De 2015 a la fecha, las autoridades educativas, así como las instituciones encargadas de promover a pequeñas y medianas empresas les niegan el respaldo a dos jóvenes creadores de un pegamento de bajo costo que es completamente amigable con la naturaleza, pese a que su proyecto les ha merecido el reconocimiento en Estados Unidos y recientemente fueron convocados a presentarse en Kenia, África.
Adrián Costantino Valencia y Gibrán de Jesús Mesa Calderón son dos adolescentes de 17 años que estudian el bachillerato y en 2015 inventaron un pegamento natural.
Su proyecto ha pasado por el filtro de una competencia escolar de carácter estatal, llegaron a escala nacional y participaron en una competencia internacional en Estados Unidos y fueron invitados a Kenya a una reunión de emprendedores, pero tal vez no acudan porque no tienen ningún respaldo gubernamental para realizar el viaje.
Adrián y Gibrán son estudiantes del CBTIS 134 de Chilpancingo (Guerrero) y crearon el pegamento natural Econsanil.
Ambos descartan la intención de generar una venta masiva que les permita obtener riqueza, sino que apuestan a que los planteles educativos del estado, y de ser posible del país, usen el pegamento de bajo costo y no que no daña el medio ambiente.
"La fuerza de la naturaleza en una gota" es el sslogan que identificaría en el mercado al producto del trabajo de estos dos creadores, quienes han participado en concursos estatales y nacionales, pero que están acostumbrados a navegar contracorriente y enfrentar la falta de recursos.
Económic y ecoamigable, el espíritu del proyecto
De Jesús Moreno y Valencia González no manejan aún el discurso del empresario que pretende cambiar su vida por medio de la venta masiva de un producto, más bien sostienen que comparten la preocupación de quienes tienen claros los problemas que enfrenta la sociedad actual; pobreza y deterioro ambiental, entre los más importantes.
Por esa razón, cuando se les presentó la idea de crear un producto para llevarlo ante un concurso escolar de manera inicial, ambos pensaron en ir más allá de cumplir con una encomienda escolar que les generara una calificación aprobatoria.
Las limitantes
De acuerdo con la proyección de gastos, el viaje a Kenia representa un gasto de 25 mil pesos por persona, lo que hace un mínimo de 75 mil pesos, porque los estudiantes viajarían con su asesora.
Sin embargo, obtener el respaldo económico de las instituciones resulta complicado para los creadores del pegamento biodegradable, ya que en Guerrero no existen partidas importantes para promover ese tipo de investigaciones.
"En algunos lugares nos han dicho que lo que tienen prioridad son los proyectos agropecuarios, que si nosotros fuéramos productores de Tilapia ya tendríamos el respaldo; pero no hay recursos para el área de biología ni de informática", asegura Gibrán.