón, trabajador, preocupado por el prójimo, alegre, ocurrente, positivo y bromista.
Familiares y amigos se reunieron este jueves 18 de diciembre en la funeraria Gayosso Periférico para darle el último adiós al buen esposo, padre, abuelo y amigo, a través de una celebración eucarística de cuerpo presente, que fue presidida por el sacerdote Jonathan Arellano, a las 19:00 horas.
Señor Aquiles, vuele alto que el Señor lo recibe con los brazos abiertos, descanse en paz y ¡hasta siempre!
daed